
¿Quién le teme al Clavel Inerte?
A Amado Boudou, El Descuidista, se le teme. Es el hombre que sabe demasiado.
A Amado Boudou, El Descuidista, se le teme. Es el hombre que sabe demasiado.
El anecdotario que ilustra los berenjenales de ambas causas es bastante nutrido.
Cada vez que habla, El Descuidista se desliza por el tobogán de la credibilidad. Parece, incluso, procesarse solo.
Para el desenlace de la historia sólo resta saber si el Scioli de 2015, en volumen político, va a superar
En un primer tramo, La Doctora supo manejar con habilidad la herencia política de Néstor Kirchner, El Furia.
El armado de las parejitas prosigue con su obscenidad aceptable. Casi inofensiva.
La Doctora considera que Kicillof es genial.
En el colmado Vélez, en plena actitud de onanismo eufóricamente colectivo.
El amontonamiento de presidenciables no basta, de ningún modo, para ganarle al peronismo.
"Con Reposo esto no pasaba", confirma la Garganta. "Pasó con Gils Carbó".
Con el "alma arruinada", el cristinismo verbal ayer hizo el ridículo.
En los casos de Frondizi y Alfonsín la muerte, en cambio, dignifica. Agiganta. Mejora. Enaltece.
El “aquí” es el Partido Justicialista Vegetal. Sin embargo, De la Sota persistió en el asado militar.
¿Se asiste a un caso explícito de cuentapropismo? Frustrado por el último recurso de un llamado providencial.