Efecto ventajosamente comparativo
La fortaleza mediática del nuevo oficialismo es inicialmente perfecta. Exhiben la tradicional selectividad para la indignación.
La fortaleza mediática del nuevo oficialismo es inicialmente perfecta. Exhiben la tradicional selectividad para la indignación.
El antikirchnerismo se funde y se confunde con el antiperonismo.
A falta de un líder como Alfonsín, o de un candidato imbatible como De la Rúa, quien emerge es Macri.
Derivaciones de la repugnante corrupción estructural que se apoderó del país que debiera liderar la América del Sur.
Cuesta entender que, pese a la proliferación de las derrotas, sean igual Macri y Scioli los que polaricen.
Aunque se trate de errores que ninguno de sus adversarios envueltos sepa, por manifiesta incapacidad, explotar.
La dificultad estructural de vencer a los oficialismos.
El escenario de la guerra privada, entre el Cristinismo y el Grupo Clarín, se desarrolla en los medios que les
La Doctora tiene más sed de poder que todo aquel que pretenda suplantarla.
Ocurre que esta oposición sólo se conforma con oponerse, pero siempre sin sustituir.
Para Oximoron, los proyectos inspirados en el no peronismo coexisten con el riesgo del desvanecimiento inmediato.
La verdad cruel de la política atenta contra la contabilidad ilusoria de quienes sumaban los votos radicales y del PRO.
Es La Doctora quien por su acné anti-imperialista necesita que Macri sea conservador y de derecha represiva. Para confrontarlo.
Mientras se preparaban para el festival productivo del papel moneda, los irresponsables algo debían facturar con el artefacto.