El poder vuelve al dedo permisivo de La Doctora
Macri deja un territorio infectado de minas antipersonales.
Ideal escenografía para que estalle todo antes, incluso, del punto de partida.
Macri deja un territorio infectado de minas antipersonales.
Ideal escenografía para que estalle todo antes, incluso, del punto de partida.
El país inviable no puede ser gobernado sólo con el apoyo emblemático de los mayoritarios desposeídos.
Al Ángel le pusieron 50 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y ni siquiera pudo ganar las elecciones.
Instalar la pregunta obvia que funciona como consigna.
¿Va a gobernar Alberto o La Doctora?
El peronismo está quieto y espera, otra vez al borde del poder.
Hasta la frontera del 10 de diciembre, las decisiones le pertenecen al Ángel.
Una lástima que la “nueva política” arrastre los mismos vicios escatológicos de la política vieja.
Macri banaliza, sin misericordia, el ocaso de su mala gestión.
Para entregarlo como parte de pago de algo que nunca se va a terminar de pagar.
La Doctora y El Poeta Impopular subestiman la magnitud del rival, que sabe más ganar elecciones que gobernar.
A Kicillof la identificación con La Doctora lo beneficia.
A Sor Vidal, la asociación con Macri, un daño irreparable.
Tiempo de lealtades flexibles e identidades frágiles. Pero Aleluya, la traición ya no es condenable.
Los tres presidenciables se comprometieron a disputar las PASO obligatorias, en el ámbito del Nacional B de Alternativa Federal.
Los números del Equeco Duran Barba son más crueles que los elementales reproches que emanen de la Convención Radical.