
La Doctora, El Gótico y El Profesional
Nadie puede asegurar que La Doctora no aspire a ser la candidata en 2027.
Nadie puede asegurar que La Doctora no aspire a ser la candidata en 2027.
Todavía a Los Milei les cuesta asumir que tienen el boleto picado.
Argentina, un sentimiento, en quiebra permanente, excedido en la tendencia hacia el default serial.
Basta con los trolls de estado anti casta para exagerar la aniquilación de la plaga inflacionaria que imposibilitaba la vida.
El Panelista insiste en la pugna con La Doctora, escogida como oponente principal. Milei reitera la pifiada de Mauricio.
Los años impares las divisiones no corresponden. Cuando el peronismo llega al sufragio dividido suele ser boleta.
Milei se dispone a repetir el error de Mauricio. Prefiere enfrentar en 2025 a La Doctora.
La justicia argentina tampoco se queda atrás en el vasallaje del ridículo. ¿Y si les vuelve a ganar?
Para mantener vigente la insustancialidad del poder en el país donde todo termina invariablemente mal.
Dar la vida por puntos conjeturales. Con encuestas a la carta. Para alentar continuidades o producir renunciamientos.
“Consenso”, en kirchnerismo básico, se traduce “dedo de La Doctora”. Y en los distritos abundan los heridos del peronismo.
La Doctora consolida en sus convicciones a quienes la admiran, y quienes la detestan se agobian al escucharla.
Con la demorada decisión de borrarse, despeja el camino de los postulantes que se percibían condicionados por la incertidumbre.
Como concepto, la presidencia delegada en Argentina no funciona.