
Vicentín, tortillas y mondongos
Vicentín no es una tasca gallega especializada en tortillas y mondongos. Como el Vicentín de La Coruña.
Vicentín no es una tasca gallega especializada en tortillas y mondongos. Como el Vicentín de La Coruña.
Las elecciones legislativas se imponen como el chequeo general que examina el estado de un gobierno.
La sociedad eligió, para representarla, a los sinvergüenzas. Son más confiables.
El resultado es la franca incertidumbre de las próximas generaciones hipotecadas.
Despreciados, ambos, como valorados por la mitad de la sociedad que mantienen, juntos, de rehén.
Es el diseño del peronismo más complejo. No se re-significa ni se transforma. Apenas cede.
Lo grave es que, en los centros de poder real, toman el vodevil nacional con alguna seriedad.
En la práctica, Axel y Alberto tienen en común sólo el mérito de haber sido seleccionados por La Doctora.
Buenos Aires, La Provincia Inviable, marca otra vez la diferencia.
Macri deja un territorio infectado de minas antipersonales.
Ideal escenografía para que estalle todo antes, incluso, del punto de partida.
El país inviable no puede ser gobernado sólo con el apoyo emblemático de los mayoritarios desposeídos.
Al Ángel le pusieron 50 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y ni siquiera pudo ganar las elecciones.
Instalar la pregunta obvia que funciona como consigna.
¿Va a gobernar Alberto o La Doctora?
El peronismo está quieto y espera, otra vez al borde del poder.