La construcción ficticia del albertismo
El resultado es la franca incertidumbre de las próximas generaciones hipotecadas.
El resultado es la franca incertidumbre de las próximas generaciones hipotecadas.
Alberto, ya presidente, anunció la ficción amable. Recuperar la mística del primer kirchnerismo.
Despreciados, ambos, como valorados por la mitad de la sociedad que mantienen, juntos, de rehén.
La franela circular debe resolverse hacia el filo del primer trimestre. Si patina El Poeta Impopular sucumbirá clavado por el
Con el pretexto patriótico y moral que posibilite sacar, de las primeras planas, la humillación del juicio político.
ALberto es de inmanencia peronista pero de escenografía radical. Un epígono voluntario de Raúl Alfonsín.
Para ser ayudados, los países dependientes deben ofrendarle al Imperio distintas pruebas de amor.
Es el diseño del peronismo más complejo. No se re-significa ni se transforma. Apenas cede.
Lo grave es que, en los centros de poder real, toman el vodevil nacional con alguna seriedad.
En la práctica, Axel y Alberto tienen en común sólo el mérito de haber sido seleccionados por La Doctora.
Gracias a Baruj Spinoza, el consultor sefaradí que desplazó a Durán Barba, El Equeco.
Buenos Aires, La Provincia Inviable, marca otra vez la diferencia.