Milei también tiene derecho al fracaso
El único riesgo es que, en seis meses, acaso en un año, se produzca la reivindicación moral de Alberto Fernández.
El único riesgo es que, en seis meses, acaso en un año, se produzca la reivindicación moral de Alberto Fernández.
Grindetti se dispone a arrebatarle la gobernación que tenía en el bolso. Pero se le vinieron en patota los desastres.
El escenario depara entonces el destino sombrío para Juntos. La alianza de cristal que tenía el poder en el bolso.
Legitima y explica la centralidad estable de Milei, que se come a Juntos. Tampoco evita la proyección milagrosa de Massa.
Sentencia clásica, para permanecer "es necesario que todo cambie". Para que todo siga exactamente igual.
Milei es el favorito. La afectada es Patricia. Y se espera el milagro de Sergio.
La Invención conectó con la exacta tecla de la sociedad hastiada. Para derrotar a la derecha tibia de Juntos.
Habrá que prepararse entonces para asistir al duelo de los discípulos indirectos de Cavallo.
Es el neomenemismo libertario de Javier. Pero aquel Carlos tenía detrás al Partido Justicialista.
Ser el más votado en las “tóxicas” no sirve para un pepino. Es una inutilidad estremecedora.
Los lobistas involuntarios plantean la equiparación del enfrentamiento Larreta-Bullrich con aquel de 1988 entre Menem y Cafiero.
Estaba para las hurras del partido homenaje como Riquelme en Boca. Pero se pone a pelear por la presidencia.
Consolidar el llamado “voto duro” es menos eficaz que conquistar el “voto duda”.
La agenda es de derecha. La cultura del ajuste depende del estilo ideológico de quien lo encare.