
Pausa entre fracasos
El peronismo está quieto y espera, otra vez al borde del poder.
El peronismo está quieto y espera, otra vez al borde del poder.
Hasta la frontera del 10 de diciembre, las decisiones le pertenecen al Ángel.
Desde el balcón del General, el Ángel siente de nuevo la ambición, las ganas de vencer.
Una lástima que la “nueva política” arrastre los mismos vicios escatológicos de la política vieja.
Macri banaliza, sin misericordia, el ocaso de su mala gestión.
Fue más a un gobierno (que dilapidaba los fondos) que a un país, al que se ayudaba a enterrar.
Para entregarlo como parte de pago de algo que nunca se va a terminar de pagar.
La Doctora y El Poeta Impopular subestiman la magnitud del rival, que sabe más ganar elecciones que gobernar.
A Kicillof la identificación con La Doctora lo beneficia.
A Sor Vidal, la asociación con Macri, un daño irreparable.
Acrobacia para conquistar la centralidad. Y reproducir el discurso de la derecha.
La dinámica de las causas judiciales las marca el mantenimiento o la pérdida del poder.
Los pragmáticos van a los bifes. Por los puestos. Tocados por la varita mágica de la Red Link.
Tiempo de lealtades flexibles e identidades frágiles. Pero Aleluya, la traición ya no es condenable.
El entrecruzamiento político que mantiene esquemas de mestizaje.