
Reelección o paréntesis banal de la historia
Es una lástima que, entre tanto progreso artificial, no arranque la economía. Que la inflación se imponga en los supermercados.
Es una lástima que, entre tanto progreso artificial, no arranque la economía. Que la inflación se imponga en los supermercados.
Los tres conservadores (Macri, Vidal y Rodríguez Larreta) se aseguran innecesariamente los primeros planos para 2019.
“Cuando la sociedad entera nos aplaudía, hablaba sólo Marcos. Ahora que nos putean nos pide que salgamos a defender”.
La próxima “herencia a recibirse” va a ser más nefasta que todas las herencias anteriores.
Al pretender aislar a Moyano, el Tercer Gobierno Radical lo promovía.
Una lástima que el poder inventariado del Colectivo Cambiemos estuviera sostenido sobre pilares jónicos de flan Ravanna.
El conflicto social es más profundo e intenso que las anécdotas que lo desencadenan.
Confrontar lo “nuevo”, El Ángel Exterminador, con “lo viejo”, El Charol.
Mientras prosigue la fiesta del endeudamiento, entre la inflación indomable y la recesión enternecedora.
De tan altivo y poderoso Casino se burlaba de las ambiciones presidenciales de Mauricio, “ese chico caprichoso y complicado”.
La ley ahora se va a aprobar, para celebrarla con euforia. Como si derrotaran -otra vez- al kirchnerismo.
En los dos primeros años del macrismo, lo que se trató con mayor competencia fue la caída del kirchnerismo.
La economía paralizada, pese al voluntarismo que busca brotes, es tan preocupante como, en política, los riesgos del Efecto Carrió.
En la Tragicomedia, El Lepenito recibe a La Doctora en el Senado como si fuera la intrusa de Borges.