
Contra Bolsonaro o contra Lula
Jair Bolsonaro es el emergente de la patología arrasadora que unificó la actividad política con los negociados de la corrupción.
Jair Bolsonaro es el emergente de la patología arrasadora que unificó la actividad política con los negociados de la corrupción.
Tenía que irse sólo después de anunciarse el acuerdo con el Fondo. Nunca antes.
En Argentina se sigue el ejemplo del Brasil, patrocinado por Estados Unidos e inspirado en Italia.
La unidad fue el objetivo político de José, sobre todo en el último tramo de su vida.
En el horizonte persiste el nubarrón del desconcierto. Antesala, en efecto, de la anunciada explosión social.
La fantasía del apoyo de Trump incita al Ángel a creer que le basta para dominar lo que llama el
En Roma, en París, en Washington, ya es público que se lo quieren llevar puesto a Francisco con la abdicación.
El poder perdido intensifica los rencores. Consolida las desconfianzas producidas en la plenitud.
Significativa confirmación de la base social de hierro, ilustrativa y blanca, que anticipa la continuidad electoral de la sociedad quebrada.
El cuento infantil del Baratta Cruel, hombre feroz que apretaba con el pedido de dinero para la campaña permanente.
Mientras tanto se cimienta la idea de que, en la práctica, Cambiemos no ha cambiado un pepino.
Macri, a la torpeza de sus innumerables confrontaciones, debe sumar la crisis con los empresarios.