El archipiélago a la bartola de Milei
Desde la debilidad básica, supo imponer la magnitud del Fenómeno, que se encuentra sostenido por la insolencia de los desbordes.
Desde la debilidad básica, supo imponer la magnitud del Fenómeno, que se encuentra sostenido por la insolencia de los desbordes.
Milei gobierna desde las redes sociales y a canilla libre con los sustanciales jaimitos que paulatinamente empodera.
Para agraviar al caído hoy se conforman filas más extensas que la de San Cayetano los 7 de agosto.
Maduro se dedica a administrar la decadencia, hasta convertirse, entre papelones electorales, en el problema prioritario que atormenta a Lula.
Difícilmente pueda sostenerse la idea de que al inventado Fenómeno Milei puede irle muy bien como presidente.
El comportamiento devastador de Milei convoca precisamente al diseño involuntario del incierto diagrama político que se viene.
Acontece que Milei, mientras “cumple”, sobreactúa. Lo hace legitimado por un cuestionable, pero categórico, alineamiento internacional.
Chiquilinadas geopolíticas que banalizan la diplomacia. Pero evitan que trascienda la carencia de una efectiva estrategia económica.
Perón logró generar la continuidad política bajo la firmeza de tres postulados: Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política.
Milei ofrece la atracción enigmática del que se erige en modelo para inmortalizar con el encanto turístico de una selfie.
Penal de VAR. Por reglamento, Victoria Villarruel, La Cayetana, perforó la red del empate, para quebrar el "efecto Cobos".
Mientras tanto comienza a disiparse también la fábula del padecimiento con ilusión.