
Regresa el peronismo clásico o el Cuarto Gobierno Radical
Con la sucesión de goles en contra, el congelamiento de precios y hasta el caos inmobiliario mapuche, los peronistas van...
Con la sucesión de goles en contra, el congelamiento de precios y hasta el caos inmobiliario mapuche, los peronistas van...
Los despelotes internos transcurren durante la hegemonía de la peste, que diluye hasta los fracasos.
Sorprende el reclamo de la Intervención Federal.
En plena peste. Es una tontería, más que un acto de mala fe.
Para llamar a elecciones anticipadas o anunciar, en marzo, el desembarco popular de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.
Con la cesión del rango, La Doctora queda estampada como la lideresa de la Revolución Imaginaria.
En vez de sentar las bases vulgares del capitalismo tolerable, prefieren ahuyentan a los inversores que tampoco existen.
Los gobernadores también lo empoderan. Con la tecnología del silencio. Estampados en la pared.
La multiplicada centralidad de la miseria venció, con amplitud, a la estética de la producción.
Ya no le sirve -Alberto- ni a La Doctora ni a Clarín. Y faltan más de tres años.
Multiplicados peronistas quedan fuera del juego y con la medialuna enarbolada. Sin tazas donde mojarlas.
ALberto es de inmanencia peronista pero de escenografía radical. Un epígono voluntario de Raúl Alfonsín.
Buenos Aires, La Provincia Inviable, marca otra vez la diferencia.
Macri deja un territorio infectado de minas antipersonales.
Ideal escenografía para que estalle todo antes, incluso, del punto de partida.
El peronismo está quieto y espera, otra vez al borde del poder.