
Por 4 y no 8
Hay Macri, apenas, para un primer mandato. Aunque logre acomodar, por su buena estrella, el gobierno.
Hay Macri, apenas, para un primer mandato. Aunque logre acomodar, por su buena estrella, el gobierno.
Entre Carrió y el Grupo Clarín transformaron a Mauricio en el prisionero del triunfo.
Angelici y Rodríguez Simón, litigio caliente. Tragicomedia del Tano y del Pepín. Complejidad que arrastra el cambio de metal.
Macri y Massa tal vez creen, para atribuirse un ropaje épico, que "van a Davos a buscar inversiones".
Aún se puede impresionar a la sociedad sensible con la caza sistemática de gatos en el Jardín Botánico.
Siempre, en la Argentina, se puede volver atrás. Y se vuelve. Dale que va.
Etnocentrismo para todos. Los tres pertenecen a un solo distrito. Porteñitos blancos del Artificio Autónomo.
Mauricio, o el macricaputismo, ofrece muchas más oportunidades que Daniel.
La adversidad lo excede a Daniel. Casi tanto como lo excede la traición de los "muchachos peronistas".
La sociedad sensible de decepción fácil hoy insulta a los kirchneristas, como en su momento insultaba a los menemistas.
Con Scioli catapultado hacia la presidencia -gracias a Macri y a Massa- se reestrenan otros conflictos.
Mauricio debía alentar la unión del voto opositor a Daniel. Y de ningún modo dividirlo.
Scioli, si no traiciona, se autodestruye. Y si traiciona es probable que el cristinismo, si puede, lo masacre.
Primero Sergio debe enfrentar a Mauricio para ir luego por Daniel, al que está seguro de ganarle.