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En la edad del Poder. Urtubey, Massa, Uñac

¿Quieren ganarle a Macri o no? (II): Si La Doctora, con inteligencia, se aparta.

Oberdan Rocamora - 3 de febrero 2019

Miniseries

¿Quieren ganarle a Macri o no?escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital

De los cuatro actuales gobernadores presidenciables del peronismo, tres van por su reelección.
Juan Schiaretti en Córdoba, en mayo; Sergio Uñac, en San Juan, en junio; y Juan Manzur, en Tucumán.
Sin reelección en Salta, Juan Manuel Urtubey ya se encuentra anotado para la presidencial. Y asociado -aunque aún ambos no se hayan dado cuenta- a otro aspirante profesional, Sergio Massa.
(La dupla Urtubey-Massa reitera la fórmula astrológica Bordón-Chacho Álvarez, ampliaremos).
De los tres gobernadores que van por su reelección en las provincias respectivas, se sospecha que actúan movilizados por la estrategia del “doblete”. O mejor, “la combinada”.
Consiste en consolidar primero el poder en la provincia y después ir por la elección nacional.
Pero Schiaretti, de más robusta preparación intelectual, se encuentra culturalmente imposibilitado para una aventura de semejante tenor. La sociedad de Córdoba no lo consentiría, lo tomaría como un abandono. Si lo vence, como es de prever, al radical Mario Negri, igualmente se va a quedar en Córdoba. Posterga su ambición lícita hasta 2023.
Después de auspiciosas movidas nacionales, Manzur, El Menemcito, prefirió con lucidez conservar el orden provincial. Pero tiene más inconvenientes con la adversidad interna que con la externa. Por su ex-amigo José Alperovich, que resulta más preocupante que el adversario radical. Cano, el héroe del Plan Belgrano, que se propone consagrar en la provincia merced al rencor inexplicablemente divisorio que se profesan Juan y José.
Fueron -José y Juan- más que amigos. Hoy José Alperovich pasea su descontrolada abstinencia de poder con solemnes fotografías con La Doctora, que en Tucumán mide 55 puntos.
¿Quieren ganarle a Macri o no?Don José reclama el voto para La Doctora. Aunque ella, hasta el cierre del despacho, no brinda señales de equivocarse y ser la candidata. Y menos de apoyarlo a Alperovich.
Sobre todo después que Manzur se distanció de las acotaciones a La Doctora. Ahora Juan pide la unidad, pero con La Doctora adentro.
“Dejémonos de j… con eso de que el límite es Cristina, si todos crecimos con ella”, confirma la Garganta.

Desde San Juan amaga con producirse la sorpresa.
Sergio Uñac, excelente producto, 48 años, prestigio acelerado. No tendrá inconvenientes en ser reelecto. Lleva como vicegobernador a su ministro preferido, quien perfectamente puede cuidarle la provincia mientras intenta la probable epopeya nacional. En la edad del poder, Uñac se mueve con discreción. Nadie puede confirmar si verdaderamente se registran sus diálogos políticos con La Doctora.
El muchacho es moderado y sabe simular su sentimiento superior. Causa siempre positiva impresión en sus interlocutores. Por lo tanto debe cuidarse. Despierta desconfianzas todo aquel del que sólo se hablan loas.
“En la primera equivocación lo masacran”, confirma la Garganta.

Uñac se agrega a la dupla de aspirantes que se presentan con la armadura presupuestaria para financiar una campaña.
¿Quieren ganarle a Macri o no?Atraviesan la misma edad del poder. Urtubey, de 49, y Massa, de 46, ya pueden contar con el tercer acompañante. Uñac.
Un escalón presupuestario más alto del que ofrece otro postulante aceptable como Felipe Solá, Miguel Pichetto o el mismo Daniel Scioli (hoy asediado más por cuestiones pasionales que financieras o políticas).
Queda Roberto Lavagna, La Esfinge. Para ser tomado en serio como candidato si todos los expertos, anteriormente citados, coinciden en la gestación del consenso nacional, para que Lavagna los encabece.
“Si quiere ser que se ponga en la fila, ¿a quién le ganó?”, confirma la Garganta.
Lo probable es que el amague de Lavagna se diluya entre las ensoñaciones de los septuagenarios nostálgicos que lo apoyan, con deseos de influenciar en algo. De mojar, al menos, la penúltima medialuna.

Política tóxica

Que el Tercer Gobierno Radical, agotado y sin ideas, pretenda reelegirse -y acaso lo consiga- expresa la magnitud de la política tóxica que impera en la Argentina.
Se avanza con la catarata de obviedades que multiplican los columnistas fatigados de los grandes medios de comunicación. Fascinados por la única idea movilizadora. Que sea La Doctora la desafiante de Macri.
Si no llega a ser La Doctora, la política tóxica ingresa en el estado de convulsión. Sin Plan de Lluvia, sin La Doctora candidata, están perdidos.
¿Quieren ganarle a Macri o no?Y si es La Doctora probablemente les gane. Sería la incitación al suicidio colectivo.
La ambición de permanencia del macrismo, el fenómeno que sostiene al TGR, remite al ejercicio patológico de la fantasía.
Es la crudeza de la realidad. Debe aceptarse que el gobierno desastroso de Macri aspira a prolongarse por el peligro de la alternativa peor.
El regreso de La Doctora se interpreta aquí como el máximo fundamento para quedarse. Lo peor: el único.

Tristes tercios, otra vez

Innumerables encuestas intoxican el análisis. Son útiles para desconocer dónde se está parado.
Lo que interesa, en la práctica, es si La Doctora va a ser la candidata. Por su propio peso político lo merece.
O si va a provocar el perverso acierto de no serlo. Y dejarlos en banda.
La cuenta es demasiado fácil. El 60% de la sociedad lo compone el “no peronismo”. Y alrededor del 30 del 60 se encuentra vertebrado por el anti-peronismo.
Es la energía que conserva las pasiones de 1955 y de 1976.
Es el 30% que representa la base electoral de Macri. Le brinda perspectivas sólidas de sobrevivencia.
Lo prefieren, aunque muchos de quienes lo apoyan se hayan sentido personalmente perjudicados por su gestión. Abreviados, empobrecidos.
Pero el rencor hacia todo aquello que represente al peronismo los horroriza más.
¿Quieren ganarle a Macri o no?Del mismo modo, es otro 30% el que apoya al peronismo. Aunque se encuentre impregnado por la polvareda del delito. Con el anecdotario ideal para la explotación mediática que interesa muy poco.
Porque interpreta las denuncias de la corrupción como meros instrumentos de degradación del adversario. Fue utilizado en distintas circunstancias históricas.
Degradaciones que logran, en este 30, el efecto adverso al buscado. Fortalecen al degradado.
Se conforma un manto de admiración hacia el atacado, por soportar el calvario. Para volver, degradado y todo, a ganarles.

El tercer 30, aquí estampillado como “no peronismo”, decide la próxima elección.
Conglomerado complejo que contiene reticentes. Los que se quemaron con peronistas y preferirían no volver a apoyarlos. Aunque se presenten con la máscara racional de la moderación republicana.
Junto a los pragmáticos que consideran, sin dejos de resignación, que desde el peronismo se puede gobernar mejor el país. Aunque detesten, en ocasiones, sus maneras.
Tres tercios presentados que dejan afuera al vacilante, y en ocasiones decisorio, 10%. Se distribuye entre propuestas humanistas de la izquierda y de alguna otra marginalidad coyuntural.

Macrismo se agota

Teoría del portal que prendió. Indica que el macrismo se agota en Macri.
Y que juega el éxito de su permanencia en la confrontación con La Doctora. Una programada debilidad electoral que muestran sospechosamente.
En cambio el peronismo se fortalece, y se vuelve imbatible, si La Doctora se aparta.
Pero no solo si se aparta por el honor. O el patriotismo.
¿Quieren ganarle a Macri o no?Debe quedarse, en la negociación, con la provincia de Buenos Aires. Y un contundente Fondo del Conurbano.
Con tropa propia en las listas de diputados y senadores, de todos los distritos.
Con media estructura de un gobierno nacional que presida, por ejemplo, Urtubey, Massa o Uñac. Cuadros valiosos en plena edad del poder, que no pueden ser confundidos con la reiteración del modelo de Héctor Cámpora.
Se le debe reservar Interior, Exteriores, Economía y Espionaje.

Continuará

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