Caos básico, bolilla uno
Una operación casi infantil para facilitar la rigidez del esquema que confronta.
Una operación casi infantil para facilitar la rigidez del esquema que confronta.
El macrismo, como movimiento, ya tiene incuestionable presencia nacional. Con otro envase, para seducir al consumidor.
Macri es “lo menos malo”. Valor piadosamente insuficiente ante la inmanencia de “lo peor”. El retorno del populismo.
La tesis implica aceptar que en la Argentina triunfa la féminocracia. Se asiste al desplazamiento contemporáneo de género.
Cada momento de alza de la fe se sostuvo siempre por la demonización del ciclo anterior que legitimaba.
Vastos sectores del suburbio son verdaderos polvorines contenidos a fuerza de subsidios.
Como en 2003, el segundo pasa a ser el primero. El macricaputismo pasa de la desesperación a la euforia.
Aníbal fue derrotado y hoy es Scioli el general Quiroga que va "al muere". Al sacrificio. Entregado a Macri.
Con Scioli catapultado hacia la presidencia -gracias a Macri y a Massa- se reestrenan otros conflictos.
Conquistar el poder, y conservarlo, se impone como el atributo principal.
Hoy cualquier aventurero se arma la productora para facturar y hacerse de pelusa.
Entre otros diversos desastres seriales, La Doctora deja el pernicioso legado del Grupo Clarín fortalecido.
Mientras tanto el cristinismo siembra el territorio. Lo deja minado de bombas antipersonales.
¿Para qué designar a un nuevo juez, con atributos de eternidad, cuando se puede disponer de uno transitorio?