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Dejemos traicionar en paz

MAURICIO, DANIEL Y SERGIO (Miniserie que se acaba): Tensiones en la nación y en la ciudad.

Carolina Mantegari - 21 de octubre 2015

Consultora Oxímoron

Dejemos traicionar en pazInforme de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital

Introducción
La traición exprés

O Daniel traiciona o se extingue.
«Entonces dejemos a Daniel traicionar en paz. Tranquilo», confirma la Garganta.
Pronto, pero sin cargarlo de culpas. Para salir del laberinto.

El país, en efecto, necesita de la traición exprés.
Pero quien necesita la traición, sobre todo, es el traicionado.
Los irresponsables que llegan, con lo justo, al final. Exhaustos, con las monedas contadas, sin credibilidad, prisioneros de la obstinada fantasía.
Protagonistas de la Revolución Imaginaria que creyeron, sin embargo, que era real.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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El guión y el cassette

El «misterio de la presencia ausente», Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, mantiene el (o la) cassette enchufada.
Desde el agotado peronismo vegetal, al cassette le basta para imponerse sobre el guión de Mauricio Macri, El Ángel Exterminador.
Dejemos traicionar en pazEl guión arrastra el pregón simple a favor del «cambio». Con diferenciaciones taxativas entre «lo viejo» (que lleva «25 años de fracasos»), y «lo nuevo».
La política «nueva» que llega, sin ir más lejos, con Mauricio. Y con la máxima estrella del macricaputismo. La señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Girondo, portadora del «destino manifiesto». Fundamental. Y con Marquitos Peña, El Pibe de Oro, al que califican, con injusticia e ingratitud, de Mariscal (de la derrota).
Mientras tanto el eslabón perdido, Sergio Massa, Renovador de la Permanencia, titular de la Franja de Massa, aún se muestra con los tíos grandes que fuman. Los que le brindan solidez conceptual.
El Tío Roberto, La Esfinge, y el Tío José, El Cordobés Profesional.
Dos tíos que reparten caramelos insuficientes para desalojar a Mauricio del segundo lugar.
Los que debieron ir juntos, Sergio y Mauricio, hoy disputan la condición de segundos. Mientras sienten que el primero -Daniel- se les escapa. Montado en un burro setentón, pero aún utilitario.
Los dos segundos podían haber sido apaciblemente los primeros. Pero irresponsablemente se dividieron y ahora suplican el apoyo de la sociedad, cada uno por su lado.
Juntos, Mauricio y Sergio promueven, en la plenitud del error, la consagración de Daniel.
Dejemos traicionar en pazEs Daniel quien les debe a ambos, en efecto, la tensión presidencial que le aguarda.
A pesar de las dos graves supersticiones adversas que Daniel debe perforar. En principio, ser el gobernador de Buenos Aires, La Provincia Inviable.
Y la traba peor, casi desconocida, ser (del signo) de Capricornio.
«Nunca Argentina puede tener un presidente de Capricornio», solía sentenciar la vieja bruja digna.

El Geniol y la caja

Con Scioli catapultado hacia la presidencia -gracias a Macri y a Massa- se reestrenan otros conflictos. O pulsiones, aquí anticipadas en «Se va el kirchnerismo, viene el peronismo», cliquear.
El peronismo que vuelve sin haberse ido nunca. Destinos tratados en «De La Cámpora a los Gobernadores» (cliquear).
Preferible es referirse a los destinos de Mauricio, de Sergio, y de «los radicales que la hicieron bien».

Para la evaluación precoz de Oximoron, Mauricio es quien debe enfrentar la problemática más fea. La sospecha de protagonizar una peregrinación por Tribunales, capitalizado por el cetro inútil del campeón moral. De baluarte de la ética. Según la Doctrina Carrió, por La Demoledora, Mauricio debió enfrentarse al narcotráfico. Pobre. No tuvo suerte.
Dejemos traicionar en pazMás que de la sabiduría política del pensador Durán Barba, El Equeco, lo que Mauricio necesita, en adelante, es dejarse asistir por un competente abogado penalista. Por ejemplo un emblemático doctor Marutian. De los sagaces lawyers capacitados para maniobrar entre decenas de causas judiciales simultáneas.
Ocurre que se le iniciaron a Mauricio abundantes causas que se mantienen abiertas y no se cierran. De las que suelen amontonarse en los cajones.
No obstante, ante el alejamiento del poder sensual, pueden volver pronto (las causas) al escritorio.

Hoy se cargan páginas perecederas, como los minutos televisivos, con las derivaciones del conflicto latente entre La Doctora y Scioli.
Por falta de imaginación, los colegas no intentan entrometerse, hasta aquí, en las derivaciones de la relación entre Horacio Rodríguez Larreta, El Geniol, y Mauricio.
«¿Vieron muchas mesas en las calles de la capital que promuevan la candidatura de Mauricio?».
Lo consigna, con malicia dirigida, el macricaputista interesado en mostrar que El Geniol no se desespera por lograr la victoria de quien casi se inmola por situarlo al frente del Artificio Autónomo.
Dejemos traicionar en paz¿También a Horacio hay que dejarlo traicionar en paz?

Los cambios que el geniolismo prepara, para administrar la ciudad, son domésticamente similares, según nuestras fuentes, a los cambios que se aguardan en la nación. Con el advenimiento del peronismo (agotado) y la partida del kirchnerismo que no aguanta más.
Los nombramientos anticipados de Scioli signan el retroceso del cristinismo salvaje, y de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Pero también en el gabinete de Rodríguez Larreta trascienden los desplazamientos y remociones que signan el ocaso de varios macricaputistas. Los que van a quedar, según nuestras fuentes, al costado de los rieles.

Para la evaluación es bastante difícil que permanezca Montenegro, El Puma Simpático, Lombardi, El Llenito Feliz, o Chahín, El Paisano.
Los que apoyaron, en su momento, contra Geniol, a la señora Gabriela Michetti, La Novicia Rebelde, hoy compañera de fórmula de Mauricio (pero por decisión de Nicky, El Socio Discreto).
«Si es por Horacio, sólo se va a quedar Carolina Stanley», confirma la Garganta.
Hasta es probable que el sustancial Edgardo Cenzón, incluso, «quiera rajarse». Es menos conocido, pero Cenzón es quien controla la riquísima espiritualidad de la organización. Siempre auditada, según nuestras fuentes, por el silencioso Nicky, el exclusivo habitante de la mesa chica que también es motivo de impugnaciones calladas. No se le animan. Como nadie se atreve a criticar, en alta voz, a Mauricio.
Como corresponde a toda actividad política, sea nueva o vieja, la primera tensión entre Geniol y El Ángel, irrumpe, según nuestras fuentes, por el manejo de la caja.

Los radicales la hicieron bien

Pero Mauricio, en el fondo, hizo una gran obra de bien. Rescatar, del condenable olvido, a la legendaria Unión Cívica Radical.
Dejemos traicionar en pazA través de Cambiemos, la UCR tonifica «el aparato». Va a tener decenas de intendencias, en especial en La Provincia Inviable. Y legisladores en cantidad, por todas partes. «Adelante sin cesar».
Los radicales, que hicieron con exitosa eficacia el negocio, disfrutan los atributos de la debilidad que superaron. Hoy contemplan el futuro «con fe y esperanzas». Como si fueran sciolistas tardíos que se anotan también en la ideología del positivismo. Con luminarias en el horizonte que los arrastran, otra vez, con o sin Mauricio, hacia las grandes ligas. Las que nunca debieron abandonar.
Son dos. Martín Lousteau, El Personaje de Wilde, y Facundo Manes, La Promesa.
El doctor Manes llena los teatros y entusiasma a las doncellas con el sublime cuentito científico que ya fatigó Terragno con Alfonsín. Ahora Manes pretende llenar, con votos, el teatro opulento del radicalismo.
Pero aparte, claro, siguen con vida los artesanos de este negocio perfecto y circular. Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca, como Gerardo Morales, El Milagritos. Y abundan quienes aportan también algún crédito para la «sube» de José Cano, Nuestro López Obrador. o Alfredo Cornejo, El Tomba.

Final con tíos

Dejemos traicionar en pazEl Informe consigna, para terminar, que Massa tratará de entretener, en la placita, durante algún tiempo, a los dos tíos que fuman. Mientras tanto prepara las malignas artimañas para aplicar en el rol de jefe de la oposición. No está mal.
Aunque el Tío José, por lo que trasciende, no se resigna al juego de bochas. Algo calentito, también prepara la aventura presidencial del 2019. Donde volverá, con seguridad, a cotejar con Sergio.
El sobrino que vive en permanente campaña electoral, y tal vez ya apunta al senado venerable en 2017.
«De esta Sergio, una de dos, sale presidente o rico», dijo un Frate, de la logia de Los Illuminatis.
Presidente, por lo menos, no sale.

Carolina Mantegari
Consultora Oximoron/Redacción final
para JorgeAsisDigital.com
permitida la reproducción sin citar la fuente.

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