Coppertone para todos
La Doctora dejó de ser la solución. Es el problema.
La Doctora dejó de ser la solución. Es el problema.
En todos los esquemas, dos figuras asoman, invariablemente, en el primer plano: Aires y Soles I y II.
¿Habrán quedado registradas las imágenes de El Descuidista junto a El Monotributista Consagrado?
Inmolarse por los mohines ensayados de La Doctora adquiere un sentido discutible. Por no decir nulo.
"Los ministros no van a obstaculizar sus tareas", les dijo La Doctora, separadamente.
Persiste entre los ruralistas, la “gente de campo”, “chacareros confundidos con oligarcas”, un contagioso sentimiento de humillación.
Mientras tanto, la civilización kirchner-cristinista paulatinamente se extingue.
¿Aportó el general Milani, en su expreso colaboracionismo, la suficiente información al CELS, para purificarse?
A los efectos de intensificar la agonía largamente anunciada del kirchner-cristinismo.
“Vos no querés acordar, lo que querés es romper”, le dijo Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, a Francisco De Narváez,
“LAN no piensa en irse de Argentina, la instrucción de Santiago es arreglar, como sea”, confirma la Garganta.
Avanzan. No los detiene ni la realidad. Avanzan aunque parezcan situarse al borde del abismo. Aguantan y siguen.
La epidemia de decencia, desatada desde el Norte, se dirige nomás hacia el Sur.
La sociedad padece un corte transversal. El cotejo tácito entre los que ponen y los que sacan.