
El triunfo de la Argentina Periférica
Buenos Aires, La Provincia Inviable, marca otra vez la diferencia.
Buenos Aires, La Provincia Inviable, marca otra vez la diferencia.
Mientras tanto Bolsonaro, colgado de las partes pudendas de Trump, se desgasta en extorsivas descalificaciones hacia Alberto.
Macri deja un territorio infectado de minas antipersonales.
Ideal escenografía para que estalle todo antes, incluso, del punto de partida.
El país inviable no puede ser gobernado sólo con el apoyo emblemático de los mayoritarios desposeídos.
Al Ángel le pusieron 50 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y ni siquiera pudo ganar las elecciones.
Instalar la pregunta obvia que funciona como consigna.
¿Va a gobernar Alberto o La Doctora?
Ante la Nada (Macri), brota la perspectiva ilusoria de la Pena (Alberto).
El peronismo está quieto y espera, otra vez al borde del poder.
Hasta la frontera del 10 de diciembre, las decisiones le pertenecen al Ángel.
Desde el balcón del General, el Ángel siente de nuevo la ambición, las ganas de vencer.
Una lástima que la “nueva política” arrastre los mismos vicios escatológicos de la política vieja.
Macri banaliza, sin misericordia, el ocaso de su mala gestión.
Fue más a un gobierno (que dilapidaba los fondos) que a un país, al que se ayudaba a enterrar.
Para entregarlo como parte de pago de algo que nunca se va a terminar de pagar.