
Ahora que no es hora para nada
Mauricio debía alentar la unión del voto opositor a Daniel. Y de ningún modo dividirlo.
Mauricio debía alentar la unión del voto opositor a Daniel. Y de ningún modo dividirlo.
Para el primer tramo del ciclo que se avecina, la administración arrastra la idea del regreso hacia "el orden natural".
Scioli, si no traiciona, se autodestruye. Y si traiciona es probable que el cristinismo, si puede, lo masacre.
Hoy cualquier aventurero se arma la productora para facturar y hacerse de pelusa.
Primero Sergio debe enfrentar a Mauricio para ir luego por Daniel, al que está seguro de ganarle.
Entre otros diversos desastres seriales, La Doctora deja el pernicioso legado del Grupo Clarín fortalecido.
En la Franja de Massa aseguran que Sergio, en el balotaje, puede ganarle a Daniel. Más fácil que Mauricio.
A falta de un líder como Alfonsín, o de un candidato imbatible como De la Rúa, quien emerge es Macri.
En este extraño juego de Punto y Banca del poder, el "sabot" de la centralidad y del error cambia rápido
La pedantería electoral de las PASO transcurre, para la persistente miniserie, sin novedades significativas.
La derrota de la derecha es semántica e ideológica. Sobre todo es cultural.
Cuesta entender que, pese a la proliferación de las derrotas, sean igual Macri y Scioli los que polaricen.
Mientras tanto el cristinismo siembra el territorio. Lo deja minado de bombas antipersonales.
Entre los participantes que desean ascender hacia la magnitud de competidores.