Pepín, el desterrado sensible
Carrió, La Blanqueadora, se destacaba como un potente sostén moral del “pepinismo” naciente.
Carrió, La Blanqueadora, se destacaba como un potente sostén moral del “pepinismo” naciente.
A medida que El Ángel desciende los escalones de la consideración, el poder del Pibe de Oro se incrementa.
En cuanto trascienda el alejamiento podrá registrarse cierta soberbia perplejidad en el Colectivo.
Tenía que irse sólo después de anunciarse el acuerdo con el Fondo. Nunca antes.
Después de los réditos del silencio, La Doctora, probablemente, va a intentar la epopeya que planifica, 24 sobre 24.
El Tridente del Barcelona -Peña, Quintana y Lopetegui- demostró que es infalible, apenas, en el “Metegol” de Campanella.
Los conflictos de Monzó, con la corte, se iniciaron por culpa de Massa.
Los tres conservadores (Macri, Vidal y Rodríguez Larreta) se aseguran innecesariamente los primeros planos para 2019.
Lo que más les interesa de Argentina, a los inversores imaginarios, es el libertinaje de las Lebacs. Llevársela. Exprimir.
De la cajoneada hacia la precipitación de las indagatorias y los procesamientos.
Al impulsar a Carrió, La Demoledora, se sumergen en el mismo error de impulsar a Ocaña, La Reina del Dengue.
Para quien moviliza, la represión (o la cárcel), lejos de ser una consecuencia, es el verdadero objetivo.
El país no tiene salvación. El peronismo se nutre, tío Plinio querido, del fracaso de los sucesores.
"Marcos Peña es nuestro John Kennedy", confirma la Garganta eufórica.