Bolilla negra para el arrabal porteño
Cuando transcurra la elección nacional las provincias van a tener resueltas sus administraciones.
Cuando transcurra la elección nacional las provincias van a tener resueltas sus administraciones.
Mientras tanto el poder de ambos se disipa. Y a La Doctora le cuesta asumir el fracaso (siempre ajeno).
Liberales sin territorio y peronistas sin peronismo sienten un atractivo recíproco.
Mientras en Juntos ponen cara de “yo no fui”. O de perro al que le hacen, violentamente, el amor.
Por Celebrity, a Mauricio no le entran las balas.
Dolores lo devuelve al primer plano y la centralidad.
Con los sindicalistas activos, con los gobernadores y minigobernadores en acción, el peronismo tradicional aspira dar vuelta el resultado.
El Poeta Impopular planteaba las PASO como un plebiscito hacia su gestión. Como si (la gestión) hubiera ocurrido.
Dos, como en el box. Terceros afuera.
Macri admiraba a Carlos Menem, no a Raúl Alfonsín.
Es en 2021, en Buenos Aires, donde probablemente se decida la presidencia en 2023.
El Correo y Hotesur presentan el idéntico riesgo de barrotes.
Pese al ninguneo, los radicales vuelven a ser adictos a la esperanza. Creen que lanzaron la carta superadora.
Al fin y al cabo, presidente puede ser cualquiera. Es joda.
Tragarse a los gorilas culturales, para recalar en Macri. O tragarse a La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.