Caos básico, bolilla uno
Una operación casi infantil para facilitar la rigidez del esquema que confronta.
Una operación casi infantil para facilitar la rigidez del esquema que confronta.
El macrismo, como movimiento, ya tiene incuestionable presencia nacional. Con otro envase, para seducir al consumidor.
Los Amarillos ahora lo necesitan como nunca. Por tercera vez.
El vaciamiento inteligente de Lousteau. La construcción del randazzismo. El carancheo a Massa. El peronismo huérfano y ausente.
Jornada caracterizada por la exasperante desprolijidad en la selectiva carga de datos.
La polarización les salió para el demonio. No contaron con la añoranza por la certeza de llegar a fin de
Entregado a las divagaciones de Carrió, el Presidente Macri adoptó el esquematismo artificial para condenar a Julio De Vido.
El fracaso de la virtud que se pregonaba, se suma al riesgo del retorno de lo que se creía extinguido.
“Hay que acabar con el Macri empresario para salvar al Macri político”.
La embestida moral arrastra por el fango al “ciudadanismo” de La Doctora.
Macri es “lo menos malo”. Valor piadosamente insuficiente ante la inmanencia de “lo peor”. El retorno del populismo.
Al impulsar a Carrió, La Demoledora, se sumergen en el mismo error de impulsar a Ocaña, La Reina del Dengue.
A Randazzo le niega La Doctora el lujo de participar contra ella. A Lousteau le niega Geniol participar de Cambiemos.
Como si La Doctora fuera Perón. Aunque esté más cerca de repetir la peripecia de Menem.