Acosos y escraches
Cobos, Carrió, Bonafini, Duhalde y La Elegida. Prisma de Consultora Oximoron.
Consultora Oxímoron
escribe Osiris Alonso D’Amomio
Consultora Oximoron, especial para JorgeAsísDigital
Entre veinte, Consultora Oximoron selecciona cinco temas sustanciales. A los efectos de interpretar la agonía del 2008 y la irrupción del 2009.
1.- Renuncia de Cobos; 2.- El acoso judicial de Carrió; 3.- Los escraches de Bonafini; 4.- La rampa de Duhalde; 5.- La Elegida y el quiebre.
En esta edición, del punto 1 al 3.
O.A.D.
1.- Renuncia de Cobos
La secuela de despropósitos del 2008 culmina con la rústica solicitada de Leonardo Favio. Trátase del creador insoslayable, con ramalazos furtivos de genialidad. Publicada en la Secretaría de Estado de Página 12.
A lo Juan Moreyra, sin el decoro interpretativo de Rodolfo Bebán, Favio le reclama, al vicepresidente Cobos, la renuncia. Lo hace con mayor densidad emotiva que los senadores Pichetto o Pampuro. Con menor brutalidad que Kirchner.
Califica Favio, la designación de Cobos, como un «traspié» de Kirchner.
Tiene razón Favio, aunque en realidad es peor. La designación de Cobos fue frívola, como la pregonada Concertación. Porque Kirchner ni siquiera lo conocía a Cobos. La improvisación fue letal.
Omite Favio decir que la designación de Kirchner fue -en todo caso- un traspié de Duhalde. Tropezón del que Duhalde se lamenta, desde sus fundamentales polos de poder. Los medios de comunicación (esperar punto 4).
Favio representa el sentir institucionalmente irresponsable del kirchnerismo en extinción. Se encuentra incapacitado para convivir con la administración del conflicto interno.
Kirchner no logra someter a Cobos.
Sistemáticamente, a través de la cotidianeidad insoportable, Kirchner lo reconstruye a Cobos como referente opositor. De tan obvio, el objetivo es infantil. Contiene el efecto ilusorio de disgregar, aún más, la tibieza de la oposición.
El ambiente de reconciliación de Luján, con el Cardenal Bergoglio incluido, derivó en la solemne inmadurez del ridículo.
La Elegida prefirió postrarse ante la perceptible pequeñez del desaire.
A Cobos -para Consultora Oximoron-, en adelante le queda la paciente alternativa de la soledad. Seguir el ejemplo de Scioli. Porque Scioli, el titular de la Línea Aire y Sol, toleró la gelidez de la humillación, durante dos años de ascenso irresistible de Kirchner. Hasta que, por su imagen extrañamente inalterable, Los Kirchner, a Scioli, lo necesitaron.
Curiosamente los Kirchner se hicieron sciolistas. Sciolificaron hasta la materia del discurso. A los efectos de pasearse por el conurbano, cada vez más prioritario (esperar punto 5).
La imagen de Cobos es escandalosamente superior a las imágenes de los dos Kirchner sumados. Y a la aureola del propio Scioli, quien admitió laceraciones en su prestigio, por la ceguera, casi irremediable, de seguirlos a los Kirchner.
Oximoron de ningún modo le recomienda, al vicepresidente Cobos, la opción de entregarse mansamente hacia las ceremonias del verdugueo. A Cobos no le queda otra alternativa que asumir el distanciamiento. Y en todo caso, renunciar.
Sería el peor golpe, acaso el definitivo, para Los Kirchner.
Aunque, por la tradicional inconciencia de los suicidas, es probable que lo celebren.
2.- El acoso de Carrió
En su consagratoria ofensiva judicial la señora Carrió logró embocar a Kirchner. Lo califica de Dictador. En su desmesura, Carrió hasta se atrevió a comparar, a Kirchner, con el Gordo Valor.
Al cierre de este informe de Oximoron, nadie, que se sepa, aún desagravió al señor Valor. Trátase del delincuente reinsertado que supo encarar episodios violentamente frontales, pero que fueron abonados con demasiados años de libertad.
El acoso de Carrió es directamente proporcional al desmembramiento del poder de los Kirchner.
Cualquier observador, medianamente informado, que haya accedido a los términos del requerimiento judicial, puede percibir que los datos presentados son cuestionablemente definitorios. Imposible conseguir, en el corto plazo, el cierre de la causa. La perspectiva del desmembramiento del poder contiene el riesgo previsible de intensificarse.
Por lo tanto, se perfilan horribles momentos en el horizonte estratégico del kirchnerismo.
En adelante, costará mantener un bloque sólido de entereza inquebrantable. Al menos entre los ostensiblemente preocupados Cristóbal López y Lázaro Báez. Y hasta en alguien endurecido por otras prisiones, como don Gerardo Ferreyra. Aunque Ferreyra no se encuentre entre los preseleccionados por Carrió.
Los dos primeros, Cristóbal y Lázaro, se encuentran, según nuestras fuentes, en la frontera sensible del quiebre. Cercados por la abundancia de informaciones precisamente detalladas.
De nada le sirve a Cristóbal, por ejemplo haber contratado una Consultora -que no es Oximoron-, que pretende humanizarlo. En almuerzos privados con periodistas televisivos. O con columnistas supuestamente «generadores de opinión».
Tampoco los baluartes de Electroingeniería, que aún no figuran en el primer plano, pueden confiar, en exceso, en el poder del medio adquirido. De muy poco podrá servir Radio del Plata si se profundiza entre los fascinantes sobreprecios registrados en los tendidos inútiles de la Patagonia. Y que el Portal de vanguardia anticipara en El Club de los 500 (ver).
De avanzarse en la investigación, el panorama es sombrío. Sobre todo si se registra, más que la buchoneada de Juez, el testimonio del embajador Sadous. En cuyo caso improbablemente pueda el señor Uberti, en adelante, disfrutar de los cafecitos reconfortantes, en bares matinales de la avenida Libertador. Lo cerca, a Uberti, la reiteración de aquella triste experiencia en la comisaría de Rosario. Cuando era pobre y joven.
3.- Escraches de Bonafini
El dolor padecido brinda patente de corso para la impunidad.
El sufrimiento garantiza el derecho humanitario a la extorsión pública del semejante.
Indignada por la sentencia liberadora de la Cámara de Casación, la señora de Bonafini anuncia escraches por doquier. Hasta en las peluquerías adonde concurran las mujeres de los jueces de referencia. Culpables por emitir dictámenes antagónicos con la democrática lucidez de su criterio jurídico.
Para Consultora Oximoron, el punto 2 -El acoso de Carrió-, se encuentra perfectamente vinculado con el presente punto 3, Los Escraches de Bonafini.
La sobreactuación humanitaria del kirchnerismo (punto 3) sirvió de redituable simulacro para que pudiera prosperar el Sistema Recaudatorio de Acumulación (punto 2).
En el Portal se escribió que la consigna noventista «roban pero hacen», se suplanto, en los dos mil, por la consigna «roban pero condenan».
Las intimidaciones de Bonafini, corazón del punto 3, para Oximoron mantienen, como destinatarios, a los magistrados que traten las derivaciones del punto 2.
Significa que de ningún modo se asiste a una contradicción entre la política sobreactuada de defensa de los derechos humanos (punto 3), con la estética recaudatoria, dilema del punto 2.
En adelante no debieran cuidarse, tan solo, en las peluquerías donde se atienda la esposa del doctor Yacobucci, o del doctor García, de la Cámara de Casación. Tendrán que tomar sus recaudos los coiffeurs donde se atienda la esposa, acaso la hermanita, del fiscal Pollicita. O las parientas dulcemente italianas del juez Ercolini.
El Humanitarismo, otra vez, sirve de escudo protector de la Recaudación.
Osiris Alonso D’Amomio
para JorgeAsísDigital
Manténgase conectado.
Próxima entrega:
4.- Duhalde en la rampa; 5.- La Elegida y el quiebre.
Relacionados
Caos básico, bolilla uno
Una operación casi infantil para facilitar la rigidez del esquema que confronta.
El nuevo Macri (con fluor)
El macrismo, como movimiento, ya tiene incuestionable presencia nacional. Con otro envase, para seducir al consumidor.
Lo menos malo y lo peor
Macri es “lo menos malo”. Valor piadosamente insuficiente ante la inmanencia de “lo peor”. El retorno del populismo.