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El 7-D depende del 8-N

Sobre los programadores sigilosos de la espontaneidad.

Carolina Mantegari - 19 de octubre 2012

Consultora Oxímoron

El 7-D depende del 8-NSobre Informe de Consultora Oximoron,
Redacción Final de Carolina Mantegari

Introducción de Osiris Alonso D’Amomio

Las multitudes pirandellianas

El dramaturgo italiano Luigi Pirandello compuso los «Seis Personajes en búsqueda de un autor» (1921).
La referencia sirve para omitirla. Para impugnar la idea que presenta, a las capas medias (que se manifiestan ruidosamente en la Argentina) como pirandellianas.
Multitudes hartas que esperan, sin buscar, la llegada del proyecto político que las contenga. Las represente y exprese
.
(Ver al respecto «La sociedad harta que espera» -cliquear- y «Resistencia, mantenimiento y hartazgo», cliquear también).

Para Oximoron es una de las lecturas aceptablemente posibles. Interpretativas del impresionante fenómeno popular que se registró el 13 de Septiembre. Conocido con el nombre vulgarmente festivo. «Cacerolazo» (procede el concepto de la cultura «momia» de Chile, de 1973).

La ceremonia masiva derivó aquí en un previsible insulto para el oficialismo altivo. Se sintió ferozmente castigado por sus arrebatos. La sumatoria de errores seriales, casi incomprensibles. Las petulantes arbitrariedades.
Pero derivó también en un irritante desafío para los opositores frágiles. Aún hoy, 35 días después, siguen con la red. Pero desconcertados.

El 7-D depende del 8-NAnte el rechazo virtual de amplios sectores de la sociedad agotada, los cristinistas más radicalizados optaron por la fácil descalificación. Tomaron la masa de capas medias sin conducción (característica pirandelliana) como una muestra de debilidad estructural.
Se confundieron. Porque en la falta de líderes -para Oximoron- reside precisamente la fortaleza de los movilizados.
Pero el fenómeno del 13-S resultó letal, sobre todo, para el opositor. Es la víctima más directa del desaire colectivo. Pierde consistencia su legitimidad.
Por no representar a las centenas de miles de seres que opositan. Relativamente auto-convocados.

O.A.D.
Director Consultora Oximoron
19 de octubre de 2012
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Programadores de la espontaneidad

«Relativamente auto-convocados», sostiene D’Amomio. Acierta.
Porque el Cacerolazo -en adelante La Protesta-, es también un producto eficaz.
De los sigilosos programadores de la improvisación. De los activos organizadores de la espontaneidad.
Ellos se inter-relacionan a través de la democracia riesgosamente inquietante de la web.
Significa confirmar que, quienes planifican la multitudinaria «Protesta» del 8-N, son los webberos.
El 7-D depende del 8-NBasta entonces, para participar, con hacer click en la opción «me gusta». Y animarse también a demostrarlo en la calle.
Es la eficacia utilitaria del facebook. Para especialistas en el misterio técnico de la «viralidad».
Fatigan las redes sociales, emergen como artesanos comunicadores del tweeter. Suelen deslizarse entre los diferentes grupos y páginas que paulatinamente se agregan. Hoy son innumerables.

Aclaremos. Que existan los programadores de la espontaneidad de ningún modo significa que estos sean los conductores del fenómeno que, en la práctica, los desborda.

Figuretismo

El equívoco se agrava por los atributos del fenómeno que Oximoron estudia.
Alude a la humana (o exclusivamente argentina) tendencia hacia el figuretismo.

Induce a la tentación de masajear el ego.
En alguno de los administradores de las 45 páginas web reconocidas, que hoy convocan, al margen de las desconocidas, y que facturan centenas de miles de seguidores.
Se asiste al riesgo de adjudicarse, en algunos casos, la conducción de la convocatoria.
De creerse, ante la orfandad opositora, el verso «de la importancia personal». Del que Arturo Jauretche solía mofarse.
La ilusión de suponer que se recibieron, de pronto, de dirigentes políticos. Gracias al braguetazo de consagración, la trascendencia aguarda.

El 7-D depende del 8-NSin embargo los programadores de la improvisación, según nuestras fuentes, se encuentran capitalizados por la inteligencia suficiente como para saber del riesgo.
Y advertirlo. A los efectos de neutralizar el afán de figuración de los líderes incipientes, deseosos que los parientes los descubran en la televisión.
Pero también los programadores de la espontaneidad deben evitar que prendan las convocatorias que confunden. Las que promueven ciertas operaciones de contrainteligencia. Alguna, claro, fue brillante. Como la divulgación de la fotografía de Moreno, después del escrache tonto y con el dibujo del tiro en la cabeza.

Mesa chica

Entre la cincuentena de organizadores se conformó -consigna Oximoron- una «mesa chica».
La componen 12 administradores de webs. Pero trasciende, a su vez, que se conformó una mesa aún más reducida. Chiquita dentro de la mesa chica.
De solo cuatro personas, que, por supuesto, el Portal no va a identificar.
El 7-D depende del 8-NSe encuentran protegidos por la red del anonimato.
Además, existen otros administradores que también suponen formar parte de los circuitos privilegiados de decisión. Donde se establecen discusiones acerca de la posibilidad de darle micrófono, para mensajes de un minuto, a 20 o 30 espontáneos, pero debidamente seleccionados. O discusiones bastante delicadas. Sobre cuál es el rol que se les puede asignar a determinados políticos que pretenden aproximarse. Entre el gentío, con los brazos abiertos y la red (la dirección del Portal prefiere reservar sus nombres).

Aportes indirectos del cristinismo

De todos modos, para la evaluación de Consultora Oximoron, resultan menos gravitantes los detalles organizativos de la marcha, que los efectos devastadores de la marcha en sí. Que los supera.
Hoy se suman, por centenas, los desconocidos que se lanzan a convocar, para el 8-N. Para La Protesta.
En el centro de Buenos Aires. O alrededor de la plaza del último pueblo perdido de la república. Y hasta, incluso, en el exterior. En las proximidades de los consulados y las embajadas.

El entusiasmo por adherir, junto al fervor contagioso de los vocacionales que se engarzan, inducen a tomar la pasada movilización del 13 de septiembre como un mero antecedente del 8 de noviembre.
Masivo, perfeccionado, superador. Irregular y probablemente último.
Ya que, como metodología, no tiene otro destino que la disolución. Al menos por este año.
Es fácilmente filtrable, operable. Sembrarle el virus violento del caos es un atributo de ciertos profesionales.

Aparte, de manera indirecta, debe destacarse la gigantesca aportación argumental de los cristinistas más lanzados.

El 7-D depende del 8-NLos manoseos obscenos en la justicia, para la preparación del arrebato del 7-D, fortalecen las consignas que aluden al consenso. La necesidad de la «justicia independiente».
Además, las ingenuas inoportunidades, que aluden a la «eternización» del cristinismo, movilizan a los que se inspiran, con firmeza, en el rotundo «no a la reelección».

A menos de 20 días de «La Protesta», los sigilosos programadores de la improvisación ya ni se sorprenden por el efecto popular del fenómeno que los pasa por encima.
Al cierre del despacho, nadie del cristinismo radicalizado aún percibe que la virulencia militante, que se prepara para el 7 de diciembre, se encuentra demasiado condicionada por el expresionismo democrático del 8 de noviembre.
Por último, para Consultora Oximoron, el 7-D depende del 8-N.

Carolina Mantegari
Redacción final de Informe Oximoron,
copyright by JorgeAsisDigital.com
(pero se permite la reproducción sin citar fuente).

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