Dilemas del Peronismo Federal
PODER VACANTE III (seminario privado de primavera): El Club de los Gobernadores. Reutemann. Macri. Duhalde, Alberto, Solá, Das Neves, Adolfo, Puerta, Romero.
Consultora Oxímoron
Redacción final Carolina Mantegari
Sobre informe de Consultora Oximoron,
especial para JorgeAsísDigital
Introducción
El Peronismo Federal emerge como el Club de Gobernadores que registra como antecedente el Peronismo del Potrero.
Consecuencia de la reunión de visionarios del 2007, en Potrero de los Funes. Hotel imponente, adornado con la tarjeta postal del lago enclavado en el extraño Estado Libre Asociado de San Luis (Cataluña argentina).
En el Potrero de los Funes se juntaron los precursores del antikirchnerismo. En su columna vertebral, en materia organizativa, aún se mantienen los dos impulsores principales.
Los ex gobernadores Adolfo Rodríguez Saa, del Estado Libre, y Ramón Puerta, de Misiones. En carácter de coordinadores del PF.
Al mismo nivel, aunque llegó después de Funes, coordina también el ex gobernador Juan Carlos Romero, de Salta (suplantado mayormente en las tertulias preparatorias por Ángel Torres).
El cuarto coordinador, el ex gobernador Carlos Reutemann, es un recién llegado a las huestes antikirchneristas.
Dos presencias, del histórico Potrero, se encuentran ausentes hoy de la corporación.
El presidente Carlos Menem, que resultó arrastrado por la tristeza de su parábola. Y el ex gobernador Jorge Sobisch, que cumplía el rol del aliado. Se recluye en el intento de recuperar su territorio. Neuquén.
En cambio, se registraron dos valiosas incorporaciones que, en los días del Potrero, lucían en la estantería del kirchnerismo.
Felipe Solá, el peronista solitario, ex gobernador de Buenos Aires. Y el actual gobernador de Chubut, Mario Das Neves, el Tenor Portugués.
Son dos de los cuatro candidatos presidenciales que contiene la entelequia Federal. Junto al gobernador Alberto Rodríguez Saa. Es el único de La Banda de los Cuatro que se situó, desde siempre, en la vereda de enfrente de los Kirchner, el motivo prioritario que guía a la corporación.
El restante, es el Presidente Eduardo Duhalde, el Piloto de Tormentas (generadas).
Es Duhalde, de la Banda de los Cuatro, el presidenciable más sólido, hoy «amuchado».
Se decide, casi tardíamente, a liberarse de las culpas cristianas. Por haberlo ungido, con su dedo erróneo, a Kirchner, aún sin saber que era El Furia. Fue en el 2003, cuando Duhalde se encontraba dispuesto a impedir el regreso de Menem.
Para imponerse, ocho años después, Duhalde tendría que superar la dinámica regida por el rencor. El imperativo categórico de la revancha.
En el 2003 tuvo suerte, lo pudo obstruir a Menem. En el 2011 lo moviliza el intento de frenar a Kirchner.
Para completar la circularidad estética del drama duhaldista, aquel enemigo superado, Menem, «arrastrado por la tristeza de su parábola», se acerca, sospechosamente, a El Furia.
Documento Tres
DILEMAS. REUTEMANN Y MACRI
El Peronismo Federal, o Club de Gobernadores, es la tercera fuerza (cómoda). Asoma después del kirchnerismo compacto, y del pan radicalismo socialista.
De todos modos, el PF presenta vertientes atractivamente literarias para aproximarse.
Lo demuestran los dos dilemas. Reutemann y Macri.
Dilema Reutemann.
Es Reutemann el sujeto de la historia que se resiste a la idea de ser.
Asumir que no se está preparado para algo es un acto de la inteligencia. Implica conocer la magnitud de las limitaciones.
Pero Reutemann, para los sectores insistentes de la sociedad mediática, resulta políticamente más atractivo que los cuatro abnegados que sí quieren serlo. Aunque cuenten, hasta hoy, con la adhesión bastante insuficiente de la sociedad ingrata, que prefiere al evasivo. La sociedad ingrata aguarda, con incierta irresponsabilidad, al evasivo que no quiere, por inteligente, representarla.
A través de las sistemáticas evasivas, Reutemann construye el misterio de transformarse en la vedette (o por lo menos en el enigma) de la Corporación del Peronismo Federal.
La expectativa que arrastran los silencios de Reutemann, debilita, en el fondo, a los otros cuatro pretendientes que se disponen a ser. Para lidiar, entre rencillas internas de gastronomías menores, en una suerte de elección de entrecasa. A desarrollarse hacia el interior del cisma. Para decidir el ganador. El Elegido para confrontar con Kirchner. Seguramente, con La Elegida.
Dilema Macri.
Otro presidenciable es el jefe del artificio autónomo de la capital, Mauricio Macri. Es el condecorado por el temor de Kirchner. Privilegio que Macri comparte con Reutemann.
Sin embargo Macri es portador del pecado original de no ser peronista.
Pero el pecado, simultáneamente, lo torna más interesante. Lo posiciona mejor con la ambigüedad conocida como sociedad independiente, que viene algo fastidiada por las distintas cuadraturas del peronismo. Con la extendida necesidad de moderación, donde suele ocultarse la concepción de «centroderecha». Para horror de Solá y Das Neves.
Como producto, para ser consumido como «el champagne, con moderación», Macri necesita, invariablemente, del apoyo del Peronismo Federal.
Pero la Corporación ya tiene, como pretendientes, a la Banda de los Cuatro. Son peronistas de marca y de historia. Reticentes, en general, a facilitarle el premio de la candidatura. Aunque Macri pueda hacerlos ganar (que es lo más apasionante para los peronistas). En virtud de mediciones extraordinarias, que le endulzan, a Macri, las crecientes complicaciones judiciales. Por errores convenientemente atribuibles al deseo del kirchnerismo por destruirlo.
La Banda de los Cuatro, en lo que respecta a las candidaturas, se va a mostrar inamovible. Queda en posicionamiento, hasta marzo. La circunstancia facilita la multiplicidad de las combinaciones circulantes. Aproxima a la literatura de ficción.
Las conjeturas se tornan, aún, más complejas por la presencia incierta del desperdiciado Francisco De Narváez.
Haber gobernado Casa Tía no lo transforma a Narváez, en la corporación, en un par.
Mientras se reduce, Narváez participa, acaso a su pesar, de las más diversas alquimias. Las que maliciosamente suelen atribuirse al empresario Manzano. El Chupete tradicional.
A las conjeturas para iniciados se le suma otra eventualidad que surge, de pronto, como otro dilema virtual. Un milagro de alternativa. Es el Dilema Scioli. Implica imaginar que el Líder de la Línea Aire y Sol, el gobernador Scioli, decida tomar la garrocha para emprender el salto ilusorio.
Por lo tanto, el Peronismo Federal culturalmente se enriquece con el adorno del coordinador que se resiste a ser el candidato (Reutemann).
Con los aportes del aliado que para los corporativos nunca puede serlo (Macri).
Y con la perspectiva misteriosa que se acerque aquel que no está. Y que nunca va a llegar (Scioli).
De acuerdo a la presentación, para Consultora Oximoron, los menos tratables parecen ser, al fin y al cabo, los amuchados que se lanzan.
La Banda de los Cuatro.
Alquimias eternas
El juego de la acción psicológica alcanza niveles de riqueza caudalosamente imaginativa.
Basta para plantar la fórmula Macri-Romero.
O la certeza del arreglo, ya decidido, entre Alberto Rodríguez Saa y Duhalde. En diversas alquimias donde a Solá se le reserva, a lo sumo, la figura concesiva de senador. Y a Macri, el destino unánime de repetidor. Cuatro años más en la capital, para (des)consuelo de la señora Gabriela Michetti. Y del ídolo de Flores Sur, el carismático Rodríguez Larreta.
Aunque cabe la posibilidad que se registre el ticket que suele fomentarse desde la avenida Belgrano.
Scioli para la presidencia. Narváez para «Buenos Aires, la provincia inviable» (cliquear) y Macri siempre repetidor en la capital.
Y por qué no Duhalde-Adolfo (aunque a Adolfo se le reserve, en las martingalas, la presidencia provisional del Senado). Y que Alberto resuelva proseguir su faena de seductor del Estado Libre Asociado de San Luis.
Otra combinación que suele manejarse lo contiene a Alberto para la presidencia, pero con Duhalde para la gobernación de la «provincia inviable». Con Solá siempre -pobrecito- para senador, y con Macri condenado para repetir en el artificio de la capital.
Al pobre Das Neves, El Tenor, se lo deja con la entonación de «O sole mío». A lo sumo, se lo tiene para ministro del gobierno que difícilmente se vaya a conquistar.
O Duhalde-Puerta (que es el único que riega su vocación vicepresidencial). O Macri-Puerta, aunque sean amigos, aquí con Duhalde para la gobernación, Narváez para la Casa Tía y con Martín Redrado para la capital.
Pero sin dejar nunca de costado la religión perenne de los optimistas. Los que aún sostienen que Reutemann, en marzo, va a olvidarse de sus limitaciones. A suponer que es capaz y salir a jugar. Para matar las imposturas insustanciales y detener los saltos sin red.
Carolina Mantegari
sobre informe de Consultora Oximoron,
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