Antes del 2011
Cambio: Romero por Pampuro. Para la Presidencia Provisional del Senado.
Consultora Oxímoron
escribe Jorge de Arimetea
Consultora Oximoron, especial
para JorgeAsísDigital
«Cobos está apurado. Quiere
ser presidente antes del 2011″
La Elegida, Discursos Selectos, Ediciones de Telam.
En la comunicación sigilosamente calculada, La Elegida instala el temor. Para los desestabilizadores, es el deseo. Consiste en no llegar al 2011.
Lo hace para maltratar al vicepresidente Cobos. Ambos mantienen una relación recíprocamente patológica. Se reprochan, pero a la distancia.
Conforman el dúo Calidad Institucional, epigonal del Pimpinela.
Sin anestesia, La Elegida se adelanta en el cálculo. Plantea la problemática que excede, en realidad, al compañero de fórmula. El desmarcado Cobos.
Es una preocupación presente en las conversaciones elementales. Si estos muchachos -los Kirchner- llegan al 2011. ¿O no? Juegan, en las respuestas, diferentes pasiones. Voluntarismos que condicionan la racionalidad.
La onda es Buenos Aires
Gracias al pavoroso desmadre del kirchnerismo, la onda del verano 2010 pasa por Buenos Aires. Entre las sofocaciones permanentes, se asiste a las movidas desenfrenadas. La calentura de la atmósfera, complementada por el desmoronamiento de las estructuras, produce un cuadro estremecedor.
El desacople signa la improvisación del gobierno. Si bien atraviesa, desde el 28 de junio, un período de estricta debilidad, aparentaba encontrarse más firme. Casi jactancioso. Sin ofrecer la ostensible vulnerabilidad del flan.
El destape es un fenómeno lícito en el verano. Pero al destaparse, la administración de La Elegida muestra lo peor. Junto a la perceptible irascibilidad del Elegidor.
El gobierno se derrite. Como un pan de manteca en el asfalto del mediodía. Se desintegra. Solo. Se estampa otra vez el helado en la frente. Queda la mancha ridícula de la incapacidad. La insolvencia dicta el espectáculo. El desconcierto surge como protagonista prioritario del horizonte. El hartazgo cultural inquieta infinitamente más que el «ánimo destituyente».
Cuesta creer que estos muchachos -La Elegida y El Elegidor- puedan mantenerse. Cuando «huelen a calas y a pinotea», y faltan, aún, setecientos días.
La próxima jugada
Al borde del receso estival, El Portal anticipa la próxima jugada política del verano.
Es de esperar que el proyecto mantenga vigencia. Que el acuerdo cerrado, entre los opositores, aún se respete. A pesar de las esquirlas escandalosas, posiblemente modificatorias, de la actualidad. El episodio agobiante de Redrado, sólo movilizado por el mérito de durar. Y por los papelones de Boudou. Un dilema irresoluble, entre fondos buitres y ministros gorriones.
La movida, según nuestras fuentes, consiste en promover la designación del senador Juan Carlos Romero, de Salta, como Presidente Provisional del Senado. Romero integra la «mesa» del llamado Peronismo Disidente (de Kirchner).
La oposición, a través de esta postura de máxima, abandona definitivamente el ciclo de la adolescencia. Sobre todo cuando se torna unánime la moda de alejarse del kirchnerismo. Orientación que dejó, infortunadamente, de ser una plaga. Para transformarse en un conjunto de resistentes esclarecidos, que se dedican a descalificar a todo aquello que no pertenezca a su secta. O apruebe sus imposturas. En carácter de aliados. Como Sabatella, y Rinconete y Cortadillo, o sea Raimondi y Macaluse, artistas exclusivos de «6,7 y 8».
La postulación de Romero es consecuencia del entendimiento del Peronismo Disidente. Es el grupo que movilizan, sobre todo, los Rodríguez Saa, del Estado Libre Asociado de San Luis. Junto a los reorganizados radicales, que se reconstituyen a través de las líneas liminares de Morales y de Sanz.
Bloque Desempatador
En trazo grueso, los valores del Senado consignan la existencia del virtual empate. 35 a 35. Es precisamente aquí donde adquiere sustancial importancia el Bloque Desempatador.
Lo componen dos senadores. Lo comanda el senador Verna. Es el jefe político de La Pampa. Lo sigue la senadora Higonet.
Verna es tan peronista como los peronistas que integran el oficialismo que se desintegra en el Frente de la Victoria. O como los peronistas que participan del «Peronismo Disidente» (cliquear).
Ocurre que Verna mantiene, según Gargantas, una vieja contienda personal con La Elegida. Desde cuando compartían el mismo bloque. Cuando la expulsaron por «rompep…», de manera explicablemente despiadada.
«Cristina era insoportable», confía un senador, mandato cumplido. «Con sólo compararla, revalorábamos a nuestras mujeres».
Pero las disidencias de Verna con el kirchnerismo se agravaron con los desaguisados imperdonables del campo.
«Ser de La Pampa y kirchnerista, es un oximoron digno de la Consultora del Portal», nos dice otra Garganta.
En todo caso el senador Marín, emblemático prohombre, tendrá que ofrecer convincentes explicaciones por haberse acercado tanto a los Kirchner. Como el menos gravitante diputado Baladrón. Otro «mandato cumplido», que logró conchavarse en el oficialismo, merced a su comportamiento en la Comisión de Medios.
Tampoco Verna adhiere a la facilidad del Peronismo Disidente. Pero si tiene que elegir entre apoyar la reelección del crédito del Portal, el destacable cebador de mates con sacarina, el senador José Pampuro, de Buenos Aires, o inclinarse por Juan Carlos Romero, de Salta, va a optar, según Gargantas, por el salteño.
Pero la cuestión es más política que matemática.
Porque Reutemann, el gran administrador de las vacilaciones, estaría en desacuerdo en promover la candidatura de Romero. Pero afirman que no es por animadversión. Es por considerar, acaso, que la presidencia provisional del senado debiera corresponderle siempre al oficialismo. Por ser el segundo en la línea de sucesión.
Es decir que el sublime bolero «Cristina, Cobos y vos», hit de la campaña del 2007, puede modificarse con el siguiente esquema. Cristina, Cobos y Romero.
Final con Puerta
Aquí juega el antecedente de Ramón Puerta. A su pesar.
Puerta, hoy diputado por Misiones, fue designado presidente provisional del senado, en los tramos agonizantes del 2001. Antes que a De la Rúa se lo llevara puesto la catástrofe. Historia contemporánea.
Sin embargo, los catastrofistas insisten, con errónea interpretación, en las equiparaciones. Aquella tragedia del 2001, que nada tiene que ver con las desdichas derivadas de la actualidad. Como consecuencia de la insolvencia más patética.
Al carecer de vicepresidente, por aquel vibrante renunciamiento de Chacho Álvarez, el Casildo de los 2000, Puerta accedió a la presidencia. Pudo desactivar el vacío de poder, antesala de la anarquía. Fueron «dos días que estremecieron a la Argentina». Y no deben volver a repetirse. Aunque La Elegida, en un rapto de meticulosa irresponsabilidad, instale el temor. El de tener que irse, «antes del 2011».
Precisamente el deseo imaginario de los agobiados por el hartazgo cultural.
Jorge de Arimetea
para JorgeAsísDigital
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