Gils Carbó y Los Jacobinos
Cortoplacismo excesivo en el Parque de Diversiones de La Justicia Legítima.
Consultora Oxímoron
sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital
Introducción
Ética de la improvisación
“Estos chantas gobiernan para las próximas 48 horas”, sintetiza la Garganta.
El peronismo suele instalar la idea de la reivindicación inmediata.
Es el rédito del ahora. De la satisfacción rápida. La moneda pronto y ya. Viva.
(Al contrario, el socialismo suele extraviarse en el placer colectivo para la posteridad.
O el liberalismo se diluye en la espera ilusoria de que algo, en un plazo mediato, se derrame).
En la materia, la versión cristinista de la historia, instrumentada por Los Hijos de Marca, trasciende por el cortoplacismo excesivo.
Aquí rige, ante todo, la ética de la improvisación.
Tomarla con seriedad produce más irritación que desconsuelo.
La carencia de rigor, la frivolidad argumental, facilita la sospecha. Lo que se degrada hoy puede ponderarse, sin ningún inconveniente, mañana. O viceversa.
Y puede que los enemigos de hoy sean, por su propia dinámica, los aliados de pasado mañana.
No se trata de asumir la existencia de ningún cambio planificado de estrategia.
De lo que se trata es de tapar agujeros para generar otros.
Es un Parque de Diversiones que depara sorpresas vanas. Ni siquiera entretienen. Fastidian.
Debe compadecerse a todo aquel que, en la patología del naufragio cristinista, pretenda encontrar algo de racionalidad.
Osiris Alonso D’Amomio
Director-Consultora Oximoron
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La jurista indomable
“Gils Carbó es Zannini, pero con un pié en Verbitsky”, confirma la Garganta.
“Honesta y algo delirante, frontal, aún atractiva, intelectualmente sólida, pero con un afán de protagonismo insoportable”, describe otra Garganta (se jacta de conocerla demasiado bien).
Procuradora General de La Nación, la doctora Alejandra Gils Carbó concentra, en su periplo, las paradójicas contradicciones del cristinismo.
Ideóloga de “Justicia Legítima”. Agrupación que impulsa el zafarrancho de la Reforma Judicial. La “movida democratizadora”. Motivada en la obsesión que depara el conflicto bélico con Clarín (que para colmo se pierde).
Gils Carbó avanza con sus jacobinos. En la instancia de menor credibilidad del gobierno que, cinco años atrás, llamativamente la combatía.
Cuando su predecesor, el destronado Esteban Righi, El Bebe, por instrucción de Carlos Zannini, El Cenador, debía imponer el inapelable deseo de Néstor, El Furia.
Consistía en domar a la Fiscal indomable (Gils Carbó). La rebelde que estropeaba el negocio político. La santa alianza.
El idilio -interesadamente pasional- de El Furia con Héctor Magnetto.
Es el verdadero trasfondo del Parque de Diversiones.
La jurista indomable había producido el dictamen imperdonablemente crítico sobre Cablevisión. La empresa surtidora de Clarín que buscaba mega-fusionarse con Multicanal. Con la vista gorda de El Furia.
En simultáneo, Clarín hostigaba a Gils Carbó con un juicio disparatado. Con sutilezas de la semiología, a través de cierto prestigioso semiólogo contratado, Clarín procuraba probar -en el Parque de Diversiones-, que el dictamen había sido redactado por alguno de los innumerables abogados de Raúl Moneta.
Otro activo equilibrista del Parque, Moneta sobrevivió a cien portadas adversas de Clarín. Hoy trata de recuperarse, recargado de juicios y enemigos, en la cama de una clínica.
Significa confirmar que Gils Carbó es crítica del Grupo Clarín antes que el gobierno.
Es decir, antes que El Furia decidiera clausurar el romance. Porque “Clarín mentía”.
Fue un plagio publicitario a Hugo Moyano, El Charol, entonces socio de El Furia. El Charol arrancó con aquel cartelito “Clarín Miente”.
La paradoja trucha del Parque de Diversiones termina con Gils Carbó como mascarón de proa del cristinismo. Situada, con los jacobinos, en el frente de la guerra prioritaria contra Clarín (que pierde).
Mientras tanto, para Moyano, ya Clarín no miente más.
El único que perdió, entre tanto descuidismo, fue Righi, que se volvió al bufete de abogado.
Expulsado del paraíso que se impone, en el Parque, como un infierno circular.
Y para ser sucedido, en el tren fantasma de la Procuración, por Gils Carbó, la fiscal indomable a la que debía domar.
Y para caer por la causa, acaso, más humillantemente perdida. La salvación de Amado Boudou, El Descuidista que inició el camino invariable del cristinismo. Hacia la ciénaga.
La Corte que los va a meter presos
A Cristina, La Doctora, a pesar del derrumbe, aún se le teme.
Pero se acepta que cometió dos errores fundamentales.
1) Haberse entusiasmado con El Descuidista. Lo llevó hacia la vicepresidencia por su grandísima culpa.
(Entre la abundancia demencial, Amado hoy asoma como el más sensato).
2) Haberse entusiasmado con Ricardo Lorenzetti, al extremo de avalarlo para la Presidencia de la Corte Suprema.
(Una factura para el ex senador Nicolás Fernández, ampliaremos).
Y con la incorporación de las juristas independientes. De la magnitud de la doctora Carmen Argibay.
Y -en menor medida- de la doctora Highton de Nolasco, la NYC (“nacida y criada en el Poder Judicial”).
La Garganta confirma que El Furia sentenciaba.
“Es la Corte prestigiosa que nos va a meter presos”.
Categoría superior
Entre Justicia Legítima, y los pendex jacobinos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora, arrastraron al cristinismo a la encerrona del presente.
Ante la historia, quedan como una manga de autoritarios voraces.
Los que “van por todo” en medio de la nada, hacia el foso.
Es el riesgo de subirse a Las Hamacas Voladoras (formidable cuento de Miguel Briante).
Aunque logren aprobar las leyes apuradas, movilizan a los influyentes sectores de la Argentina Blanca (los que pagan los impuestos). Para impedirlo.
La imagen consolida la idea -aquí tratada- del aislamiento interno.
La desgastada mayoría ocasional conquistada en 2011. Contra el resto del mundo. La petulancia del ajado 54% que aporta legitimidad.
Por lo tanto no vacilan en marearse con la hamaca voladora y producir dislates fundamentales (total se cambian al paso, “dale que va”).
A) Exagerar los requisitos de viabilidad de las “medidas cautelares” (una idiotez destinada a evitar el recurso, la música con que Clarín los hace bailar -ver “Cristina baila la música de Clarín”, cliquear-).
B) Avanzar en el vaciamiento del contenido patrimonial y reglamentario de la Corte (para pegarles donde duele, en la Caja, y quitarle el atributo para los nombramientos).
C) Elegir miembros del Consejo de la Magistratura -regalito constitucional de 1994- por consagración electoral.
“Muy bien ¿pero creen que siempre van a ganar ustedes?”.
Confirma la Garganta que se le advirtió al jacobino entusiasmado con la calesita luminosa de la Justicia Popular.
De todos modos, si se da vuelta la tortilla, los jacobinos no vacilarán en oponerse pronto a lo que hoy impulsan.
Para Oximoron, el jacobino venerable que influye en la transformación del Parque de La Justicia es Julián Álvarez, El Lindo Julián.
Se encuentra capitalizado por la pertenencia a la categoría superior.
Consiste en ser un “Hijo de marca”. De militante.
Secretario de Justicia, El Lindo Julián hoy arrastra hasta al ministro formalmente desdibujado.
El Lindo Julián del tango aspira también a ser, según nuestras fuentes, el próximo mini gobernador de Lanús.
Se reporta a Eduardo de Pedro, el Wado. Es otro miembro de la categoría superior.
“Wado es, a la política, lo que Kicillof es a la economía”, confirma la Garganta. “Pero sin ningún De Vido que lo frene. Ni siquiera tiene un Moreno”.
Bastante más capacitado que Cabandié -otro exponente de la categoría superior-, El Wado es el más respetable de la banda de La Cámpora, la agencia que orienta Zannini (El Cenador que gobierna mientras Cristina twitea, cliquear).
Sin el refinamiento brutal de Larroque, El Pichón.
E infinitamente más despierto que Recalde, el protagonista potencial de otro escándalo.
Cuando la epidemia de la transparencia traspase las puertas contables de Aerolíneas.
Como del Ansés. De la ficción carísima de Enarsa. O del quiosco instalado “en el ministerio de La Flaca”.
La Flaca que sólo sabe aplaudir. Y sobre todo cobrar. Ampliaremos.
Para terminar con los jueguitos del Parque, el cuestionamiento principal, a Gils Carbó y Los Jacobinos, les llegó por donde menos lo esperaban.
Por Horacio Verbitsky, el orientador del Cels. Ideólogo del ascendente Movimiento Todos por Horacio.
Horacio percibió rápidamente la presencia de “la inconstitucionalidad”.
“La inconstitucionalidad de oficio”, como amenazaba con declarar la Corte.
“Las cautelares” no podían rebanarse así nomás.
Al fin y al cabo, se trataba de “otra tontería cortoplacista”. De “Los Hijos de Marca”.
Herencia vital de aquellos “compañeros de militancia”. Los que se ofrendaron por el delirio de una revolución confusa, casi real.
Nada comparable con la exitosa infiltración actual, de una generación que inspira La Revolución Subsidiada.
Imaginaria.
Carolina Mantegari
para JorgeAsisDigital.com
Informe Oximoron-Redacción final
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