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La vitrina barata de la Capital

La segura promoción de Horacio Rodríguez Larreta aumenta las expectativas de Alberto Rodríguez Saa.

Carolina Mantegari - 30 de julio 2012

Consultora Oxímoron

La vitrina barata de la Capitalsobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final de Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital

Por la centralidad excesiva de los medios de comunicación, el Artificio Autónomo de la Capital ofrece una vitrina excelente, transitoriamente barata, a todos los audaces que contengan la ilusión de nacionalizarse.
Para 2013. Aparte de la masividad irrelevante de las diputaciones -para la «nación» y los concejales «de la ciudad»- deben renovarse los senadores del Artificio.
Dos para la escuadra triunfadora. Uno, para la segunda minoría. Consecuencia del rebusque exitoso que legara, como clavel del aire, la Constitución de 1994. Cuando el gran visionario Raúl Alfonsín percibió que a la centenaria Unión Cívica Radical le aguardaba el triste sendero de la declinación. La pendiente que, en 1999, merced a un golpe de efecto, el propio Alfonsín tergiversó. Al asociarse con el Frente Grande, del hoy «apartado» Chacho Álvarez, para deslizarse en la desgracia estratégica de vencerlo a Duhalde, el próximo Piloto de Tormentas (generadas). Con Fernando de la Rúa, el Estadista Trunco, como mascarón de proa. Es quien se iba a hacer personalmente cargo del fracaso. Al contrario, quedaron desperdigados del Frente Grande que nunca abandonaron los celulares del gobierno. Ampliaremos (aunque, mejor, olvidemos).

El Enigma PRO, expresión partidaria del macricaputismo expansivo, con Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, conduce el Artificio Autónomo, pero carece de senadores que le respondan.
Dos de los tres que cesan, arribaron en 2007 con una de las tantas siglas de la deprimida Empresa de Demoliciones de la señora Elisa Carrió.
«Demoledora» que oscila, en la actualidad, entre la melancolía del descenso y la rencorosa fatalidad de la bancarrota.

La vitrina barata de la CapitalLa señora María Eugenia Estenssoro, aún rescatable de todos modos, busca su espacio en soledad. Como Samuel Cabanchik, el filósofo que, con menos alboroto, y con algún meritorio recato, supo continuar la huella parental iniciada por el maestro-diputado Borocotó. Otro visionario ideológico que merece desagravio y reconocimiento.
El tercer senador, Daniel Filmus, El Psicobolche, suele destacarse como ejemplo de coherencia para la derrota. Emerge como el adversario predilecto de El Niño Cincuentón.

De acuerdo al relevamiento de Oximoron, es improbable que El Pisocobolche resulte agraciado, otra vez, por el dedo arbitrario de Nuestra César. Para insistir en el derrotero.
«Cristina va a elegir un Camporita de los tantos, el que se le ocurra», confirma la Garganta, que instiga a no anotarse en el manoseo de los apellidos habituales.
Abarcan a la señora Garré, el joven Cabandié, el jarrón chino de Tomada.
Pero despunta, aquí, el empuje innovador de Axel Kicillof, El Gótico.
Aunque nunca debiera descartarse, en el distrito, la promoción del dirigente más popular del cristinismo. Guillermo Moreno.
«Sería una elegante manera de quitárselo de encima».
Sobre todo si habrá que competir con Horacio Rodríguez Larreta. Es El Carismático del PRO, que se prepara para suceder, naturalmente, a Mauricio.
Para lícito espanto -cabe consignarlo- de la señora Gabriela Michetti, La Desplazada Eterna.

La vitrina barata de la Capital«La candidatura para senador de Rodríguez Larreta ya está decidida. Es inevitable. Juéguese», confirma la Garganta.
Pero «Horacito» tiene aún que conseguir que entre Mauricio, Nicolás Caputo y Emilio Monzó, vuelvan a «pasarla al cuarto». A La Desplazada Eterna.
Persuadirla a Gabriela para que se traslade, políticamente, hacia Buenos Aires. La provincia (inviable).
Al manejar los resortes partidarios del macricaputismo, todo aquel que desafíe en la interna a Horacito (así se trate de La Desplazada) debe asumir el rol de sparring.
Por lo tanto, con previsible perversidad, algunos macricaputistas irreprochables suelen estimular a Rodríguez Larreta. Por la conveniencia de estrellarlo, directamente, contra la realidad. Como si la promoción fuera la sepultura (programada) de su carrera.
«Pero no es así. No tiene rivales».

Peronistas náufragos

«Si el Pelado Rodríguez Larreta va por el PRO significa que hay rebusque. Está para cualquiera», confronta engañosamente otra Garganta.

Andrés Amil, el filósofo positivista del irigoyenismo, sostenía:
«Cuando la carne se cuelga baja, hasta el perro salchicha se le atreve».

La postulación de Rodríguez Larreta lo entusiasma en exceso, según nuestras fuentes, al ex gobernador Alberto Rodríguez Saa. Desocupado.
Es el promisorio Artista Plástico, del Estado Libre Asociado de San Luís. Conduce la mutual partidaria titulada «Es Posible».
Como artista ambicioso que emigra, el Alberto quiere también probar fortuna entre las galerías del Artificio de la Capital. Con mayores perspectivas. Sobre todo porque a Gabriela vuelven a utilizarla de comodín. Para el hábito de apartarla.

La vitrina barata de la CapitalDe todos modos, la posible inmigración del Artista Plástico genera las sospechas fundamentadas de los «peronistas náufragos».
Son los que proceden del desastre suicida del duhaldismo. Buscan, afanosamente, el auxilio de integrarse entre las costas del PRO. En alguna ventanilla que, de pronto, pragmáticamente se les abra.
Los Peronistas Náufragos instalan que el Alberto (no confundirlo con el poeta Alberto Fernández) mantiene el encanto del misterio. Porque dicen que se lanza -si es que se lanza- en virtual acuerdo con el cristinismo.
«Para rapiñarle algunos miles de votos a Macri», confirman.
A los efectos de justificarse, los peronistas sacrificados, que sobrevivieron al naufragio, esgrimen que, por deslizamientos sospechosamente semejantes, supo estrellarse el pequeño Titanic del Peronismo Federal.

La (casi) extinguida civilización radical

Infortunadamente, la civilización radical se extingue. Pero contienen algunos sobrevivientes que no huyen -como los peronistas náufragos- hacia las ventanillas del macricaputismo, que se les quedó con el electorado.
Los penúltimos exponentes radicales pugnan, incluso, por aferrarse a la identidad originaria. En la búsqueda «proustiana» de recuperar -si no el paraíso- el territorio perdido.

Como aquí, en el Artificio Autónomo, la política es comparativamente barata, para amagar basta con lanzarse desde alguna emisión de cable. O con un «tuit».
Sin estupor, Oximoron exhibe una serie alarmante de postulantes. Consigna, en primer lugar, la apetencia figurativa de Humberto Bonanata.
Trátase del colega cordial de la Agencia Notiar. Suele reproducir generosamente algunos textos del Portal. Bonanata mantiene cierta historia, en el radicalismo del siglo anterior. Se lanzó por internet. A través de una gacetilla.

También el Informe registra al inalterable Rafael Pascual, que en el tiempo taponado de De la Rúa fue presidente por dos días.
(Durante su apasionante gestión presidencial, una dama distraída le preguntó a Pascual: «Vos ¿de qué trabajás?»).
Tampoco nunca podría faltar, en el muestrario, el jurista Ricardo Gil Lavedra. Junto a otros dos intelectuales relativamente apreciables. El humanista Leandro Despouy, y el escritor Rodolfo Terragno, ídolo intocable de la señora Pinky. Terragno es el autor de «La Argentina del siglo veintiuno», librito con palabras -por entonces- técnicamente difíciles. Bastaron para seducir al presidente Alfonsín, que lo designó ministro.

La vitrina barata de la CapitalLos progresistas mejor inspirados, desconformes con el «frepasismo tardío» que impulsa Nuestra César, suelen nuclearse alrededor del socialista Hermes Binner, El Hombre Quieto.
Ellos mantienen, en carpeta, algunos personajes respetablemente relevantes que nunca terminan de excitar a nadie. Para no claudicar de nuevo en la desgastante negociación con el prometedor Fernando Solanas, buscan producir un golpe menemista de impacto. Lograr, según nuestras fuentes, que la señora Beatriz Sarlo, consagrada intelectual de ramos generales, acepte el cambio existencial. Para asumir las fatigas incómodas de la lucha política, sin cesar en la obstinación cotidiana de bajarle línea a la humanidad.
Al cierre del despacho, para el binnerismo, el Proyecto Sarlo persiste, aún, en estado de perspectiva.

El informe Oximoron culmina con una escueta referencia hacia la admirable capacidad para la insistencia del poeta Alberto Fernández.
Trátase del exponente más emblemático de Las Viudas del Furia.
Recargado de romanticismo, el poeta fastidia, en la actualidad, desde diversas emisiones del cable. Lo moviliza el impulso de ser reconocido como «miembro fundador del kirchnerismo».
Aunque Nuestra César, la heredera natural de aquella patología, lo prefiera, cada vez, poéticamente más lejos.
Sumergido -para ser exactos- en la creatividad del olvido.

Carolina Mantegari
Redacción final de Informe
de
Consultora Oximoron

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