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Nuevos siete samurais

ACTUALIZACIÓN DEL PODER VACANTE (SEMINARIO I): Scioli, Cristina, Moyano, Macri, Binner, De la Sota y Massa/Urtubey.

Carolina Mantegari - 22 de julio 2012

Consultora Oxímoron

Nuevos siete samuraissobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final de Carolina Mantegari,
especial para JorgeAsísDigital

Introducción

El 20 de octubre de 2010, para el seminario «Poder Vacante», Consultora Oximoron elaboró el informe base que registró la existencia de los «Siete Samurais» (cliquear) de aquel momento. Eran Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Daniel Scioli, por el Frente para la Victoria.
Ricardo Alfonsín y Cleto Cobos, por la Unión Cívica Radical.
Eduardo Duhalde por el Peronismo Federal o Disidente, y Mauricio Macri, del enigma PRO.
22 meses después, de aquellos siete samurais siguen, en vigente carrera, tres. En este orden, Scioli, Cristina y Macri.
Para el nuevo seminario del Portal, la actualización del informe destaca un conjunto de desplazamientos. La virtual desaparición política, del primer plano, de los indispensables radicales. Y del casi extinguido «peronismo disidente». Se registra, aparte, sólo una sustancial desaparición física. Néstor, El Furia.

Osiris Alonso D’Amomio
Director de
Consultora Oximoron

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El pedestal de Oscar Wilde

«Cuando bajas de tu pedestal dejas de resultar interesante», le dijo Sir Alfred Douglas, a Oscar Wilde (ver «De profundis»).

El papelón colectivo del cristinismo, en su ofensiva descarada sobre Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, logró que la señora Cristina Fernández, Nuestra César, debiera bajarse, ostensiblemente, del «interesante» pedestal de Wilde.
Por intermedio -cuando no- de Oberdán Rocamora, el Portal primereó en la interpretación del conflicto.
Al contrario, fue el agredido, Aire y Sol, el explícito beneficiario. El impugnado vencedor que le «marcó la cancha» a Nuestra César.
En su retroceso, Nuestra César arrastró a los principales colaboradores incendiados. Por compasión, Oximoron prefiere no detenerse en detallar las llamaradas.
De Florencio Randazzo, en el ascenso del tobogán ante la pérdida de influencia del superado superministro Julio De Vido.
Nuevos siete samuraisO el mismo De Vido, que sólo recuperó migajas de protagonismo por aceitar, con promesas vagas de ladrillos, a los mini-gobernadores que fueron utilizados para la ofensiva desperdiciada.
O el invalorable Aníbal, siempre de lengua apta para servir causas presidenciales, con la mayor convicción, aunque quede recluido en el estremecedor aburrimiento del Senado.
O extrañamente Julián Domínguez, tercero en la línea de sucesión, que emergía como un cuadro despierto, vigorosamente vivo. Pero también quedó desteñido en la caótica conspiración. Chirinada que parecía despiadada y total, pero que terminó grotescamente, con una capitulación inspirada en la frivolidad de las encuestas. Con fe, esperanzas y siempre para adelante, Aire y Sol, otra vez, se las ponía. Las tapas.
Por no registrar el menor peso en la balanza, el Informe Oximoron omite registrar las notorias quemazones de «Victorio» Mariotto, el Calabró de Llavallol, y de los inimputables conceptuales, de la magnitud de Kunkel, Díaz Pérez, y otros traficantes de cercanía presidencial.

El papelón coral del cristinismo produce, aparte, el desplazamiento que debiera tomarse como una humillación.
Porque Aire y Sol -para Consultora Oximoron- desplaza, como primer samurai, a Nuestra César, que pasa al segundo plano. Sitial de privilegio pero colectivamente humillante.
Pese a la explicable simpleza de su positivismo vitalista, Aire y Sol mantiene, inalterablemente, las posibilidades del «después».
En tanto que Nuestra César, para mantener el «después», necesita del manotazo constitucional que se impone, al cierre del despacho, como inviable. A esta altura, se aprecia que resulta insuficiente el entusiasmo de los «frepasistas tardíos». Los que pretenden movilizar a las masas ilusorias, con debates barriales.
Para Nuestra César se trata del castigo peor.
La penitencia de ser vencida, acaso temporariamente, por Aire y Sol. Justamente por aquel que tanto subestima. Pero que le marca la cancha y la lleva, como a una hija, hacia el colegio. Ver «Dura en el arte de arrugar» (cliquear).

La Argentina culturalmente peronizada

Por prepotencia de fuerza y de presencia, Hugo Moyano, El Charol, pasa a convertirse, para Consultora Oximoron, en el tercer samurai.
Trátase del opositor más temible. El mejor producto que más sabe explotar el «encanto de la negritud».
Nuevos siete samuraisPese a los tajos tan visibles. Y al recorte de gremios que Charol debió padecer. Consecuencia de la separación involuntaria con Nuestra César, que decidió el abandono unilateral.
La pretensión de Nuestra César implica terminar, definitivamente, con Charol. Y armarse una selectiva CGT a la carta.

Acaso a su pesar, Charol es parte protagónica de la «oposición».
Una perdonable oposición que debiera ser evaluada -para Oximoron- con más racionalidad que misericordia.
Sobre todo en el país políticamente devastado. Donde la política, en general, se cultiva exclusivamente desde la gestión.
Desde el llano, por impericia, se torna prácticamente imposible la construcción de la alternativa que reclama la sociedad hastiada. Que carece, incluso, de representación. Dirigentes que puedan capitalizar el hastío creciente.
En la Argentina culturalmente peronizada, sólo se construye poder desde el poder. Característica que alcanzó grados de patología con el advenimiento del kirchnerismo.
Y aquel que desafíe, o impugne el poder establecido, con intenciones más intensas que rapiñar la intrascendente minoría, es expuesto a la aplanadora oficialista. Así se trate, siquiera, de un municipio.

Es precisamente la fuerza peronista propia que hace de Charol el samurai más preocupante. En especial si alcanza a entenderse con Aire y Sol. Y entre ambos encierran, en sandwich digerible, a Nuestra César.
Ampliaremos.

Excitaciones territoriales

Nuevos siete samuraisEl control del territorio metropolitano aún posibilita que Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, figure como el cuarto samurai. A pesar de las sorprendentes dificultades para la consolidación nacional de su pasable producto. Y a la inadmisible incapacidad de brindarle, a la precaria estructura vecinal, el menor interés informativo. Algún dato que -si no conmueva- al menos entretenga.

A esta altura, cuesta excitarse por saber si Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático Ídolo de Flores Sur, va a ser finalmente el candidato para senador por la capital. Para batirse con la sospechosa mudanza de Alberto Rodríguez Saa, o con la irrupción intrigante de Humberto Bonanata. O, según nuestras fuentes, y si las huestes binneristas la convencen, con la señora Beatriz Sarlo.
También cuesta excitarse por saber si la señora Gabriela Michetti, La Pasada al Cuarto, va a regresar, para algarabía de Emilio Monzó, a la provincia (inviable) de Buenos Aires.
De donde nunca, tal vez, Gabriela debió haber salido.

Por la importancia de los territorios excitantes que controlan, Hermes Binner, El Hombre Quieto, y José De la Sota, El Cordobés Profesional, conquistaron su derecho a ser tildados, respectivamente, como el quinto y el sexto samurai.
Binner y De la Sota se encuentran condecorados por no proceder ni de la actividad privada (como Macri), ni del deporte (como Scioli). Nuevos siete samuraisSimplemente ambos proceden de la política. El socialismo, en el caso de Binner, que controla Santa Fe. Y el peronismo insolente, en el caso de De la Sota, que gobierna la postergada Córdoba. Y se encuentran condecorados por otras razones para detallar en un despacho especial, que prepara Consultora Oximoron. Y que contiene, además, la presencia conjetural de Sergio Massa, La Rata del Tigre, que emerge como el séptimo samurai. Aunque perfectamente podría compartir el privilegio de ser séptimo con Juan Manuel Urtubey, El Brumel de Salta.

Con su extraordinaria capacidad para hacer la plancha y hacerse los b…, Massa y Urtubey, arbitrariamente, se distancian del pelotón de obstinados. La «perrada» de los aspirantes a samurais que planifican insistir con las contiendas imaginarias.

Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari
(permitida la reproducción sin citar fuente)

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