Resistencia, mantenimiento y hartazgo
EDITORIAL: El descuidismo patriótico de YPF desplazó al descuidismo precario de Ciccone.
Editorial
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
«Las empresas de mi país no van a invertir más ni un dólar», confirma el diplomático, en la recepción del Hotel Intercontinental.
«Vamos a hacer, en adelante, en Argentina, sólo mantenimiento. Cuidar, expectantes, lo que tenemos. Sin avanzar ni proyectar».
Cómo -y por qué- resistirse al «viento huracanado» del cristinismo.
Envuelve en su retórica. Empaqueta con su fervor. Aturde con los indicadores convertidos en consignas. Inflama.
Paraliza a los distraídos que creen tener algo para perder.
Deja a sus críticos, a los impugnadores, en rigurosa situación de incomodidad. Racionalmente desubicados. En apariencia marginados. A contrapierna.
El viento huracanado arrastra, a su paso, hasta a los opositores tibios. A los dependientes sigilosos de encuestas incompletas.
Los captan. Los suman. Los desconciertan.
O los golean en la contabilidad parlamentaria. 63 a 3.
Vaya el reconocimiento del Portal para la dignidad de los tres goleados.
Optimismo irresponsable
Es la instancia del optimismo (o la desesperanza) casi irresponsable.
El «ir por todo», más que una aventura posible, en adelante es un imperativo moral. Hasta para los que se resisten.
Se teme que carezcan, admirablemente, de frenos inhibitorios.
«¿Hasta dónde pueden llegar?», nos pregunta el empresario. Después de habernos escuchado, ayer, en Junín.
Los cree capacitados para atropellarlo con cualquier delirio.
Como las empresas del país del diplomático, el empresario rural de Junín sólo hace mantenimiento. Se dispone a cuidar lo que tiene. Suficiente.
¿Y por qué no atropellarlo?
Si tienen, después de todo, la impunidad jactanciosa del discurso. Y el camino enteramente limpio. Despojado de obstáculos. Conceptualmente desertificado.
Con algunos obstinados que se arriesgan a quedar en contra-pierna. Vulnerables, apenas, con la difamación, al armado de una «causa». O basta con la AFIP.
Significa que el cristinismo se encuentra virtualmente en condiciones de imponer, hoy, lo que se le antoje.
Puede permitirse, incluso, hasta la paquetería de instalar la previsible reforma constitucional.
Con ideólogos de la magnitud de Ricardo Forster, del doctor Zaffaroni y del transparente Luis D’Elía. Sin siquiera ocultar, «bajo el poncho», la frutilla de la reelección presidencial.
Objetivo que, si el viento huracanado se lo propone, lo saca. Un mero trámite.
«Con una mano atada a la espalda».
Lomo cuadriculado
«Punto inflexión». «Bisagra de la historia».
Consignas narrativas enunciadas por el senador Marcelo Fuentes. En la euforia patriótica de su presentación. En la solemnidad del Senado, insólitamente presidido, aún, por Amado Boudou.
El vicepresidente descuidista -según Aníbal- demostró que «tiene b…»
Con el «lomo cuadriculado», sigue la versión festiva de Aníbal, epígono voluntarista de Arturo Jauretche. Porque Boudou «se aguantó la garrotada».
La supervivencia de Boudou, después de «la garrotada», representa el símbolo de la última recuperación del cristinismo. La más obscena. Ciccone para Todos.
El Descuidista puso el «lomo cuadriculado». Para facilitar, acaso, la precipitada expropiación de YPF.
La medida arbitrariamente providencial ocupó, de pronto, el centro de la agenda.
El galtierismo conceptual desplazó la cuestión de «la garrotada». Hacia el plano secundario, con destino final de olvido.
El balance deja temporariamente un caramelo de madera para el fiscal Rívolo. Y sólo migajas de escarnio para la adolescencia comunicativa del juez Rafecas y su peripecia intelectual.
De poco le sirvió a Rafecas haber compuesto un sólido tratado sobre el Holocausto. Aquí lo denigran, al fin y al cabo, por la chiquilinada de diez mensajes de texto.
El descuidismo patriótico de YPF desplazó al descuidismo precario de Ciccone.
El viento huracanado del cristinismo se encuentra en condiciones de imponer, si quiere, «la cicconización de YPF».
«Con el arma de The Old Fund, hijo mío, y con la religión cristinista, puedes llevarte puesto el mundo».
La Casa Tomada
«Si se cargaron el peronismo, se cargan sin problemas la Argentina», confirma la Garganta desesperanzada.
El peronismo, hoy, es una casa tomada. Como la del cuento de Cortázar. Quedan algunos peronistas infiltrados en el gobierno. Se esfuerzan por ser aceptados en el extraño «frepasismo tardío», que les tomó la Casa.
En la práctica, el peronismo tomado se encuentra afuera de las decisiones del poder. Que para colmo, históricamente, en el país donde todo termina mal, se las van a facturar.
El peronismo tomado está afuera, incluso, del relato.
Pero en estado de asamblea. Acompaña.
«Calla hacia afuera. Conversa hacia adentro», confirma la Garganta.
«¿Hasta dónde aguantar? ¿Cuál es la línea de corte?», se pregunta.
¿Cuándo recuperar La Casa?
Liderazgo vacante
Mientras tanto, la visión auto-satisfactoria del cristinismo ya supera los límites imaginables de la razón.
Cree, patológicamente, en la eficacia del propio discurso.
Participan, entonces, de la epopeya refundacional. A través de la fantasía del «modelo de crecimiento, con inclusión social».
Con la justicia en el bolso. Con los mecanismos de control controlados.
Con la numerología del parlamento a su favor. Al extremo de producir estrepitosas goleadas.
El 63 a 3 inhabilita, en el fondo, la legitimidad de cualquier sesgo crítico.
A la coacción permanente del 54 por ciento, se le debe sumar el definitorio 63 a 3. Es el anticipo de las próximas palizas.
En «PP. País Paria» (cliquear), dijimos que se le resiste -al viento huracanado-, apenas, un sector gravitante de la prensa (que en su momento resultó sustancial para que conquistara la hegemonía).
Para la resistencia, debe agregarse el hartazgo. Crece, inquietantemente, en un amplio sector de la sociedad. No registra, por el momento, peso en las encuestas. Pero el hartazgo, de los que resisten a contra-pierna, es otro viento huracanado, estratégicamente significativo.
No encuentra, hasta hoy, representación política. Es un liderazgo transitoriamente vacante.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
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