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Apretadas empresariales

Desastres, coberturas y el interés por Telecom.

Osiris Alonso DAmomio - 3 de octubre 2008

Consultora Oxímoron

Apretadas empresarialesescribe Osiris Alonso D’Amomio
Consultora Oximoron, especial
para JorgeAsísDigital

La dinámica del desastre indica que un desastre sólo puede ser eficazmente atenuado a través de la irrupción del desastre superador.
El fracaso propio suele generalmente diluirse en el fracaso general.

Cada vez que se quedan enredados entre las cuerdas, justo cuando están por besar la lona, los Kirchner, de pronto, milagrosamente, zafan.
El derrumbe de la economía americana, sin ir más lejos, consiguió que las fastidiosas ventilaciones que transcurrían en los tribunales de Miami, pasaran, por pocos días, al plano mediáticamente secundario.
La caída del sistema (que los aplazaba), le proporcionó, al acosado gobierno de La Elegida, diestro para la estrategia de gambeta corta, un alivio breve.
Movilizados por la tensión del «minuto a minuto», los Kirchner necesitan, pronto, un próximo desastre. Para salir del paso. Tal vez, el afán protagónico de la Comisión de Enlace, los ayude en su empeño.

Musimundo

Se necesita evitar, en adelante, que continúen las portadas patéticamente adversarias en La Nación. Las que proceden de Estados Unidos, y que suscribe Alconada Mon. Fastidian casi tanto como las palabras de Pagni.
O que Massaccesi, el cronista sobrio de TN, no regrese, desde Nueva York, hacia Miami. Para que la información meramente objetiva del enviado no desmorone, al menos en su totalidad, los avances registrados entre Kirchner y el Grupo Clarín.
Para ser exactos, en la suite del Four Seasons, en Nueva York.
Mientras La Elegida se pavoneaba en el esplendor de sus críticas profundas, contra la frivolidad del capitalismo americano, El Elegidor se reunía, en el Four Seasons, según nuestras fuentes, con David Martínez.
Es Martínez el socio americano del señor Magnetto.
A propósito, a Martínez le grabaron, desde el Musimundo de la Secretaría de Inteligencia, una conversación letal que mantuvo con Alberto Fernández, el sonetista injustamente olvidado. Y hoy, un poeta románticamente atormentado. Angustiado, menos que por los ritmos interiores de los sonetos, para sostener a su propio Uberti. A su Uberti personal, de cabecera. El señor Cappachioli. Angustiado para que la señora Ocaña no prosiga con la magnífica coherencia en materia de deslealtades, para tratarse en próximo homenaje.

Telecom

Volvamos a las tibiezas del Four Seasons. Donde avanzaban, Kirchner y Martínez, como Rinconete y Cortadillo, en las conjeturas relativas a la negociación por Telecom Italia. Para desconsuelo de los hermanitos Werthein, quienes aún tendrían que tomar algo más de Toddy. Al menos para equiparar aquellos deslizamientos del tío Julio.
Justamente, en el Four Seasons, según nuestras fuentes, se trataron detalles de la inducción compulsiva. Para conseguir que los italianos vendieran el 51% de Telecom. Y no sólo el 50. A los efectos que Martínez-Clarín pasara a dominar, en adelante, hasta los pensamientos comunicacionales. Y Kirchner pudiera llegar, con algún aire, a la frontera del 2011. Si es que al Grupo no se le ocurre avasallar con otro caprichito.

Es curioso. El dossier Telecom interesa infinitamente más que la identidad de los sistemas de televisión digital. La opción por Japón, para seguimiento de Lula, a los «magnéticos» del Grupo les molestó menos de lo que se especulaba. Pero dejaron trascender, aquel malestar, para la mayoritaria gilada.
Telecom, en definitiva, interesa más que el combo estruendoso de los bonistas italianos.
Los aprietes empresariales fueron dulcemente memorables. Por la magia de Telecom. Aprietes empresariales que colaboraron, según nuestras fuentes italianas, para que el presidente Berlusconi, ya particularmente harto de los empujones argentinos, decidiera cancelar el desplazamiento hacia Nueva York. Donde mantenía agendada una entrevista con La Elegida. Y para la relativa inutilidad de leer un discursito. Epopeya que, para la caravana argentina, al contrario, mereció la épica participativa de una semana. Con Zannini, Capitanich, el zurdito Díaz Bancalari incluido. En otra muestra magníficamente emblemática, según Carolina Mantegari, del «provincianismo cultural» que nos moviliza.
Osiris Alonso D’Amomio
para JorgeAsísiDigital

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