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Esmerilamientos (I)

El Cesarismo Conyugal decide reorganizar la superstición del peronismo.

Osiris Alonso DAmomio - 19 de noviembre 2007

Miniseries

Esmerilamientos (I)escribe Osiris Alonso D’Amomio
informe de Consultora Oximoron, especial
para JorgeAsísDigital

Acorralado en sus contradicciones, el Cesarismo Conyugal debió anticipar la anunciación del gabinete. El amateurismo le sirvió, entre el desarmadero de la oposición, para pasar a la ofensiva.
Con la astucia impune del que sabe que juega solo. Con escasos rivales de consideración, el kirchnerismo supo transformar la situación de debilidad. En demostración de fuerza.
A través del patoterismo sentimental de Los Fernández, la ofensiva derivó en la virtual relajación del adversario. Con recursos de militantes de barrio, los escuderos, Alberto y Aníbal, se las ingeniaron para llevarse puestos a Macri y la señora Carrió. Como si fueran guantes.
Con Lavagna y López Murphy fuera de foco, Macri y Carrió son los líderes de la oposición que sobrevive.
En la primera hilera, ambos disputan el rol artificial de jefes de la oposición externa. De la contestación situada afuera de la abarcativa superstición del peronismo.

Indefensión

Mientras Alberto se encarga de esmerilar a Carrió, Aníbal esmerila a Macri.
Carrió, por «cínica e hipócrita», es esmerilada por cuestiones de saldos y retazos. Cambio chico.
Macri, en cambio, es esmerilado por cierta tendencia natural hacia el desconocimiento y la indolencia.
Por el lado de Carrió, surgen defensas modestamente tibias. Argumentaciones banales que instalan a la jefa en el doble rol piadoso de mantenida e indigente.
Pero llama la atención el estado de indefensión en que se encuentra Macri.
Ningún funcionario, de la centena que supo agruparse en el retiro de Puerto Madero, se atrevió a rebatir la calificación, estampillada al jefe, de inepto y haragán.
Un tercer referente de la hilera principal es Hermes Binner. Su dossier se mantiene en carpeta. El esmerilamiento, en lista de espera.

Superstición peronista

En la superstición peronista anidan los focos de contestación atendibles para los Kirchner.
El riesgo estratégico legitima la designación de Randazzo, El Killer.
El próximo ministro del Interior es el encargado de atemperar los embates de Scioli, el principal referente interno que estimula ilusiones de proyección.
Para Scioli, Randazzo funciona como una advertencia.
Al trascender estas líneas, Randazzo y Scioli, por separado, se abnegarán en desmentir el planteo. Para exhibir que son partes del mismo proyecto. El del Cesarismo Conyugal.

Los eventuales opositores internos se encuentran enrolados en la misma superstición unificada.
La pugna política hoy pasa por la reconstrucción institucional del peronismo. Faena ingrata a la que se abocará el Presidente Consorte, con la inestimable asistencia de Mazzón, alias El Chueco.
Para amoldar el peronismo al proyecto cesarista, Kirchner necesita, según Mazzón, de la amabilidad coloquial de un sparring. Para vencerlo. Y que simultáneamente lo legitime.

Incondicionales transitorios

En la versión amena, Kirchner debe lidiar con aliados que aparentan incondicionalidad. Aguardan la sistemática oportunidad de proyectarse al plano nacional. A la espera de la pautada defección del líder.
aliados que exhiben la credencial de triunfadores.
En la hilera puede situarse a Das Neves. Gobernador contagiado del virus de las ambiciones, que suele extenderse en el sur.
Nada tiene Chubut, para Das Neves, que envidiarle a Santa Cruz.
También Capitanich se pavonea en el trampolín. No daban, por el chaqueño, una moneda.
Y no debe descartarse al paisano Alperovich. El radical que debió hacerse cargo, en Tucumán, de la superstición peronista, que venía en picada.
Otros dos ganadores, un gobernador que parte y otro que persiste, se encuentran, en sus respectivas provincias, condenados a proclamarse más kirchneristas de lo necesario. Sostenidos por las consecuencias del equívoco que atormenta, además, a cierto embajador en decadencia. Dependen de la determinación del Cesar. En cualquier momento Kirchner puede levantar, con aire distraído, el pulgar. Para dictaminar que los medios se dispongan al festival enumerativo de las sospechas. Ante la programada proximidad del juicio oral que acongoja a diversos senadores que quebrantaron, dolorosamente, sus trayectorias.

Hilera inquietante

Otra hilera la conforman los exponentes de la resistencia interna. Involuntarios postulantes a devenir sparrings.
Sólo uno de ellos mantiene el control de su territorio. El irreconocido artista plástico Alberto Rodríguez Saa, del Estado Libre Asociado de San Luís.
Por distintos motivos, los que siguen en esta hilera se encuentran acotados.
Juan Carlos Romero aspira a transformarse, con atributos incuestionables, en el jefe del peronismo. Irrumpe en diciembre en el Senado, después de asumir la ajustada derrota de Wayar, su candidato, vencido por Urtubey.
De la Sota se dispone, con mayor resignación que entusiasmo, al riesgo sabático en el 2008. Pero amaga, desde Cruz del Eje, con trabajar, desde el 2009, para la alucinación presidencial.
Con menos capacidad de maniobra, Puerta aspira, desde el desierto, a anotarse en el bolillero nacional. Puede inquietar por su agilidad para los desplazamientos y contactos.
Para completar el primer despacho del esmerilamiento, debe constar la presencia de Duhalde. El autoconvencido Piloto de Tormentas que sabe cotizar, paradójicamente, la ausencia.
Del muestrario, Duhalde es, en la hilera, al que debe marcarse, desde el Cesarismo Conyugal, más de cerca. Por su condición de cuadro identificado con los sindicatos, que representan el penúltimo refugio del peronismo.
Pero los gremialistas de la superstición, igual que tantos intendentes, para poder seguir, se encuentran condenados a sobreactuar el catecismo oficialista.
Con Duhalde en el horizonte, en momentos de reconstrucción del peronismo, adquiere mayor legitimidad la promoción de Randazzo, El Killer, en el ministerio del Interior.
Para Kirchner fue Randazzo, y no el jarrón chino de Felipe, el elemento fundamental para aniquilar a Duhalde. Al caudillo que cometió el error infantil de catapultarlo.
En la condición de dador voluntario de líneas y letras, El Portal, a la vanguardia formativa, se compromete a proporcionar, a sus decenas de miles de visitantes cotidianos, el catering interpretativo, rigurosamente privilegiado y escasamente apelable.

Osiris Alonso D’Amomio
Consultora Oximoron, copyright by JorgeAsísDigital

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