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Guerras empresariales (I)

Logrado el matrimonio de Cablevisión y Multicanal, comienza a definirse la contienda entre Clarín y Telefónica.

Osiris Alonso DAmomio - 5 de octubre 2007

Consultora Oxímoron

Guerras empresarialesescribe Osiris Alonso D’Amomio,
de Consultora Oximoron, especial para
JorgeAsísDigital
Según la justicia federal, para la Argentina, al menos por ahora, no hay «Triple Play» que valga.
Entre sublimes «medidas cautelares». Entre «aclaratorias» y «precautorias», transcurre una superior guerra púnica empresarial. Económicamente conmovedora. Sólo para consumo elitista de los iniciados.
Trátase de la contienda que mantiene el Grupo Clarín, contra Telefónica.
Competencia púnica que gana, por lo que se percibe, hasta aquí, Clarín.
Aunque Telefónica haya perdido un round fundamental, se aguarda, según nuestras fuentes, una fuerte reacción. Réplicas literarias del frondoso lobby que los caracteriza.

Barras

A través del «recurso de amparo», presentado por la ATVC, o sea la Asociación Argentina de Televisión por Cable, y amparado en la organizada barra de Cablevisión, de Multicanal, y Telecentro, el Grupo Clarín obturó, en la citada Justicia Federal, con un dictamen de la doctora Rita Ailán, los avances, ambiciosamente copadores, de los patoteros españoles de la Telefónica de Argentina.
Una barra integrada por Telefónica Moviles, Telecom, Telecom Personal, Telmex, CTI.
Porque «los servicios de radiodifusión, de interés público, son brindados por las actoras». O sea, por las empresas vinculadas a la barra brava de Clarín. Y el «ejercicio de tales derechos no puede ser enervado, interferido, desconocido o desbaratado».
Con el dictamen conseguido, Clarín envía, a la lona, a Telefónica.
Deben los castigados gallegos, en adelante, «abstenerse de transmitir, repetir, prestar por si o por interpósita persona, servicios de radiodifusión o sus complementarios».
Merced a «determinado plexo jurídico-normativo». Vigente, a criterio de la doctora Ailán, en el artículo 15 de la Ley Nacional de Radiodifusión. Y en el artículo 2 de la Ley de Preservación de Bienes y Patrimonios Culturales.
Aparte, Ailán amonesta, con coscorrones, al COMFER de Julito Bárbaro. Y al Ministerio de Planificación Federal, que conduce De Vido, el Comodín habilitado para la ceremonia de la sospecha. Como «organismos pertinentes». Y por no haber controlado, lo suficiente, a los seres inquietos, por ejemplo, de Movistar. Empresa que lesionaba, con la instalación mediática de sus innovadores productos, los graves «derechos de los accionantes».
Fuentes cercanas a Telefónica nos indican que se sienten, por lo menos, jurídicamente «discriminados». Reclaman, quejosos, porque se posterga la ilusión, altamente modernizadora, del uso del Triple Play.
Delicia informática que podrá disfrutarse, sin ir más lejos, en Chile.
Es decir, los copadores truncos sostienen que se postergó el triple servicio perfectamente simultáneo.
De voz, de imagen, y de Internet.

Los Panchos

La guerra, más o menos elegante, que Clarín le gana a Telefónica, es escalonada consecuencia de otro simultáneo litigio, de cruzada complejidad judicial. Ganado, también, por la hegemonía del Grupo.
Acaso con los primeros datos de boca de urna, podrá oficializarse, a partir del mediodía del próximo 28 de octubre, este penúltimo triunfo.
Trátase de la fusión autorizada, entre Cablevisión y Multicanal.
Los dos representan grandes acontecimientos entrelazados. La fusión y la reelección conyugal.
Cuesta, con perversidad interpretativa, estudiar, separadamente, los fenómenos.
Conste que cualquier observador, así se encuentre impregnado de cierta imparcialidad, puede sospechar que ambos acontecimientos «están ligados».
Igual que la «hiedra y la pared». Como enunciaba aquel inmemorial bolero de Los Panchos, que bailaba, apretado, el tío Plinio.

Sin entrometerse en los vericuetos especializados del periodismo judicial, cabe consignar que, si la Sala E de cierta Cámara Contenciosa, decide amonestar, con severidad, la AP (Acción Preventiva) sobre Cablevisión, puede desmoronarse la ceremonia de la fusión.
Una posibilidad que le otorga, a la idílica fusión, arrebatados atisbos de suspenso.

Concarán, Capital de la Alegría

De todos modos, fueron apenas seis meses. Los que pudo obstaculizar, desde Concarán, aquel frontal juez Rubén Alonso, el avance irresistible del Grupo Clarín.
Como era previsible, la Corte Suprema lo declaró, al lanzado Alonso, incompetente.
La «medida cautelar», dictada por el jurista, se derrumbaba.
Rubén Alonso es el juez, para colmo subrogante, del Juzgado Comercial, de Minas y Laboral, de Concarán, Capital de la Alegría.
Trátase de un poblado, acaso paradisíaco, del Estado Libre Asociado de San Luís.
En los estertores finales del 2006, desde aquel juzgado alegre de Concarán, Alonso dio luz verde para que avanzara una causa utópica.
Una medida cautelar destinada a trabar, en definitiva, las negociaciones unificadoras de Cablevisión y Multicanal.
Fue iniciada, primeramente, a propósito de una demanda de cierta extraña empresa, Moda. Y después por la racionalmente ajustada RadioNoticias.
El conflicto de competencias, con el objetivo de no innovar, duró los trabados seis meses. Sin embargo deriva a otra situación vengativamente litigiosa. Ahora, se trata del sensible conflicto entre el Grupo Clarín, y la guerrilla de los hermanitos polacos. Los Rodríguez Saa, facilitadores, acaso, de la competencia de un juzgado provincial de minería, aunque con ambiciones de inmiscuirse en los asuntos de comunicación federal.
El entramado remite, según nuestras fuentes, a los aspectos más sombríos de las agonías del 2001.
A tratarse, en todo caso, sin mayor ansiedad, en la próxima entrega.

Aguijón

Para culminar el aguijón inicial del despacho, aseguremos que ya está lista, a punto y en el horno, la fusión de Multicanal y Cablevisión.
Es, para desilusión del Rulo y los cretenses de Palermo, un hecho.
Será anunciada después del 28 de octubre. «Con los datos del boca de urna», ironiza, con perceptible dolor, un cretense.
Con el 60% de las acciones, Clarín se encuentra asociado, aquí, a la Fintech Advisory, del mejicano David Martínez, que se reserva el 40.
Con la fusión, Clarín se convierte, en materia de televisión paga, en el máximo operador de la América llamada Latina. Con casi tres millones de abonados. Sólo se encuentra perseguido, aunque duplicado en la lejanía, por la Telmex. Que posee, después de regar generosamente sus virtudes de mariachis en el Brasil, un millón y medio de abonados.
Y quedan terceros, bastante cómodos, los chilenitos de la VTR. No llegan siquiera al palo de adherentes.

Resonancias

Para Kirchner, la reelección, en versión conyugal, se encuentra garantizada.
Aunque se asista a la continuidad de los escándalos, distarán, con la fusión en el bolso, de ser letales.
Entonces, por más que la señora Cristina se debilite, hasta el estupor, habrá que incorporarse a los rigores de la «resignación atávica». Asumir nomás, con la impregnada impotencia que acota, que la señora será la próxima Presidente. En adelante, ningún imprevisto podrá entorpecer la gloria prometida.
Después, en todo caso, vendrá el tradicional Año de Gracia. El 2008.
Más allá del 2009, sólo sabe del destino nacional, según nuestras fuentes, Dios.

Osiris Alonso D’Amomio
osiris@jorgeasisdigital.com
Continuará

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