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Terapia de regadera

Termina mayo y aún sigue al frente del Ejército el Teniente General Luis Alberto Pozzi.

Jorge Asis - 30 de mayo 2011

Artículos Nacionales

Terapia de regadera«Somos el Ejército de la república», enuncia con gravedad el Teniente General Pozzi, Jefe del Estado Mayor General. «El Ejército que siempre estará preparado para defender los intereses de la nación, su independencia, la dignidad humana y la libertad de su pueblo».
Inadvertido Día Del Ejército. Ceremonia solemne en el Colegio Militar. Con la ausencia, ostensiblemente brillante, de la señora Cristina. Es un acto menor. Lo encabeza el ministro de Defensa, don Arturo Puricelli.

«Es el ministro que alivia a la muchachada», confirma la Garganta. «Serena las tensiones».
Un bálsamo, Puricelli. Una antigua ventosa. Comparado con la intensa turbulencia de la señora Garré, que los maltrataba.

Ambos -Puricelli y Pozzi- se entienden. Generan una tranquilidad envidiable hacia abajo. Suele semejarse al aburrimiento.

Mes patrio

Transcurrieron los fastos formales del 25 de Mayo. Finaliza el preparatorio «mes patrio», y todavía no se cumplimentó el objetivo.

Terapia de regaderaEl de cargarse, antes que termine mayo, a Pozzi (se dice que fue oportunamente anunciado por el General Milani).
Trátase del General César Santos Jesús del Corazón Milani. Alias Milanesa (para la perrada).
Es el Sub Jefe del Estado Mayor General del Ejército. Pero conserva, admirablemente, en simultáneo, la titularidad del área de Inteligencia (la novelesca Jefatura II).
«Aunque hoy, con Puricelli, se espía menos».
Aún Milani -según las Gargantas- dispone de un profundo ascendente moral sobre la señora Nilda Garré. La antecesora de Puricelli, actual Ministro de Seguridad.

El objetivo de cargárselo a Pozzi fue expresado, sin mayor discreción, durante el ágape de asunción del general Campos. En el Comando de Sanidad. Ver «Los Campos» (cliquear).
Pozzi, en el Portal, es conocido como «el De Vido de Bendini», por su antecesor.
Mientras riega los geranios del retiro, en el balcón, el General Bendini atraviesa, heroicamente, la indiferencia de la posteridad. Lo consagra como El Mártir de los Retratos.

Planteos castrenses

«Pero Milanesa no se lo cargó a Pozzi. Ni nunca se lo va a cargar» -confirma la Garganta.
Quedan relativamente distantes, hasta hoy, para Pozzi, los geranios del retiro. Los malvones tristes del balcón. La faena primordial del riego. La terapia de regadera. Encarada antes de tomar el cafecito, en el Solar de la Abadía. Hábito de los retirados folklóricos que suelen reunirse, en El Solar o el Círculo, para defenestrar al general-embajador Balza.
Con la astucia conspirativa del «forwardeo». Conforman la Logia del Reenvío. Internet.

Terapia de regaderaPero Pozzi, según nuestras fuentes, puede todavía quedarse tranquilito en su enorme despacho.
Cristina -que se sepa- aún no tiene planificado echarlo. Aparte, Puricelli lo respalda.
Incluso cordialmente Puricelli suele transmitir hacia arriba -o sea hacia la Presidente-, los planteos castrenses de la Argentina contemporánea. Reclamos discretamente derivados del retraso salarial.

«Un embajador retirado gana tres veces más que un General de la nación en actividad», suelen quejarse los retirados, de moneda corta. Pucheritos suplicantes de los postergados. Ante el desvanecimiento del orgullo. En la proximidad de la humillación.
Puricelli, que se conmueve y -se dijo- los entiende, traslada algunos de los planteos castrenses, los más razonables, hacia la superioridad.

«Puricelli, sepa que usted no es el embajador de los militares ante el gobierno» -dicen que La Presidente lo maltrató al Ministro.
«Es a la inversa. Usted debe representar al gobierno, para ordenar a los militares».

Defecto cultural

En Santa Cruz, Puricelli fue enemigo interno del extinto Kirchner.
Pero De Vido supo rescatarlo del desierto. Para designarlo titular en Fabricaciones Militares.
Ocurre que don Arturo arrastra un defecto orgánicamente cultural. Es peronista.
Militante clásico del «movimiento nacional», que derivó en la caricatura patológica del kirchnerismo.
Movimiento creado, en los 40, justamente, a la medida del militar que supo proporcionarle hasta el significante. La identidad. El nombre. Perón. Peronismo.

Terapia de regaderaSin embargo hoy Puricelli es un ministro afectado por la ostensible pérdida de poder de su padrino protector. Por el paulatino alejamiento de De Vido. Invocan razones políticas de la salud. Por el significativo cansancio, corolario de una derrota.
Ya Baratta le maneja, a De Vido, según nuestras fuentes, aquel enorme Superministerio.
Y Zanini -el López Rega sin magia- monopoliza el oído inactivo de Cristina.

Entonces Pozzi emerge como el jefe ideal que necesita el momento histórico del «modelo». De perfil bajo, casi subterráneo. De rostro irreconocible. Cumple el exacto rol profesional de la intrascendencia. De militar preocupado por la carencia de paritarias. Sin disponer de ningún Moyano.

Cholulismo. Dotto

«Aunque lo retiren a Pozzi, difícilmente vaya Milani a ser el sucesor», asegura la Garganta.

En la estructura orgánica, Milani ocupa el cuarto lugar (ver la web casi adolescente del Ejército).
Viene tres casilleros después de Pozzi, que ocupa el primero. Dos después del General de División Lux, el segundo.
«Pero Lux se rompió, está roto, el pobre no corre más», confirma La Garganta.
Por la imprevisibilidad del «bobazo», Lux persigue sigilosamente la huella del by pass. Corazones vulnerables.
Después de Lux, viene el General de División Tellado. Es el tercero.
«Pero a Telladito nadie lo tiene en cuenta» -sigue la Garganta.

Es probable que la jefatura vaya a caer, en definitiva, hacia el competidor interno que Milani, hasta hoy, no supo neutralizar. Es Dotto.
Y no van a poder decapitarlo con facilidad a Dotto porque Cristina le dispensa -al competidor- un cierto reconocimiento especial (los mal pensados sostienen que es por puro «cholulismo»).

Terapia de regaderaTrátase del Inspector General del Ejército. General de División Mario Gabriel Dotto. El quinto en la jerarquía.
Es el Dotto que se dedica a los «desfiles de militares». Hermano de Pancho, el especialista en los desfiles de modelos fosforescentes. Bellas, pero irreparablemente flacas.

A Dotto, en su oportunidad, también le aplicaron la receta eficaz de «la operación».
Sirvió para fulminar al General Prieto Allemandi (por cobista). Al General Bruera, alias Tanguito (por duhaldista).

A Dotto se lo enfocó con la terrible denuncia de algunos soldados en Malvinas, el trauma fundamental del Proceso.
Lo acusaron de haberse quedado con alimentos que correspondían a los soldados. Sin embargo Dotto logró sobrevivir a los agravios. Aludían a tarros de dulce de batata. Sin chocolate.

De ser Dotto el eventual sucesor del consolidado Pozzi, a Milani lo esperan, ansiosamente, los geranios.
Los malvones nostálgicos del balcón. Para la disuasoria terapia de regadera.

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