Final devastador de la superstición bolivariana
Maduro se dedica a administrar la decadencia, hasta convertirse, entre papelones electorales, en el problema prioritario que atormenta a Lula.
Maduro se dedica a administrar la decadencia, hasta convertirse, entre papelones electorales, en el problema prioritario que atormenta a Lula.
Lula escala sobre la CELAC para recrear la UNASUR y dejar afuera a EE.UU., Canadá y México, el gran competidor.
El Frente de Todos -penúltima invención de La Doctora- contiene los boletos de la contradicción estructural.
Es una pulseada entre poderes. Los ministros y presidentes pasan, los diarios y canales quedan.
Escenario de pugna ideológica entre degradados. Populistas y neoliberales unificados por el fracaso. Destino común.
Maduro, El Colectivero, para sobrevivir resultó ser bastante astuto. Lo subestimaron.
Al Ángel le pusieron 50 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y ni siquiera pudo ganar las elecciones.
A través de la seducción de las mayorías, los populismos latinoamericanos generaron democracias descompensadas.
Pocos días después del asesinato de Nisman, el portal investigó aquel cuentito de la transferencia de energía nuclear.
El espectáculo del caos venezolano representa la imagen anticipada del porvenir inmediato.
Así como La Doctora sensualmente baila, Maduro rítmicamente canta.
En adelante los aventureros que accedan al poder en el subcontinente tendrán que contemplar la variable concreta del hartazgo.
1.- La muerte de Chávez; 2.- La consagración de Francisco; 3.- La tragedia de inundaciones; 4.- El demoledor Efecto Lanata.