
Líder de culto y fenómeno delictivo
Un fuera de serie. Hacía política hasta cuando dormía. Pero le gustaba mucho la guita. Demasiado.
Un fuera de serie. Hacía política hasta cuando dormía. Pero le gustaba mucho la guita. Demasiado.
Con el "alma arruinada", el cristinismo verbal ayer hizo el ridículo.
Una sucesión de balances apresurados se trata de legitimar a través de la frialdad inapelable del calendario.