La barbarie decadente del desperdicio
Milei gobierna desde las redes sociales y a canilla libre con los sustanciales jaimitos que paulatinamente empodera.
Milei gobierna desde las redes sociales y a canilla libre con los sustanciales jaimitos que paulatinamente empodera.
Para agraviar al caído hoy se conforman filas más extensas que la de San Cayetano los 7 de agosto.
Dar la vida por puntos conjeturales. Con encuestas a la carta. Para alentar continuidades o producir renunciamientos.
Síntoma de la impotencia de un gobierno que desperdicia un momento histórico que, para Argentina, debería ser de euforia.
Para defensa propia de los gobiernos que no aportan siquiera la menor credibilidad.
Entre los escombros. el kirchnerismo en retirada se dispone a guarecerse en la provincia del pecado.
Con los sindicalistas activos, con los gobernadores y minigobernadores en acción, el peronismo tradicional aspira dar vuelta el resultado.
Ya no le sirve -Alberto- ni a La Doctora ni a Clarín. Y faltan más de tres años.
La exgobernadora va a anotarse, como Mauricio, para las legislativas de 2021. Año, para colmo, del Búfalo.
ALberto es de inmanencia peronista pero de escenografía radical. Un epígono voluntario de Raúl Alfonsín.
Es el diseño del peronismo más complejo. No se re-significa ni se transforma. Apenas cede.
En la práctica, Axel y Alberto tienen en común sólo el mérito de haber sido seleccionados por La Doctora.
Buenos Aires, La Provincia Inviable, marca otra vez la diferencia.
Mientras tanto Bolsonaro, colgado de las partes pudendas de Trump, se desgasta en extorsivas descalificaciones hacia Alberto.