
Los jóvenes arrastran a los cerdos
Quien arrancó con el cuento de “lo nuevo y lo viejo” fue Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Quien arrancó con el cuento de “lo nuevo y lo viejo” fue Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Por la legítima intrascendencia de los partidos, es indispensable hablar, en adelante, sólo de personas.
En la transición entre las derrotas, el gobierno cristinista adquiere el formato del archipiélago móvil. Sin conducción (ni capital) central.
El primer final del ensayo de orquesta resulta catastrófico para el cristinismo.
La diferencia a favor de Sergio Massa, La Rata del Tigre, o Aire y Sol II, a esta altura es
No preocupa tanto perder el poder. Les preocupa perder la libertad.
En setenta años de historia, el peronismo apenas tuvo tres jefes. Y dos poleas de transmisión.
"El fantasma que recorre el mundo". Alborota las calles y agita las plazas. Arrinconan gobiernos con las listas de reclamos.
Parafrasear a Vernet: “Hay muchos opositores pero aquí no hay oposición”.
La sentencia alude a la convivencia armónica entre las dos caras complementarias del poliedro kirchner-cristinista.
“Se larga por afuera y arrasa”. “Va por adentro” (del FpV). “Compite en las PASO”. “Es funcional a Cristina”.
El cristinismo se cuece precipitadamente en la salsa del Sistema Recaudatorio de Acumulación.
En su relación con el peronismo cautivo, La Doctora continúa la metodología cínicamente simple que aplicaba El Furia.
El peronismo suele instalar la idea de la reivindicación inmediata. Es el rédito de la satisfacción rápida. La moneda pronto