Alivio en la corte del Ángel
Mientras comienzan a moverse las diversas facetas del peronismo.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor estrella, especial
para JorgeAsísDigital
La salida anunciada de Emilio Monzó, El Diseñador, produce, en la corte, un alivio inconfesable.
En la corte se consideraba que Monzó ya no era necesario. Como lo fue en 2015, cuando se debía construir el ballotage. Que es, precisamente, lo que en 2019 debe evitarse. El Colectivo Cambiemos gana en primera vuelta o queda como un paréntesis banal de la historia (cliquear).
En el ballotage, al contrario, se debe concentrar ahora la oposición. Las distintas facetas del peronismo, que se ponen en movimiento. Al percibir que el Tercer Gobierno Radical se descascara con inesperada prontitud. Que ya no tiene mucho más para ofrecer.
La ruleta de las PPP -Proyectos de Participación Público y Privada- representa el penúltimo plan de acción para mover la economía (cliquear), manejada, hasta aquí, con un extraordinario nivel de improvisación e irresponsabilidad.
El cóctel es difícilmente digerible en una Argentina donde todo termina invariablemente mal. Sistemático endeudamiento, fuga cotidiana de divisas e inflación incontenible.
Facetas del peronismo
En principio, la faceta de los gobernadores en ejercicio. Ya se juntan discretamente para planificar, barajar alternativas. Aparecen los apellidos previsibles. Urtubey, Manzur, Uñac. Se dirige la atención hacia Córdoba. Extrañamente se lo baraja también a Sergio, el Titular de la Franja de Massa, quien después de haber recibido la lección de la derrota parece haberse puesto más interesante. Pero por prepotencia de distrito. Buenos Aires.
(Hoy Massa es una referencia casi obligada. Quedó mejor parado que Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, hoy entreverado en la estrategia de La Doctora. Y convertido, por La Mafia del Bien, en otro objeto de destrucción. Para instalar una conclusión de inteligencia “El gobierno de Macri puede ser malo, pero ¿qué hubiera pasado si triunfaba Scioli?”. Destino: Venezuela).
Segunda faceta. Los legisladores del Peronismo Perdonable. Los comanda el senador Miguel Pichetto, El Lepenito. Contiene representantes de la Franja, y sobrevivientes de la ensoñación del «randazzismo». En la búsqueda del paraíso perdido de Marcel Proust.
Los Perdonables vuelven a juntarse por los barrios. Es el turno de Córdoba, distrito fundamental que alberga dos simultáneos candidatos a gobernadores, Schiaretti, Vuelve Juan, y De la Sota, El Cordobés Profesional. Y dos postulantes para la presidencia, De la Sota y Schiaretti.
Tercera faceta. El invento artesanal de la intervención, que encabeza Luis Barrionuevo, El Bandeja. El emblema no reconocido del peronista que nunca tuvo nada que ver con el kirchnerismo.
Suele evocarse cuando Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas), a cargo de la presidencia, dijo que el candidato iba a ser Néstor Kirchner, El Furia.
“No cuentes conmigo”, le dijo, profético, El Bandeja. “Ese te va a cag…”.
Tres facetas que se ponen en movimiento y mantienen en común la distancia sobreactuada con el kirchnerismo. Estructura que derivó en el «frepasito tardío» de Unidad Ciudadana. Responde a las directivas, vacilaciones y peripecias judiciales de La Doctora. Es quien tiene tantas resistencias como votos propios. Y un incuestionable poder de convocatoria para llenar algo más que un patio, un teatro o un estadio.
Es exactamente contra el “frepasito tardío” de La Doctora que adquiere legitimidad la intervención del mero instrumento electoral. El Partido Justicialista. Para evitar que fuera absorbido por el artificio de la Unidad Ciudadana.
Puede asegurarse que las tres facetas presentadas (gobernadores, Perdonables y PJ intervenido) alcanzan para conciliar una propuesta común. Separada ideológicamente de la cuarta, el kirchnerismo, que desde que dejó el poder perdió el apoyo de muchos peronistas, perdonables o no, que celebraron a La Doctora hasta el último día. Para reprochar, oportunamente después de la derrota, la colección de errores. Y sólo ganó el apoyo venerable de Alberto Rodríguez Saa, El Colibrí, gobernador del Estado Libre Asociado de San Luis. Pero se registró el retorno, en La Pedrera, de Hugo Moyano, El Charol. Perseguido ostensiblemente por La Mafia del Bien.
Yerbales
Mientras tanto la corte del Tercer Gobierno Radical se siente despejada. Aliviada por la partida anunciada de Monzó. Los excedía.
Los conflictos de Monzó, con la corte, se iniciaron por culpa de Massa.
Cuentan que la señora María Eugenia Vidal, La Chica de Flores de Girondo, no terminó nunca de perdonarle a Monzó que hubiera impulsado, para la gobernación, a Massa. Con el diario del lunes pudo demostrarse que fue un error del Diseñador, celebrado por Marcos Peña, El Pibe de Oro, y el pensador Jaime Durán Barba, El Equeco.
Pero El Diseñador volvió a disentir con La Chica de Flores cuando, para gobernar, ella le hizo excesivas concesiones a Massa, que justamente atravesaba el periodo de “dador voluntario de gobernabilidad”.
Desde entonces Monzó no tuvo más acceso a la organización del distrito, el suyo, Buenos Aires. Lo amputaron. Aunque hubiera acertado en la construcción del ballotage que llevó a El Ángel Exterminador hacia la presidencia. En especial cuando triunfa, junto con Ernesto Sanz, Eterna Esperanza Blanca, en la convención radical de Gualeguaychú.
De nada le sirvió tampoco a Monzó que, durante su presidencia de Diputados, se despachara la montonera de leyes que pedía el Ejecutivo. Su capacidad para el armado se sumaba al inusual pensamiento político, dos atributos que debilitaban su prestigio en la corte. Aparte, se enfrentaba culturalmente con al cortesano perfecto, Marcos, El Pibe de Oro (al que apodan, a sus espaldas, El Aito).
Se sabe que El Ángel Exterminador considera que Peña, El Aito, es un genio. Y con seguridad lo es. Supuestamente es el elegido como sucesor, aunque en las encuestas no le llega a los tobillos a María Eugenia.
Pero, como se dijo aquí, Peña y Vidal compiten, en la práctica, por la preferencia de El Ángel Exterminador. Aunque los sectores medios del Pro lo prefieran, como jefe, a Horacio Rodríguez Larreta, El Geniol. Porque banca.
Mauricio quiere tenerlo más controlado a Geniol. En el Maxi Quiosco, Geniol se corta solo. Adquiere independencia y del negocio conoce más, atiende y despacha mejor.
Sin motivaciones, acaso para entretenerse, consta que Monzó prefirió tomar distancia de la corte, a los efectos de refugiarse en el universo aparte de la Cámara de Diputados. Pero acentuaba su inconcebible soledad. Estaba afuera. Como su amigo Nicky Caputo, El Co, cuando existía el macricaputismo y se funcionaba mejor.
Con frecuencia, para colmo, El Ángel Exterminador lo buscaba a Monzó como interlocutor sólo para incentivar la paranoia de los cortesanos. En esas charlas surgió probablemente la idea secreta de salirse del esquema cotidiano. Era conveniente que se fuera. Que los aliviara. Les dejara la presidencia de la Cámara y fuera suplido por alguien que no los cuestionara con la mera presencia. Con alguna declaración. O con el tranquilo silencio de quién se sabe, en el fondo, superior.
Al adquirir trascendencia la salida anunciada, se asiste a la previsible valoración del personaje. Pero de ningún modo se diluye la algarabía de los cortesanos.
Al cierre del despacho se planta su partida para 2019. Sin embargo El Diseñador puede irse antes. En cualquier momento. Cuando el embajador Ramón Puerta decida volverse desde Madrid, hacia los yerbales del peronismo que extraña.
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