Correo, IECSA, megafusiones
SOBRE EMPRESARIOS II: Mindlin, empresario del momento. Magnetto, el más favorecido.
Miniseries
sobre Informe de Consultora Oximoron,
escribe Carolina Mantegari, especial
para JorgeAsísDigital
El empresario y el político
“Hay que acabar con el Macri empresario para salvar al Macri político”.
La sentencia se le atribuye al abogado más creativo, que suele hacerlo equivocar con frecuencia al presidente. Emitida durante el conflicto del Correo, manejado con una incompetencia ejemplar. Un culebrón que lo hizo retroceder en las encuestas. Para Oximoron ocurrió algo más grave: el Presidente quedó mal con su propia familia.
“Que no la beneficie a SOCMA, pero que no la discrimine”.
Se asiste al cambio de metal, cliquear. Al viaje desde la plata hacia el bronce. Transformación que sorprende.
Consta en el informe que Franco, el padre, habitualmente se queja. Durante las mañanas, en las horas plenas de lucidez.
El hijo Presidente es gran motivo de orgullo. Pero desde el aspecto comercial, el privilegio derivó en perjuicio.
“¿Entonces por qué va a ser contemplativo con algunos empresarios? Si se puso demasiado duro hasta con su familia”.
Bernardo Maldonado-Kohen
Director Consultora Oximoron
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Modificaciones del temperamento presidencial. Se atribuyen a la influencia de la señora Elisa Carrió, La Demoledora. Es quien le estimula el virus tardío de la transparencia.
Aunque le cuesta asumirla, la toma, según Oximoron, con excesiva seriedad. Como si se asistiera a una extraña manera de la dependencia intelectual.
Claro que otros observadores menos románticos, sin gran esfuerzo reflexivo, prefieren tipificarlo puerilmente de “g…”.
“Tiene reacciones de g…”, confirma la Garganta.
Para salvar al Macri político, se dejó colgado de la rama, según Oximoron, hasta a Ángelo Calcaterra, el Primo.
En su bonhomía, o timidez espiritual, el Primo Ángelo se prodiga en aclarar que -al contrario- está muy conforme. Por haberle «vendido» IECSA a Marcelo Mindlin, El Pampa. Sin el menor encono por haberse quedado afuera. Con efectivo y tiempo libre para viajes.
Otros empresarios, con experimentada autoridad para la conjetura, confirman que Ángelo quedó golpeado porque el bendito Soterramiento ya no le pertenece. IECSA, ahora, se llama SADEC. En la purificación decidieron también desprenderse del yuyo malo, brasileño, de Odebrecht.
Consta en el informe que el negocio, o mejor llamarlo la obra, con el dinero aportado por el gorro frigio lo manejan los paisanos italianos de Ghella. Empresa surcada por maledicencias tal vez inmerecidas.
“Ghella es una empresa amiga, pero córtenla, no es de los Macri. ¡Créanlo!”.
“Acabar con el Macri empresario” significa terminar, con cierto decoro, con dos de los negocios de Franco.
El Correo, que derivó en el complejo mamotreto judicial, remite a dos figuras trascendentes de la historia, fundamentales en etapas distintas. Los dos extintos. Alfredo Yabrán, El Amarillo. Y Néstor Kirchner, El Furia.
La mala relación inicial de Yabrán con Franco es el verdadero origen de los deplorables momentos que Mauricio debió pasar como empresario. Con los autitos del Uruguay. Contrabandos artesanales que recalaron felizmente en el olvido.
En cambio Kirchner, de entrada, decidió apretarlo técnicamente a Franco.
“Lo empujaba hasta la puerta de la quiebra, y cuando estaba por caerse, lo rescataba”.
Como si El Furia pretendiera sofocarlo, para aliviar a la presa antes del minuto final.
El Furia le expropió el Correo. Florecieron los juicios cruzados que no terminarían de resolverse. Hasta prolongarlos, con perversidad, para que le exploten en la gestión a Mauricio. Previamente lo habían elegido como adversario. Y como sucesor.
La pesadilla del Correo no se resolvió antes, simplemente, porque la relación entre Franco y Néstor, primero, y luego de Franco y Julio De Vido, El Pulpo, era bastante más que aceptable.
Consta incluso en el informe que Franco, en 2005, estuvo a punto de venderle IECSA al ascendente Lázaro Báez, El Resucitado. O sea a Néstor.
Sin embargo no se pusieron de acuerdo. Por la moralidad del precio.
Dos años después, cuando Mauricio accedía a la jefatura del Maxi-Quiosco de Buenos Aires, Franco tuvo un arrebato lícito de prolijidad. Prefirió transferirle IECSA, con facilidades, al sobrino Ángelo. Y en otros diez años, ya con Mauricio como presidente, se decidió que Ángelo le “vendiera” IECSA a Mindlin, El Pampa Providencial, Salvador de la familia (leer «El Pampa y Los Amarillos», cliquear).
Para completar la apretada sinopsis, basta apenas con consignar la deuda que reclaman, por el Correo, los continuadores de Yabrán.
“Una cifra que sobrevive al suicidio de Don Alfredo”.
Por aquel escopetazo sombrío que desfiguró al desesperado.
Son 50 millones de dólares que debieran aclararse. Al menos verbalmente. Para la posteridad. Consultar, en todo caso, con Héctor C…
Megafusiones
Sin embargo, durante la transición macrista, el empresario más favorecido es Héctor Magnetto, El Beto. Sostén exclusivo del Grupo Clarín. Magnetto siempre supo salirse con la suya, con cualquier gobierno, anecdóticamente militar o civil.
Con el amigo Kirchner consiguió, en 2007, antes de expirar el mandato, que se aprobara la megafusión de Multicanal con Cablevisión (muy cuestionada por la cuestionada doctora Alejandra Gils Carbó, la NYC Rebelde -cliquear-).
Diez años después, ya con el amigo Macri que lo alivia, Magnetto logra fusionar también Cablevisión con Telecom, la monumental empresa de Fintech, el fondo de David Martínez. Otro gran favorecido. Mejicano de Monterrey y doble socio de Magnetto. Primero en Cablevisión, y ahora en Telecom. Felicitaciones.
En “El ayudín de Macri para salvar a Clarín” (cliquear) el Portal anticipó la visible jugada. La megafusión Cablevisión-Telecom que ya descontaba, según nuestras fuentes, el paisano Carlos Slim, el mejicano de Claro, que ve debajo del agua. Y por supuesto también don José Luis Rodríguez Zarco, el caballero español de Telefónica, la empresa embocada. Telefónica amagaba con denunciar la componenda super-estructural en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). Y hasta dejó una copia de la amenaza de demanda a cada uno de los integrantes de la manuable Enacom, el ente “autárquico del extinguido Ministerio de Comunicaciones”, que Clarín manejaba con la facilidad de un triciclo.
Por el peso de la influencia política, por irrisorias monedas, después de comprarse Nextel, Magnetto se la había ingeniado para conseguir el máximo UP Grade. El pase de cabina para Clarín. De la clase turista saltaba hacia primera. Del 42 J a 1 A. En condiciones de anexarse en el espectro casi de garrón, para adherir a la ultra-sofisticación del 4G. Sin poner los 1.500 millones de dólares que debieron religiosamente aportar los españoles embocados de Telefónica, el mejicano embocado de Claro y el mejicano embocador de Telecom.
Operativo Valium
En su consagratoria visita a Madrid, Macri suplicó a los gallegos de Telefónica, según Oximoron, que no denunciaran al CIADI. Por el intento de seducción que ensayaba hacia los inversores imaginarios, reticentes a creer en los beneficios de la oral “apertura al mundo”.
Entonces Macri, súbitamente salomónico, supo conciliar una “instancia de diálogo”, posteriormente llamado Operativo Valium. Para que representantes de los empresarios intercambiaran sus posiciones por arriba, mientras avanzaba, por abajo, el proceso de megafusión que todos aguardaban.
Para ganar tiempo, a través del Operativo Valium se logró dormir con un ojo abierto a los exponentes de Telefónica y de Claro, quienes, en medio de la siesta, sospechaban que los iban a embocar.
Aquí fue donde Mario Quintana, Luz de Mis Ojos I, y Miguel de Godoy, Delarruista Adaptado, se encargaron de entretener al señor Miura, de Claro, que suplía a Julio Porrás, el hondureño hilarante. En su momento, Porrás le confesó a Oscar Aguad, El Milico, aún Ministro de Comunicaciones, que lo entendía.
“Porque nosotros en Méjico somos como Clarín en la Argentina”.
Aparte de Miura, compartía la siesta de los valiums el señor Lastra, de Telefónica, sucesor de Rodríguez Zarco, y Quiroga López, de Telecom, pero sólo para constar en actas.
Aunque falten algunas semanas para que se apruebe definitivamente la megafusión, la flamante empresa de don David, que absorbe a la del Beto (y de don David) se va a quedar con más del 40% de la telefonía fija, el 38 de la movil, el 60 de internet de banda ancha, etc. Con internet en el bolso, televisión en la mochila, telefonía fija y celular, luces de colores a discreción y hasta el fútbol incluido.
Al cierre del despacho los españoles de Telefónica descuentan la presentación de la denuncia al CIADI. Para colmo aún los inversores imaginarios amenazan con llegar apenas en los discursos voluntariosos de los funcionarios sin convicción.
La precipitación por fusionar obedece, para Oximoron, a las sagradas cuestiones electorales. Don David decidió acelerar por el peligroso retorno posible del populismo que hizo tanto daño. Debe entonces evitarse la vuelta a las regulaciones del pasado, como al intento de restablecer otra Ley, como la que Macri, con valentía admirablemente republicana, volteó al llegar.
Continuará
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