Patio Olmos (I)
11 de Noviembre de 2005. El gobernador De la Sota es reeleccionista K, y su opositor, el intendente Juez, es trasversal. Ambos compiten por mostrarse más kirchneristas.
Artículos Nacionales
Córdoba (de nuestro enviado especial Oberdán Rocamora).- El mayor encanto de esta gran ciudad consiste, precisamente, en las diferentes alternativas ventajosas para abandonarla. Brinda excelente oportunidades para alejarse hacia las montañas. Por lo tanto, el hecho de disponer de una formidable colección de paisajes cercanos -que podrían ilustrar aquellos viejos almanaques de almacenero- torna la ciudad un tanto más soportable.
Como Buenos Aires, por ejemplo, sin ir más lejos. El secreto consiste en quedarse a vivir en el Patio Olmos. Se trata de una versión corregida del Patio Bullrich, aunque infortunadamente sin la presencia de Guillermito Cherasnhy y del señor Kikuchi. En cambio, pueden encontrarse otros especímenes del conglomerado comunicacional de Córdoba.
Suelen situarse en el interior, o en alrededores del Patio Olmos, hasta en el viejo Rockefeller que mudó su nombre por el de Johny Bed. Ellos inspiran la confección del presente despacho.
El peronismo conyugal
Por los malditos códigos de don Asís, infortunadamente el cronista debe abstenerse, en principio, de detenerse en los entuertos políticamente afectivos. Los chisporroteos de aquello que suele llamar, don Asís, el peronismo conyugal.
Porque, en apariencias, el gobernador De la Sota, sin el pintoresquismo del escándalo, siguió el mismo ejemplo menemista del colega bonaerense, Felipe Solá.
El de asumir la valentía de separarse en la plenitud de la gestión.
mujercitas
Sin embargo, la señora Olga Riutort mantiene ciertas diferencias notables con, por ejemplo, la señora Zulema, ex de Menem. O con la señora Teresa, alias La Colorada Villanueva, ex de Solá.
(La dama, Teresa Fernández, alias La Colorada, registra una gestión absolutamente irreprochable como Secretaría de Cultura de la Nación, durante la presidencia del Turismo Aventura, Rodríguez Saa. Fue, acaso, la Secretario que menos se equivocó, al gestionar durante tres días).
La principal característica diferenciadora de la señora Olguita Riutort, con las otras damas de referencia, consiste en su condición incuestionable de Jefa política.
Pergaminos que, oportunamente, supo conquistar, la señora Olga, como cuadro, en San Juan. Para renovar, a través de las fascinaciones del peronismo conyugal, posteriormente, en Córdoba.
Hoy, la señora Olguita, es jefa del peronismo capitalino.
Se quedó en la amplia casona frente al lago, de Villa Carlos Paz. Y ahora lanza su candidatura a Intendente de la capital. Trata de consolidar la estructura de cuadros que pueda facilitarle el objetivo de sucederlo, en la alcaldía, a Juez.
Al humorista vocacional que se lanza, por su parte, hacia la conquista de la gobernación.
Mientras tanto, la señora Olga asume políticamente el rol de la gobernadora consorte abandonada. Una victimizada humillación intelectual que, es previsible, podría despertar algunas solidaridades femeninas del electorado.
Es decir, identificaciones de cuantiosas cordobesas que admiran la entereza de la candidata. Y la capacidad de conducción para imponer su autoridad entre los varones.
Ocurre que el gobernador De la Sota experimenta, con inclaudicable legitimidad, el positivismo de un nuevo amor. Despliega entonces su reconocida melosidad de galán maduro, con una atractiva señora, Adriana Nazario, también miembro del gabinete. Y oriunda, la señora Nazario, de Río Cuarto. De los pagos donde solía tallar Humberto Roggero, que se nos va, en enero y con el pase libre, hacia Inglaterra.
adicciones gallegas
De la Sota es, extrañamente, un adicto a la reelección de los otros.
Contagiosamente reincidente, en su fervor. Ahora suele públicamente manifestarse, con énfasis inconvncente, por la reelección de Kirchner. Con un entusiasmo, casi similar, al que desplegaba cuando supo utilizar, su influencia gestionaria, ante el honorable juez Bustos Fierro. A los efectos de elevar el diseño de una tésis jurídica que le permitiera, a aquel obstinado Menem, y para dragarlo a Duhalde, intentar la utopía de la re/reelección.
Cuando a aquel Menem del pálido final, aún le costaba entender que aquella imposibilidad no era, de ningún modo, jurídica. Era política.
Entonces había, nomás, que hacer el bolsito e irse.
Sin embargo, la fastuosidad de aquella iniciativa re reeleccionista había sido lealmente acompañada. No sólo por Lestelle, Rabanaque y aquel inolvidable Robby Fernández.
Entre otros, apoyaba, la re/rré, también el actual vicepresidente Scioli. Y el ascendente senador Piccheto. Pero todo es historia, diría Felix Luna.
En cambio, para De la Sota aquella jugada servía, apenas, como definitoria retribución. Para saldar una deuda de gratitud y basta. Por haberlo ayudado oportunamente Menem a alcanzar la ansiada gobernación.
la gran bolsa de Kirchner
Para darse una idea de la abrupta penetración del kirchnerismo en Córdoba, basta consignar que el peso más fuerte, De la Sota, es reeleccionista. Y que el principal opositor, el intendente Juez, es trasversal.
Divierte entonces espantosamente, en el Patio Olmos, la competencia, por ser más kirchnerista, entre los dos rivales.
Borges sostenía que García Lorca era un andaluz profesional.
El primer trasversal, el Intendente Juez, podría encuadrarse en la misma definición de Borges, aunque en cordobés.
Suele Juez utilizar la ridiculización del otro como instrumento imbatible de la lucha política. Desacartona al adversario y divierte espectacularmente a la tribuna.
En realidad, Juez se llevó insólitamente la intendencia con sus humoradas.
Las que lamentablemente cansan y no le alcanzan, aún, para gestionar.
Pero tonto, ni de lejos, Juez es.
Juez comprende perfectamente que fue el instrumento que utilizó Kirchner para atraerlo, a la bolsa de su red, a De la Sota.
Entonces Juez fue una especie de Jorge Yoma cordobés.
Porque aquel inicial apoyo de Kirchner a Yoma fue, apenas, un señuelo para atraer a quien le interesaba. Al gobernador Maza.
Aunque le cueste, a Kirchner, apenas, entregarle a Yoma la embajada en Méjico.
Después de todo Kirchner, en su inimputabilidad diplomática, ya se encargó de degradar hasta la relación con Méjico.
trasversales truncos
Recordaráse que Juez fue uno de los tres baluartes del trasversalismo iniciático. Conjuntamente con el siempre socorrido paraguayo Aníbal Ibarra, que tiene aire hasta el lunes. Y con aquel Hermes Binner.
A propósito, Binner fue otro vaso comunicante. Porque le permitió a Kirchner atraer, primero, al facilongo Obeid de la pendiente. Pero para que se le entregara, precipitadamente, Reutemann.
Aquel mansito Reutemann que no le resistió, a Kirchner, más de una vuelta en el autódromo. Asustado como estaba por las cámaras, debidamente programadas, de Punto Doc.
Entonces las aguas, otrora caudalosas, de la política de Córdoba, terminan en las orillas bruscamente arenosas de Kirchner.
Más aún. El vicegobernador Schiaretti es, en apariencias, el candidato a próximo Gobernador.
El más grande mérito político que los instiga, a los peronistas de Córdoba, a apoyarlo a Schiaretti, consiste en que, por ser vice, no tiene derecho a la reelección.
Significa un atractivo superior, porque Schiaretti no presenta, por ejemplo, el riesgo de pretender quedarse. En el 2011, en todo caso, Schiaretti estaría como De la Sota en el 2007. En la búsqueda de una banca donde refugiarse.
Una suerte, en definitiva, que exista el dormitorio del Senado.
Por lo tanto, Juez pasa gran parte de su tiempo en Buenos Aires, entre los despachos del Aníbal y del Alberto, y condecorado con alguna fotografía presidencial.
Al percibirlo, los justicialistas pragmáticos de la provincia lo instigan, a Schiaretti, para que se precipite en convertirse, lo más pronto posible, en el lider natural del kirchnerismo.
Entonces, Schiaretti no tendrá otra alternativa que introducirse, solito, en la amplitud de la bolsa que se carga, Kirchner, al hombro.
caserio, el co/conductor
Sin embargo, en el Patio Olmos pronto aparece también la ficha de Carlos Caserio.
Trátase del caudillo de Punilla. Un bonaerense acordobesado, que supo armar su territorio desde Valle Hermoso, aunque terminó afincado en Carlos Paz.
Mientras aguarda su turno para lanzarse a la gobernación, Caserio aspira a comandar, al menos, el bloque de entreverados diputados justicialistas y victorianos.
En la actualidad, Caserio es uno de los co/conductores, junto a otros tres próceres del Billiken del futuro.
Como, por ejemplo, Jorge Argüello, destacado cultor del deslizamiento en pértiga, que mantuvo una posición de privilegio en el útimo Torneo Carrario.
Con el salteño Urtubey, un romerista otrora influenciado por Díaz Bancalari.
Y por el sureño Nemirovsci, quien suele competir, en franca desventaja, con Braga Menéndez, en el desparpajo de defender, por televisión, el «proyecto de país» que supuestamente representa Kirchner.
El Sospechoso Asumido
De todos modos, de Córdoba, emerge también uno de los sustanciales colaboradores de Kirchner. Que enarbola el emblema de la trasparencia implícita de la Nueva Política. Y que cumple una función higiénica de contención.
Es el Sospechoso Asumido. Portador de las desconfianzas consentidas. De quién se puede hablar mal hasta en el esternón del propio gobierno. Hay, incluso, una licencia para pegarle.
Es el Señor de los Subsidios, Ricardo Jaime.
Cuando se escriba su historia, muy pronto, Jaime podrá superar, por su colorido marroquinerismo, la magia de cualquier personaje de Tolkien.
Sin embargo, abundan otros cordobeces notables, lo que estimula a pensar, en la tibieza del Patio Olmos, que el kirchnerismo es un producto mayoritariamente cordobés.
Y no sólo personajes menos relevantes como el mandamás del Correo, Dicola.
Si don Asís no decide lo contrario, el próximo despacho será exclusivamente dedicado al cordobés privilegiado que mantiene el acceso a la mesa chica.
Trátase del señor Zanini, alias El Ñoño. El Titular de la Linea Maginot.
Oberdán Rocamora
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