Riquelme y Maradona

escribe Medea Lobotrico-Powell
Conocimiento Alternativo, especial
para JorgeAsísDigital

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Riquelme, del 24 de junio de 1978. Caballo de Tierra. Cáncer.
Maradona, del 30 de octubre de 1960. Rata de Metal.  Escorpio.

Sólo los mayoritarios profanos, en materia astrológica, pueden sorprenderse por las disidencias tan publicitadas entre Maradona y Riquelme.
Conmueven por resultar inteligentemente entretenidas. Al menos, más originales que las circunstancias políticas que fagocitan la Argentina que suele idealizarse a la distancia.
Maradona y Riquelme, en adelante la Rata y el Caballo, mantienen escasos aspectos en común. Obvios pero trascendentales.
En primer lugar, la nacionalidad. La Argentina como identidad contradictoria. Un país Rata, como Maradona, y de Cáncer. Pero con ascendente Caballo, como Riquelme. Condenado al autohostigamiento de sus propias proyecciones.
En segundo lugar, se encuentran unificados por la utilización de la casaca emblemática. La 10.
En tercer lugar, la cultura del fútbol.
Y se acabaron los puntos de unión. Porque la Rata y el Caballo son, en general, naturalmente incompatibles. Absolutamente antagónicos y por lo tanto rivales. Carecen de afinidades.
Las dos horas en las que reina, en el universo, el Caballo, coinciden con las dos horas más vulnerables de la Rata. Y viceversa.

Superioridad natural

Como a cualquier Caballo, más aún si es de tierra, a Riquelme le cuesta imponer, sobre el resto de los mortales del arco zoológico, la superioridad natural, de la que se sabe, o cree, portador. Y la que debe, para convivir, ocultar. Y es motivo de caudalosos sufrimientos y desubicaciones.
El Caballo participa del Triángulo de la Protección, junto al Tigre y el Perro.
Se explica que el año anterior, el 2008, durante el Año de la Rata, Riquelme haya declinado, notablemente, en la eficacia de su rendimiento.
En el presente Año del Búfalo de Tierra (la Tierra es el elemento de Riquelme), puede remontar.
El Caballo no tendrá que soportar las presiones adversas del año anterior.
Puede vaticinarse que en el 2010, Año del Tigre -colega solidario del Triángulo-, Riquelme alcanzará la máxima plenitud.
Así como nunca se hubiera recomendado, a las autoridades de Boca Juniors, tamaña inversión en Riquelme durante el 2008, se les aconseja que aguarden el tiempo propicio del 2010.

La conquista del equilibrio

Rata de Metal y Escorpión, Maradona mantiene los arrebatos geniales de la creatividad. Atributos que lo llevaron hacia la idolatría. Hasta convertirse en sinónimo del país.
En cualquier lugar del mundo, Argentina se traduce como Maradona.
Sin embargo la vulnerabilidad, acaso máxima, reside en las dificultades para conquistar el equilibrio armonizador.
La Rata creativa necesita contención y, en el caso de Maradona, es simultáneamente incontenible.
Para su felicidad personal, el desafío consiste en superar la dinámica de los altibajos. Lo llevan a compartir los más colosales hallazgos, con las caídas estremecedoras. La gloria y al costado la humillación. La riqueza acompañada por la sensación de quebranto.

La Rata participa del Triángulo de la Acción, junto al Mono y el Dragón.
Dista de ser casualidad que Maradona haya alcanzado la tan ansiada dirección técnica, de la Selección Argentina de fútbol, durante el 2008. El Año de la Rata.
Tampoco es casualidad que haya brotado la recíproca animosidad adversa con Riquelme. Porque es el opuesto. El antagónico cultural que se eleva para heredarlo.
De adoptar la racionalidad de la astrología, sin ninguna necesidad de hacerse amigos, La Rata y el Caballo tendrían que esmerarse en la capitulación de los respectivos egos. Para pactar la convivencia. El próximo mundial, el de Sudáfrica, se juega en el 2010. Año del Tigre de Metal. Donde, como se dijo, el Caballo Riquelme, con 32 años, estará naturalmente capitalizado para exhibir el atributo de la superioridad, aunque sea presunta.

Medea Lobotrico-Powell
para JorgeAsísDigital

(con la colaboración de Dante Lucero)