Massa, Titán del Tigre
Se confirma anticipo de Oberdán Rocamora.
Artículos Nacionales
escribe Osiris Alonso D’Amomio
Consultora Oximoron, especial
para JorgeAsísDigital
El 19 de mayo, en Bolero de Ravel, Oberdán Rocamora, otra vez, como acostumbra se nos anticipó. Presentó al intendente de Tigre, Sergio Massa, como el «probable sucesor de Alberto Fernández».
Agregó: «el joven ambicioso mantiene el doble privilegio. Ser valorado por el pleno del Cesarismo Conyugal. Por Kirchner y La Elegida».
Dos meses después, se confirma la primicia.
Justamente cuando Sergio Massa, inspirado en su instintiva habilidad, comenzaba a mostrarse pudorosamente crítico del kirchnerismo. De la erupción que hoy lo condecora, con la responsabilidad de suceder al poeta popular Alberto Fernández.
Massa amagaba, ante sus íntimos, según nuestras fuentes, con la conveniencia de tomar distancias.
En idéntica onda interpretativa, según nuestras fuentes, se encontraba el gobernador Urtubey, el Delegado Presidencial de Salta.
Es una suerte que Massa no haya profundizado el tenor de sus últimas apreciaciones críticas. Las que lo incitaron a no asistir, inclusive, a los recientes papelones multitudinarios, a los que convocaba Kirchner, con el pretexto demencial de defender a La Elegida, y a la democracia.
Ocurría que el olfato de Massa le aconsejaba comentar:
«Esto se cae, no da para más».
Con seguridad, Massa podrá rebobinar aquellas tenebrosas expresiones. Fueron producidas en medio del desencanto, que enmarcaba la imposición trunca de la Resolución Administrativa, que volteó, entre sus dilaciones, el vicepresidente Cobos.
Hoy Massa dispone de tiempo para autoconvencerse que su impresión sombría era algo exagerada. No era tan así. Por lo tanto, Massa se encuentra en condiciones energéticas de apuntalar al alicaído Cesarismo Conyugal. El que, «doblemente, lo valora».
Neoliberalismo
El progresismo forzado de los Kirchner podrá tomar, como un rasgo pintoresco de simpatía, que Sergio Massa haya comenzado, su actividad política, en la diezmada UCD, que hoy conduce otro titán, Jorge Pereyra de Olazábal.
Pero por suerte Massa pudo zafar del espanto del neoliberalismo. Fue merced a la carnicería que Menem supo instaurar con aquella agrupación fundada por los Alsogaray.
De manera que en los fatídicos años 90, Massa cruzó, desde la UCD, hacia la vereda del peronismo. A los efectos de militar en su distrito, San Martín. Y enrolarse en la conducción filosófica de Luisito Barrionuevo. Antes de encuadrarse en la aventura alocadamente presidencial de Palito Ortega.
Sin embargo, el muchacho tuvo la suficiente suerte como para mojar, bastante pronto, la medialuna de una banca. Como diputado provincial, por Buenos Aires, el distrito que aspira a gobernar.
Estrategias
Del muchacho se cuentan hazañas formidables. Como por ejemplo de cuando quería llegar a Duhalde. Se enteró que Duhalde viajaba, con la señora Chiche, hacia determinada islita del Caribe. Entonces Massa no vaciló en encarar la iniciativa de desplazarse hacia la misma isla, con el firme propósito de encontrarlo. De programada casualidad.
Cuentan que la estrategia le costó unos cuantos pesos. Pero le salió bien. Consiguió cautivar a los Duhalde.
Fue con Duhalde que desembarcó en la Anses y es ahí donde lo heredó Kirchner. Se ignora, al momento de componer esta columna, si, para seducir a los Kirchner, Massa también forzó otra casualidad. A nuestro criterio, era innecesario. Ya el chico estaba en lo alto. No le hacía falta.
Osiris Alonso D’Amomio
para JorgeAsísDigital
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