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Pruebas de amor

La Patagonia Austral se consolida como la región favorecida por el Cesarismo Conyugal.

Serenella Cottani - 13 de diciembre 2007

Miniseries

Pruebas de amorRIO GALLEGOS (de nuestra corresponsal permanente, Serenella Cottani).- Los gobernadores favorecidos, en sus asunciones, por la presencia del pleno del Cesarismo Conyugal, fueron, tan solo, dos.
Daniel Peralta, que se afianza en Santa Cruz. Y el sospechosamente ascendente Mario Das Neves, máximo caudillo del Chubut.
Néstor, alias El Lupo, presidente saliente. Y la señora Cristina, alias La Lupina, presidente entrante, supieron engalanar, sonrientes y juntos, las ceremonias de emotivos juramentos de los dos titanes del sur.
También, los Césares, participaron de la ceremonia de asunción del promisorio Sergio Massa, el baluarte que capturó la intendencia de Tigre.
Contrastó, la presencia comunal, con la significativa ausencia, de los cónyuges, en la extraña asunción, en un colegio, de Javier Belloni. Es el inesperado, para el lupinismo, intendente de Calafate.
Trátase del paraíso donde los Césares suelen refugiarse.
Sin embargo, la escandalosa situación interna de Calafate merece la cortesía de un próximo despacho aparte. Sobre todo por la dispendiosa manera de despachar los terrenos fiscales. Fue en la gestión del intendente anterior, que se encontraba fervorosamente identificado con la nomenklatura moral del lupinismo.
Trátase de Néstor Méndez. El alcalde que lograra una espeluznante repercusión nacional, merced al antropológico reportaje radial que le efectuara Jorge Lanata. Y a una coleccionable producción del semanario Noticias.
Volvamos, en este despacho, a los titanes del sur. Peralta, y, en mayor medida, Das Neves.

Balanceo

«Es el Lupo, Serenella, puedo asegurárselo. Es quien aprueba la instalación del proyecto presidencial de Das Neves. Más aún, lo promueve», nos confirma, en confianza, La Garganta.
«Das Neves le sirve al Lupo», continua la Garganta. Para compensar, desde las perentorias filas del lupinismo, las proyecciones que puedan aventurar otros peronistas no encuadrados. Por ejemplo, De la Sota, que anticipa un lanzamiento.
«Pero De la Sota deja, Serenella, una provincia demasiado endeudada». Según la Garganta, su sucesor, Schiaretti, va a tener que esforzarse para no hablar de «la herencia recibida».
«Cuesta hacer pata ancha cuando se deja una provincia tan dependiente, como Córdoba, del poder central. Diez mil millones».

Puede resultar Das Neves de utilidad, además, para emparejar, según la Garganta, la posible proyección de Romero.
Porque, a pesar de la derrota, en Salta, de su candidato, si se desmarca, Romero puede, prosigue La Garganta, resultar inquietante.
«Difícilmente Romero se conforme con la sortija de la vicepresidencia del Senado».
Aparte, Das Neves, es un referente exitoso con quien se puede balancear.
Sin ir más lejos, su presencia, respaldada por los sucesos gestionarios, podría neutralizar el postergado amague del propio Duhalde.
Un Piloto de Tormentas, Duhalde, que suele desorientarse ante la serenidad del clima apacible. Sin embargo puede crecer en la turbulencia. Sobre todo con la proliferación de los escandaletes bolivarianos. Como el de la valija. Que se los podrá llevar, a los dos, adentro.
Mientras tanto, Duhalde dilata el lanzamiento hacia la nada.
«Al Lupo, en el fondo, Duhalde no le preocupa». Lo considera un vacilante que mantiene el boleto picado, sin retorno. Pero puede resultarle funcional.
Garganta sostiene que Lupo, por ahora, si es por Duhalde, duerme tranquilo.
Duhalde, asegura Garganta, sólo se va a limitar al rol de recepcionista. Es decir, para dedicarse a recibir desorientados similares. Todos debidamente registrados. En las oficinas de Hipólito Yrigoyen, donde funciona, casi tumbado, el Movimiento Productivo. Sin productores ni movimientos.
En cambio, los Rodríguez Saa -continua la Garganta-, al Lupo, lo divierten.
Sin mayor originalidad, a los Barros Schelotto no los considera.
Los toma, con menos seriedad, que al actual Menem.
«Sería, el Alberto, para el Lupo, el sparring ideal», insinúa La Garganta. «El que busca, Serenella, siempre afanosamente, Mazzón».

Significa que los Kirchner, según la Garganta, mantienen, al peronismo, acorralado. Evaluación, por supuesto, anterior al tsunami provocado por el FBI. Motivado, según nuestras fuentes, por la borocotización acelerada del Gordo Antonini Wilson. Que pasó de la marroquinería del bolivarianismo, hacia el soplonismo defensivo para el FBI. Con intenciones de relatar mucho más de lo necesario.
Antes de la renegociación del escándalo de la marroquinería, para la Garganta, el Lupo los tiene, a la mayor parte de los dirigentes de la superstición del peronismo, pendientes, en general, de su voluntad. Dominados, hasta la parálisis. Aunque ellos, secretamente, lo detesten.

El mensaje de la asistencia, de los Césares, simboliza la continuidad del privilegio hacia la Patagonia Austral. Continúa, mientras el esquema siga sin desmoronarse, como la región favorecida. Beneficiada, ostensiblemente, por la persistencia de las prebendas. Legitimada, al descontarse de la cuenta inflamada de la postergación.
La acumulación de obras grandiosamente públicas, representan virtuales pruebas de amor.

Vanguardias

Un gobierno de vanguardia es aquel que suele anticiparse. A los sistemas de gestión, sobre todo de pensamiento. Sin embargo, el vanguardismo debe servir para anticiparse, así sea innecesariamente, para las renegociaciones.
Es el caso de la llamativa precipitación para renegociar el contrato de explotación del Yacimiento del Cerro Dragón. Con el PAE, Pan American Energy.
Trátase del nombre instrumental del consorcio anglo norteamericano BP. Contiene a la Morgan Chase Bank. Establecimiento solidario inscripto en la beneficencia del Grupo Rockefeller.
Acuerdos semejantes, con la promesa de inversiones estratégicas, legitiman la súbita condición de indispensables que consiguen los hermanitos Bulgheroni.
Operadores que conocen, de memoria, la sensibilidad gestual de los argentinos que deciden. Capitalizados por la permeabilidad de los códigos morales.
Golfo de San Jorge, 2.200 pozos de petróleo, 78 millones de barriles por año. Un cuarto de las reservas del país.
Con una antelación de diez años, el acuerdo, que vencía en el 2017, fue renegociado hasta el 2027. Con una desgarradora opción, por si acaso, por otros veinte años. Hasta el 2047.
Entonces es inútil que don Hipólito Solari Yrigoyen se endurezca. Y menos, que se aferre al recurso impotente de una acción judicial. Y decida impugnar las delicias reprochables del vanguardismo.

Monos

El Dique Los Monos logra, también, conmover.
Megaproyecto que deriva en la máxima prueba del amor compartido, que unifica la fraternidad de las provincias privilegiadas.
Trátase del excesivo aprovechamiento hidroeléctrico de cierto cauce del río Senguer. Alterna las provincias del comisario, para desembocar en el lago Musters.
Proximidades de Sarmiento, sur de Chubut. Y norte de Santa Cruz.
La construcción de una represa de 50 metros de altura, constituye un desafío trasgresor, hasta para el criterio del ambientalista menos despierto.
La evolución del proyecto, en los severos tiempos de adscripción internacional hacia la militancia ecológica, aumenta la reticencia de los ambientalistas excitados, con la savia que baja desde Gualeguaychú. Conste que se acelera la movilización opositora de determinados habitantes del lugar. Los que exageran, acaso, entre los recaudos relativos a las cercanías nocivas de ciertas perforaciones petrolíferas. Como las que pudrieron la atmósfera, y el agua muerta, de Koluel Kaike.

Sobran las pruebas del amor compartido, interprovincial.
Como el tendido del Interconectado, entre Puerto Madryn-Río Gallegos.
O las represas hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, como La Barrancosa y Condor Cliff, ya ampliamente tratadas en el Portal.
O la previsible lluvia de millones de glucolines que irrumpen, junto al asentamiento de la nueva planta de ALUAR, en Puerto Madryn. Aspiraciones de alcanzar las quinientas mil toneladas de aluminio por año.
O el dichoso asfalto de los 700 kilómetros, que faltan de la Ruta 40. O la destilería de Punta Loyola.
Pruebas de amor que garantizan la identificación total entre Das Neves, y en menor medida de Peralta, con el proyecto perenne de Los Césares.
Los que supieron renegociar, democráticamente, el 28 de octubre, y por lo menos hasta el 2011, con opción al 2015 y 2019, el convenio de administración del gobierno nacional. Con la inestimable colaboración, según la «basura operativa» del FBI, de la marroquinería bolivariana. Con los billetes para sustentar, probablemente, la demolición del universo artificialmente construido.
Los millones de glucolines verdes serán, otra vez, auditados por el rigor popular del ministro De Vido. En el esquema cesarista, un referente irreemplazable, aunque al Alberto, como a cualquier otro gran poeta del suburbio, se le estruje el corazón. Igual que le pasaba a Evaristo Carriego.
Glucolines para reinvertir, con seguridad, en la fortaleza merecida de la región del futuro.

Final con estancias

Un inversor infatigable, don Lázaro Báez, alias El Resucitado. Es lo más parecido a un socio. Del estadista incapacitado para tener socios.
Suele angustiarse, según Garganta, por la falta de buenas estancias para comprar en el sur.
El Resucitado se compró, tan solo, las estancias que le gustaban. Las que pudo conseguir.
Para finalizar el despacho, Garganta nos propuso, con profesionales intenciones, encarar un gran paseo. Para fotografiar, desde un helicóptero, algunas de las doce últimas estancias que El Resucitado logró adquirir (La factura por el alquiler del aparato, a nombre del JorgeAsísDigital, va en correo aparte).
Con la virtud, cuidadosamente indemne, de la cronista, alcanzamos, con Garganta, desde el aire, a fotografiar sólo tres estancias de las doce que se le atribuyen a Lázaro.
Son «Campamento», «Cruz Aike», y «La Porteña». Estancias que se distinguen con amplitud. Porque las propiedades mantienen sus carteles de Vialidad Provincial.
Una repartición, Vialidad Provincial, igual que las estancias, de su pertenencia. O sea, de La Casa.

Serenella Cottani
Continuará
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