Alberto como esperanza del antikirchnerismo
KIRCHNERISMO CON GUARNICIÓN DE PERONISTAS II: Creen que si le va bien La Doctora desaparece.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
Previa
Horizonte plagado de riesgos
“Sólo con gobiernos populares se imponen medidas impopulares”.
Dicta presencia. Marca la cancha. Opta por un camino riesgoso (el horizonte está plagado de riesgos).
Con el triunfo inapelable en el parlamento se gastó gran parte del crédito.
Pero se cuenta con el instrumento que permite avanzar (o estrellarse).
El verano asoma entonces como si fuera un ensayo complejo.
Acaso el máximo riesgo que debe evitar Alberto, El Poeta Impopular, es que lo conviertan en la última esperanza del antikirchnerismo.
Contra Alberto conspiran hoy quienes lo elogian con calculada mala fe.
Optimistas creen que, si le va bien, la influencia de La Doctora paulatinamente desaparece.
Aunque si el experimento “Alberto Presidente” funciona es sobre todo porque ella acertó al elegirlo.
El peronismo, como inmanencia o guarnición, es la cobertura popular del gobierno que se va a tratar, con rigor, recién después del 10 de marzo del 2020.
Carolina Mantegari
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1.- Reflotar la épica
El
deseo imaginario del ex Premier de Néstor, El Furia, no debe tomarse
con seriedad.
Reflotar la épica del primer kirchnerismo.
2003/2007.
Kirchnerismo del primer hervor nacional. Para
entenderlo a través del fenómeno recaudatorio.
De la dinámica
de relación de dos funcionarios sustanciales que se despreciaban.
Hoy ambos quedan fuera del centro de decisiones.
Julio De Vido, El
Peronista Cultural. Y Carlos Zannini, El Cenador.
Conducción
radial, El Furia solía estimular la rivalidad interna.
Otra idea
pendiente consiste en abordar la historia del kirchnerismo a través
del presunto desprecio que se profesaban los dos colaboradores
fundamentales.
Tampoco puede hablarse de kirchnerismo sin el
complemento relativamente folklórico de Guillermo Moreno, El
Ferretero.
Asustaba a los empresarios que mitificaban su
temperamento. Su anecdotario.
Después de dos años de descarte en
prisión, De Vido respira el aire de la chacra, mientras prepara, con
carbónico, el talonario de facturas.
El Cenador es rescatado del
ostracismo interno por La Doctora, que lo emplea como Procurador (del
Tesoro).
Aunque lo llame “Carlitos”, sabe El Cenador que
Alberto no lo prefería cerca.
Menos puede reflotarse aquel
kirchnerismo sin el apoyo trascendental de Hugo Moyano, El Charol.
Garantía del control de la calle.
Resulta imposible encontrar, en
la vitrina sindical, alguien equivalente a aquel Charol.
Junto al
otro pilar, Héctor Magnetto, El Beto. Garantía de control de la
comunicación.
Con el sostén de ellos El Furia pudo dedicarse a
la construcción del poder personal.
Alberto creyó entretenerlo a
Moyano con la expresiva masticación del asado en la sede de los
Camioneros, avenida Caseros.
Sin entregarle, siquiera como postre,
la Secretaría de Transporte.
Con Moyano conforme, adentro y con
la mirada brusca, ningún colectivero de camisa celeste iba a
animarse a destruir el sindicato.
La devoción hacia Magnetto
continúa indemne. Pero aquí existe algo más que un
inconveniente.
El rencor de La Doctora. Es recíproco.
2.- Runfla de Todos
El “Kirchnerismo con guarnición de peronistas” (cliquear) propone un menú dificultoso. Para disfrutar con tenedor para pescado.
El Museo del Partido Justicialista, que orienta José Luis Gioja, El Güevón, aporta la “cáscara vacía” (al decir de Charol).
Forma parte de la Runfla de Todos. El Frente.
“24 gobernadores y un presidente”. Poema Federal de Alberto.
El liderazgo, hasta aquí, lo mantiene La Doctora. Fundadora de Unidad Ciudadana.
Entelequia que agrupa a la acaparadora Agencia (de Colocaciones) La Cámpora.
Y al Frepasito Tardío, que arrastra la inveterada alucinación de imaginarse progresistas.
Entusiasmo juvenil que permite celebrar la estudiantina de Puebla. Mojar la medialuna en secretarías, en embajadas.
La Doctora conduce todo. A Unidad Ciudadana, a La Cámpora y al Frepasito Tardío.
Aparte, se carga al presidente Alberto, El Hijo Pródigo. Es de inmanencia peronista pero de escenografía radical.
Un epígono voluntario de Raúl Alfonsín, El Providencial.
Procura imitarlo, celebrarlo. Puede aventurarse, en la primera de cambio, con el preámbulo.
Peronista que tranquilamente pasa como radical.
Orientador de PARTE. Anónimo partido político diseñado a la carta. Para nuclear, y atraer, a los amigos.
Una docena de peronistas de la capital, particularmente conflictuados por el sobrepeso.
Jamás ganaron una elección. Pero son lo suficientemente gratos como para pregonar el “albertismo” que se expande.
Delirio que los antikirchneristas categóricos contemplan como si fuera la penúltima tabla de salvación.
Les permitiría no sucumbir ante el Mal. La Doctora.
3.- La Esfinge, un Grande
Runfla de Todos. Entendimiento del Museo Justicialista con las huestes de Unidad Ciudadana, el Frepasito Tardío, el Peronismo de Consorcio, el Movimiento Todos por Horacio.
Esquema completado con el vuelto significativo que le quedaba a Sergio Massa, El Desconcertante Conductor. Ideal para armar y desarmar.
Como gran distribuidor de caramelos (de madera, ligeramente espolvoreados con azúcar impalpable), Alberto define a Massa con generosidad.
“Es quien está mejor preparado para ser presidente”.
Con unanimidad se le reconoce a Massa la capacidad.
Inspira con frecuencia la reflexión usual: “se pasa de vivo”.
Se lo tiene conceptuado como el dirigente más rápido del país.
Pero, para ser francos, de ningún modo lo es. Lo supera Roberto Lavagna, La Esfinge.
Un Grande. Con la cobertura asumida del prestigio y de la inteligencia.
Consenso siempre alrededor de su figura. Un campeón.
Durante algún lustro, hasta Sergio supo financiar la invalorable estructura. Con Escuelita de Dirigentes y todo.
Para luego movilizar, detrás de su distante sabiduría, a los sindicalistas gordos demasiado ricos, situados lejos del poder político.
4.- Randazzismo sin Randazzo
La
Esfinge llegó a superar la marca de Florencio Randazzo, Flaco
Loco.
Desocupado conductor del Randazzismo sin Randazzo que hoy
gobierna.
A través de Alberto, el líder indiscutido de PARTE,
penúltima esperanza del antikirchnerismo.
Fue Alberto el jefe de
campaña de “Randazzo 2017”. Y con Santiago Cafiero, El Baby, que
comandaba las juventudes randazzistas.
Aguerridas, desafiantes,
las masas randazzistas desfilaban por San Isidro y Chivilcoy.
Consta
que en 2019 Lavagna hizo lo mismo que Randazzo en 2017.
Ambos
enfrentaron a La Doctora.
Pero Randazzo -pobre- se quedó afuera.
Mientras La Esfinge consensuada persiste adentro.
Mantiene la
influencia ambigua del peronista-radical que fascina a Alberto. «Le
planteo un problema y trae dos soluciones».
Es genio de
consulta permanente para Economía. Espiritualmente reconocido por
las medialunas mojadas por doquier. En organismos, direcciones,
embajadas.
“¿Cómo hace?”, inquiere al aire el despierto
Buscapina.
Queda claro que debe aprenderse el ejemplo de La
Esfinge. El Maestro. En silencio. Con respeto.
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