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Apretujados en la Trafic

19/07/2005. Mientras la Línea Figurativa acomoda también a Duhalde, se asiste al triunfo por decreto de los jacobinos de Memoria Activa.

Jorge Asis - 19 de julio 2005

Cartas al Tío Plinio

Apretujados en la TraficTío Plinio querido,

La Vampiresa y Vulgarcito, aunque parezca mentira, se las ingeniaron para banalizar hasta a los muertos de la Amia.

Acuérdese, tío Plinio querido, de cuando el cardenal Bergoglio se lamentaba de las internas que corroían el accionar de los partidos políticos.
A propósito, en cualquier momento se le contará sobre la interna que también debe soportar el propio Bergoglio. Y no para referirnos, precisamente, a las travesuras endiabladas de Monseñor Caselli.

Aunque pensándolo bien, tal vez tienen razón, tío Plinio querido, los oralmente condenados. Como Menem, Duhalde, Corach. Los que prefieren inclinarse, desde la Trafic, por el silencio. Hasta soportar, similares epítetos, el próximo 18 de Julio.
A propósito, ¿podrán estar presentes, la Vampiresa y Vulgarcito, en el 2006?
A juzgar por las sorprendentes apretadas que se comieron ayer, parece, a primera vista, altamente improbable. Pese a haber actuado, los francamente equivocados, y en reprochable nombre del estado, de acuerdo a los fuertes intereses de los jacobinos.
Podrían subirlos, a los Kirchner, en un año, irremediablemente a la Trafic.
La misma Trafic que hoy ocupan, involuntariamente apretujados, Menem, Duhalde, Ruckauf, Palacios, Anzorregui. Y que conduce el juez Galeano.

Acaso podrán ensuciarlos, probablemente, en el delirio demencial del volquete.
Incluso, hasta es probable recrear, aún, con leves atisbos de imaginación, una «pista croata». Posiblemente integrada por pingüinos con conexiones en Zagreb. E incorporarlos, en el 2006, al habitado lote de funcionarios, impunemente condenables en la incontinente oralidad del señor Bursten.
Un Sergio Bursten, enrolado en La Línea Figurativa de Familiares. Quien, por ahora, le concede el favor político, al irresponsable de Kirchner, de ensuciarlo también a Duhalde.

La interna paisana

Ocurre que la Argentina autófaga -que se alimenta de pedazos de su propio cuerpo- se encuentra en pleno estado de fragmentación.
Técnicamente, con dispersión en la fragmentación trasversal.
A pesar de los eficaces sermones de Bergoglio, en la Argentina se subdividen hasta los deudos.

Cuatro líneas perceptibles afloran en el imaginario de la interna paisana.
Primero, la ultrarrevolucionaria Apemia, tan inclaudicable como minoritaria. Es representada por la integridad moral de la señora Laura Ginsberg.
Los que saben, sostienen que Apemia representa una víctima. A lo sumo, dos.
Después, la más influyentemente oficialista, Memoria Activa. Tres o cuatro víctimas. Actúa bajo el paraguas protector del poderoso CELS. Trátase de un pulpo multisectorial, orientado por Horacio Verbitsky. Cuentan aparte con el lobbysmo paragubernamental del diario muletto Página 12. Trátase de un órgano activo, impulsor, en su momento, del «telleldinismo» histórico.
La línea, ideológicamente dominante, es llamada también La Jacobina, sólo por las pericias profesionales del doctor Jacoby.
Es la impulsora principal del claudicante decreto 812. Que por supuesto terminará con la solución, lícitamente reparadora, del cheque. O mejor: de otro cheque.
La máxima operadora del jacobinismo, aparte de la señora Malamud, es, en realidad, la señora Cristina Fernández de Kirchner.
La Vampiresa «causante», en terminología de inteligencia, de la sudorosa rehabilitación de la alucinante «pista siria». Trátase de un argumento para utilizar entre los profanos. Y que tanto hace sonrojar, por su realismo mágico, a los escasos poseedores de información calificada.
Así se trate de israelíes, del enigmático Mossad. Como de norteamericanos sagaces. O españoles muy poco distraídos. Y hasta puntuales exponentes de la inteligencia chilena, que es como decir, fina inteligencia inglesa. Trátase de cuadros que no se compraron, ni por asomo, los vericuetos de una interna doméstica, fuertemente tercermundista, del espionaje argentino.

Téngase en cuenta que son profesionales que saben. Por ejemplo que en 1994, entre Siria e Israel, persistía un acuerdo secreto, por lo tanto indemostrable, de no agresión.

En realidad, tío Plinio querido, lo más apetecible de la «pista siria», era que podía conducir a la culpabilidad de Kadul. Y de ahí a Menem, creían, había un paso. Bastaba con plantar a un lenguaraz iraní, convenientemente situado en el extranjero, con los beneficios de los eventuales viáticos.
Sobre todo atraía, la gran sanata de la «pista siria», cuando Menem era enemigo unificador de Kirchner. Y de un Duhalde que necesitaba, por si fuera poco, despegar la responsabilidad de los policías bonaerenses.
Pero ocurre que ahora, por la banalidad explícita de la política, Duhalde es enemigo de Kirchner. Por lo tanto es conveniente apretujarlo también, a Duhalde, junto con Menem, a la Trafic.

El marido de Rita

Tercera línea, y para no olvidar, Familiares.
Trátase de la Línea Figurativa. Por el deseo expreso de figuración, que mantiene, como enfático vocero, al cautivante señor Sergio Bursten. Al que sistemáticamente se unen, para devaluarlo, ciertos integrantes de las otras líneas.
De Bursten, por ejemplo, aseguran que se encontraba, desde hacía años, separado de la esposa, la  víctima que le cambió la vida.
Tratábase de una adorable Rita, a la que, en apariencias, el joven Sergio comenzó a valorar significativamente más después de haberse convertido en víctima.
Entonces Rita supo brindarle una causa justa. Una oportunidad de exhibir sus atributos fervientes de luchador oral.
De todos modos, cuentan que algunos familiares directos de Rita no conservan buenos recuerdos del condenador oral.

Línea racional

Sin embargo existe otra línea, mayoritariamente racional, que silenciosamente se avergüenza del desbarajuste comunitario de las anteriores. Podría ubicarse, aquí, al nuevo presidente de la Amia, Grynblat, el que se dedicó a puntualizarle a Kirchner que, con el decreto 812, no alcanzaba. Y que reclama, justamente, que la causa no avanza.
Téngase en cuenta que solamente se avanzó cuando estuvo al frente, con sus argentinísimas desprolijidades, el juez Galeano.
Puede citarse también, como emblema de la Línea Racional, al presidente de la DAIA, Kirzenbaum.
Al Kirzenbaum que ni siquiera, por sospechosamente moderado, o peor, por «berajista» (es decir, vinculado a Beraja, el presidiario también instalado en la Trafic), los copadores de la Línea Figurativa, de Familiares le permitieron treparse al palco.
Había un señor Chechevsky, aliado incondicional del marido de Rita, que lo impedía.
Porque salvaguardaba, Chechevsky, la pureza condenatoria del palco. Mientras se codeaba, como un cholulo, con Nelson Castro, acaso el periodista menos solemnemente perspicaz que se tenga memoria. Quien se lanzó, como un «goie» impertinente, a reclamar unidad a las líneas, y cierta autocrítica a los dirigentes de la paisanada.
Y también se codeaba, Chechevsky, con la cordialidad oriental de Víctor Hugo Morales. Un melómano erudito, portador sano de un candoroso progresismo saludable.

De todos modos, tío Plinio querido, proliferan seres más razonables que los elementos de las tres líneas. Aunque es peor el propio matrimonio presidencial.
Ellos, la Vampiresa y Vulgarcito, prefieren degradar, intensamente, lo anterior.
Como Nerón, Kirchner quisiera incendiar los archivos para que la historia, sin continuidad jurídica, comience con él.
Por lo tanto, Vulgarcito no vaciló en felicitar, casi torpemente conmovido, al familiar, al que insultó internacionalmente a los dos antecesores que oportunamente lo protegieron, Menem y Duhalde, hoy responsables ambos de la inmolación de la Trafic.

Los seres racionalmente mayoritarios, tío Plinio querido, tienen todo su derecho a avanzar en sus reclamos de justicia.
Aunque son concientes que ya se pagó, diez años atrás, a los familiares directos, 55 mil dólares por cada víctima.
Y que se les entregó, institucionalmente, para la construcción del nuevo edificio de la Amia, apenas, once millones de dólares.

Aunque nunca alcanza, tío Plinio querido. Y nunca va a alcanzar la contundencia de un cheque para atemperar el dolor de una sola ausencia.
Cálmela entonces a la tía Edelma, que tanto se preocupa. Dígale que por estas reflexiones, a su sobrino, nadie lo va a acomodar en la Trafic.
Tampoco queda lugar, aún, en la sigilosa acumulación del volquete.

Abrácela de mi parte.

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