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El bolso geopolítico de Grossi

De la Organización Internacional de Energía Atómica hacia la Secretaría General de las Naciones Unidas.

Oberdan Rocamora - 17 de noviembre 2025

Artículos Internacionales

El bolso geopolítico de Grossiescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsisDigital.com

Despedida antes del ataque

13 de junio de 2025. Horas antes de comenzar el ataque meticulosamente programado a los atributos nucleares de Irán, el estadista sobreviviente Benjamín Netanyahu, El Bibi, despedía con cordialidad a Javier Milei, Panelista de Intratables.
Como al pasar, pero para que el visitante Milei escuche, Bibi le dijo al presidente Isaac Herzog.
“Acordamos con Trump el apoyo de Israel al argentino Grossi para secretario general de Naciones Unidas”.
Pronto, con un abrazo ceremonial, Bibi saludó al Panelista.
Para disponerse de inmediato a cumplir con lo que había autorizado.
El desplazamiento de los 200 bombarderos sofisticados para pulverizar los 100 objetivos marcados en Irán, a una distancia de 1500 kilómetros.

35 años

Recatado diplomático, Javier Pérez de Cuellar, Caballero de Perú, fue titular de Naciones Unidas hasta el último día de 1991. Desde entonces ningún otro latinoamericano logró siquiera aproximarse al cargo de semejante magnitud.

Pero después de 35 años, emerge la sortija natural para América Latina.
Desfiló, por Asia, el coreano Ban Ki-moon.
Africanos relativamente célebres, Boutros-Ghali y Kofi Annan.
Incluso algún discreto europeo de ramos generales. António Guterres, ex Premier de Portugal.

El bolso geopolítico de GrossiPrimero, por la sortija, se precipitó Chile.
El impetuoso presidente Gabriel Boric, ante la Asamblea General, en exposición que debía ser solemne, planteó la pretensión de la señora Michelle Bachelet, que fue dos veces presidenta y mantiene la experiencia indispensable en el funcionamiento burocrático de la organización.
México tampoco podía quedarse afuera y se anotó también con la señora Alicia Bárcena, que fue Secretaria de Relaciones Exteriores de AMLO, el presidente López Obrador.
La dama continúa aún en el gabinete de la señora presidente Claudia Sheinbaum. Es Secretaria de Medio Ambiente.

Aunque carece de la peripecia geográfica de pertenecer a América Latina, Bulgaria disrumpe y anota a la señora Kristalina Georgieva, titular del Fondo Monetario Internacional.
Trasciende que a Kristalina le cuesta admitir que la sortija disponible sea utilizada por Argentina, el país más endeudado con su club, pero que persiste en la idea de protagonizar.

Pero Argentina, Kristalina, tiene legítima fundamentación.
A través del embajador Rafael Grossi, El Rafa, director general desde 2019 de la Organización Internacional de Energía Nuclear, la OIEA, con sede en Viena, capital que conoce tanto como La Plata, fue embajador en tiempos de La Doctora.

Átomos para la paz, fábula

Grossi se ocupa de las sutiles trascendencias del ámbito nuclear.
Universo elitista de ojivas y de centrifugadoras inquietantes, de protones y neutrones, de diferencias semánticas entre fisión y fusión, con especialidad en la disciplina estética del enriquecimiento gradual del uranio.

Mediante la fábula de los estrictos “átomos para la paz”, Grossi supo introducirse con sus recursos de políglota en las negociaciones de los litigios complejos.
El bolso geopolítico de GrossiMantuvo un trato intensamente asiduo con los auténticos pesos fuertes del verso internacional.
Por la discreta resonancia de las experiencias, por la multiplicación de comidas reservadas, de las bilaterales tensas o con frecuencia amables, por las mesas de tantas discusiones decisorias, Los Pesados de la geopolítica pasaron a ser casi personajes de confianza.
Llegaba a Moscú como si fuera a visitar al tío Vladimir Putín.
O a tíos relevantes como Xi Jinping o Donald Trump.

Trasciende que Grossi supo configurar un consenso de tíos lo suficientemente potente como para sostener la ambición de entrometerse con su violín también en litigios más concretos. Con el profesionalismo que aplicó en temas nucleares.
Pero infortunadamente las contradicciones de las fábulas provocaron que los ayatolas de Irán le hayan dedicado la fatwa persa más gélida.
“En su momento nos dedicaremos a Grossi”.

Los cinco en el bolso

Primero fueron cuatro los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad introducidos en el bolso.
El guapo inapelable que vale del barrio, Estados Unidos.
El que siempre amaga y se expande, China.
El brusco, hosco y tosco que por las dudas siempre ataca, Rusia.
Por ósmosis, se agregó Francia.

Hasta que la reticencia lógica del Reino Unido también pudo doblarse.
Con los cinco miembros permanentes en el bolso sólo resta asumir la paulatina espera.
Falta apenas la oficialización de las candidaturas, que transcurre en junio, cuando se vota.
Y que no brote, en efecto, ningún cisne negro. De los que se ponen en movimiento.

El bolso geopolítico de GrossiCon la anexión de Londres al consenso del bolso de Grossi se registró el apoyo del astuto Premier Mohamed Bin Salman, Príncipe Heredero de Arabia Saudita. Seguido por una caravana de apoyos de emires subyugados por los Acuerdos de Abraham, que les interesa incluso el recientemente despertado presidente de Siria, Ahmed Al Sharaa, el sunnita con iniciativa que hizo una pausa almuerzo en la yihad personal para desalojar en diez días a la violentamente pudorosa dinastía alauita de los Al-Assad, extinto padre Hafez e hijo Bashar, que administraron Siria durante medio siglo hasta que mostraron síntomas explícitos de debilidad.

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