Del descenso a la reelección
“Trump no puede dejar que caiga Milei”.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsisDigital.com
La tonificación norteamericana modifica abruptamente la fragilidad del panorama.
Irrumpe, justamente, cuando se vislumbra la autodisolución del Fenómeno Milei.
Consecuencia de las improvisaciones económicas insostenibles, agravadas con la simultánea combinación de los profundos errores técnicos de campaña con los horrores morales.
La magnitud confusamente explicable de la cripto superchería.
O las derivaciones claramente espeluznantes de la locuacidad fundamentada de Diego Spagnuolo, El Mito Mano.
Funcionario menor que motivó el repentino desprestigio despreciablemente popular de la señora Karina, La Repostera Prodigiosa.
Con sus atributos coreados en las tribunas del fútbol y en los vagones del subterráneo.
La sumatoria de errores y de horrores convirtieron al Panelista en el “emblema de lo que venía a destruir”.
La casta corrupta.
El tuit de Alan Ladd
El destino del Fenómeno Milei abiertamente se debatía entre el ocaso de otra Asamblea Melancólicamente Legislativa del tipo 2001 (que aportaría al Duhalde nuevo posiblemente cordobés), y la predisposición inmediata de la señora Victoria Villarruel -La Cayetana- a jurar por Dios y por la Patria.
Es cuando aparece el contundente tuit providencial de Scott Bessent, Alan Ladd.
Secretario del Tesoro que mantiene el efecto tradicional del “muchachito” de las películas de cowboys.
El tuit de Alan Ladd interrumpe en la práctica el proceso avanzado de declinación del Fenómeno que naturalmente cruza desde el calvario del descenso hacia la algarabía de la reelección. Para el eterno agradecimiento del protagonista del Fenómeno que revive.
El presidente del fin del mundo
“La vida te da sorpresas”, sugiere el ritmo pegadizo de Pedro Navaja.
Pero aquí se trata de una sorpresa elaborada.
Un extremista de ultraderecha categóricamente disruptivo como Donald Trump, Corbata Carmesí, no puede permitir el estallido por auto fumigación del único aliado verdadero que transitoriamente mantiene en el sótano continental.
En el final del camino donde ningún cartel indica “aquí se acaba el mundo”.
Es donde gobierna Javier Milei, el presidente del fin del mundo, categórico disruptivo de ultraderecha más intolerable aún, que admira al pajarraco de la corbata carmesí.
Para colmo Milei es más pro israelí, incluso, que Benjamín Netanyahu, El Bibi, responsable máximo del genocidio del pueblo palestino.
En Buenos Aires se encontraba casualmente Barry Bennet, El Amigo Obeso de la FPAC que suele jactarse de ser elevado “asesor estratégico” de Trump.
Consta aparte que Bennet mantiene una firme amistad con el multimillonario Leonardo Scatturice, El Atorrante de Lanús.
Vinculados ambos -Obeso y Atorrante- por cuestiones de logia espiritual con Santiago Caputo, El Neo Giacomini, uno de los vértices del Triángulo de Hierro (fundido) del Gobierno de Consultores que concluía con nostalgia en la impotencia del descenso.
Trasciende entonces que Bennet le envió un whatsapp ilustrativo a Alan Ladd, y que Bessent lo reenvió directamente hacia Trump. Para constatar.
“Estados Unidos no puede dejar caer a Milei”.
“Alan Ladd o Cúneo”
Emerge Alan Ladd, esta vez, con vagas reminiscencias del embajador Spruille Braden, diplomático prepotente de los 40 que se hizo popular por polarizar con la astucia ilimitada de aquel Juan Domingo Perón que atravesaba su mejor época de fundador de la superstición resignificada del peronismo de las mil caras. Movimiento que mantiene una vigencia de 80 años.
Pero aquel Perón tenía ideales 50 años para inmortalizar electoralmente la redituable genialidad.
“Braden o Perón”.Derivó en el estigma de utilidad que permitió ningunear a la Unión Democrática que unifica a los conservadores con los históricamente desubicados comunistas que suponían “combatir al fascismo”.
Pero el nuevo Alan Ladd se entromete en la epistemología argentina como Braden, a los efectos de prometer inversiones, “según el resultado electoral” del 26 de octubre.
Extorsiona: “pondremos dólares en Argentina solo si resulta bien parado Milei”.
Al cierre del despacho no aparece ningún émulo de aquel Perón que se disponga a polarizar con Alan Ladd.
Acaso porque, probablemente, otro Perón ya no exista.
Pero persisten igual las esperanzas de que irrumpa algún cincuentón al acecho del poder vacante.
Puede ser Axel, El Gótico, ya reconocido como líder de la Provincia del Pecado. O Martín Llaryora, Cordobesista.
Acaso el propio Sergio, El Profesional, que mantiene la penúltima bala en la recámara.
O algún otro como el explícitamente disruptivo Santiago Cúneo, Malevaje, que categóricamente puede desafiar:
“Alan Ladd o Cúneo”.
Final con Córdoba
Lo que provoca el tuit de Alan Ladd es la legitimación de la polarización que atormenta al desperdiciado estadista Florencio Randazzo, Cártel de Chivilcoy.
En la Provincia del Pecado, Florencio representa al amontonamiento estratégico de Provincias Unidas.
Es una ingeniosa invención que sin embargo no pertenece al consultor Guillermo Seita.
Expresa el entendimiento fundamental del peronismo racional de Córdoba con el radicalismo sensato de Santa Fe.
Territorios productivos del centro que se proyectan como alternativa inquietante para 2027.
Tardía consecuencia del abrazo mítico de Perón con Balbín.
Aunque se agrega también en el abrazo el macrismo energético de Chubut, con el litio de Jujuy y la aportación de insistencia en el error de Corrientes, otra falla técnica electoral de los agresivos armadores del Panelista.
Con resultados módicos, Florencio advierte con frecuencia contra la despreciable trampa de la polarización.
Trampa mediática que consiste en instalar que debe apoyarse a Milei o al kirchnerismo.
Persiste otra alternativa que la representa, sin ir más lejos, él, Florencio, asociado a la señora Margarita Stolbizer, La Vecina Progre, y a Emilio Monzó, El Diseñador. Y al experimentado gobernador Schiaretti, El Gringo, al que Florencio acompañó como vice en 2023 y reconoce aún como “esperanza”.
El Gringo se propone para vencer en Córdoba a Gonzalo Roca, el designado hombre de Milei por el dueño de la marca, el diputado Gabriel Bornoroni, que en la repartija escasamente honorable supo desahuciar a Rodrigo de Loredo, el Radical Prolijito que se quedó modestamente afuera, aunque le hubiera fascinado defender los valores y los colores del Panelista.
Después de todo es una pena que Natalia -la hija cantante del líder extinto José Manuel De la Sota, Christian Dior- se mostró reticente de la valorable unidad del peronismo, garantía infalible para derrotar sin contemplaciones a la banda libertaria de Milei.
El eventual triunfo de Schiaretti anticipa también la expresiva algarabía del otro cincuentón que sin asumirse asoma con proyección nacional. El Tiempista.
Una lástima que otro tuit transformador de Alan Ladd todavía no proponga esclarecer la interna compleja de Córdoba, que amaga con ser inapelablemente apasionante.
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