Mileísmo contra peronismo del año impar
“Cuídese, presidente, la cripto puede ser otra Vialidad”.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsisDigital.com
Estratósfera esotérica
Como el plato volador de la estratósfera esotérica, el Fenómeno Milei abdujo al PRO del Ángel Exterminador.
El Panelista absorbió a Mauricio con reconocimientos morales y sistemáticos elogios.
Le decía “presi” con ojos brillantes y sigilosa admiración.
Para transformarse pronto en el propietario absoluto de la derecha.
El Panelista de Intratables se carga al hombro los fracasos conjuntos de Juntos por el Cambio.
Para “polarizar” con el peronismo del año impar, convenientemente unificado por el acuerdo entre el fragmento camporista La Doctora-Máximo y la agrupación en germen de Axel, el Gótico, quien apuesta por el lícito “derecho al futuro”, aunque anclado en el clasicismo de los minigobernadores. Asociados, La Cámpora y Axel, al decisorio Frente Renovador de Sergio, El Profesional que supo oscilar entre la emancipación victoriosa de 2013 (que facilitó el triunfo del Ángel en 2015), con el acierto del regreso en 2019 a través de la providencial invención electoral de La Doctora que culminó en el malentendido de Alberto -El Poeta Impopular- como “presi”.
A llorar al parque
La construcción del Fenómeno Milei fue ejemplar. Merece ser estudiada por la ciencia política.
Creación financiada por el peronismo con el objetivo de dejar afuera al colectivo Juntos por el Cambio que se preparaba para recuperar los cargos del poder perdido. A través de la señora Patricia, La Montonera del Bien, instrumentada por el Ángel para el colosal error de destruir a Horacio Rodríguez Larreta, Geniol.
Pero en cuanto La Doctora confirmó que se venía una votación de tercios Juntos ya estaba vacunado. Coalición liquidada.Cuando el astuto gobernador dijo:
“En mi distrito Milei está sin dirigentes. Pero tiene votos. Un 20% que se los voy a cuidar”.
Cuando con Sergio dejaron fuera del juego a Patricia, por cholulismo conceptual el Panelista se fue con Karina a visitar al Ángel en el domicilio para producir el Pacto de Acassuso. Para en adelante avanzar asociado al Ángel contra el peronismo que lo había sostenido.
A llorar, ahora, al parque.
Embocar a la sociedad
Milei supo instalarse en los medios como economista cuando es en realidad el lúcido político que embocó a la sociedad con el cuento de que no le interesa la política. La cuestión del armado “le aburre”, lo suyo es “la macroeconomía» y la ópera (que comparte con Juan Carlos). Para hablar de los temas menores de las candidaturas la tiene a Karina.
El truhán es especialista en “crecimiento con o sin dinero”. Gestor del “ajuste popular”,“máximo ajuste de la historia de la humanidad”. Rescató de la pobreza a “diez millones de argentinos”, a “cinco millones de la indigencia”, mérito gigantesco “del mejor gobierno de la historia”. Patanerias que impuso con facilidad porque el peronismo de Alberto no tenía nada para aportar, y el macrismo de la derecha recatada se desvanecía. Sólo podía justificarse por haber desperdiciado cuatro años.
En el centro de mesa cotidiana Milei colocó el delirio de «la dolarización» y de la indispensable desaparición del Banco Central, complementado por cuestionamientos de “los economochantas” que lo tomaban en serio.
En la Argentina electoral se impone quien aporta los debates y efectivamente el Panelista vacunó a los peronistas resignificados, a los radicales agonizantes y a los macristas desconsolados.
Proeza total. Desde la banqueta de Intratables.Sin embargo, el desinteresado que se aburre con la política se propone volver a vacunar en las Legislativas de medio término de 2025.
Impone al preferido Alejandro Fargosi, El Enciclopédico, un cuadro ideal para defender el Maxiquiosco del desafiante Itai Hagman.
Como impuso a José Luis Espert, El Profe, para La Provincia del Pecado, instruido para descalificar a Axel.
O como impone al economista Agustín Monteverde, El PreLibertario, para brindar solvencia en el Senado a la convertida Montonera del Bien, y probablemente también para atenuarla.
Triángulo de cuatro
El Panelista prefirió diseñar el Triángulo de Hierro (ya fundido).
Con el vértice celestial (que fija la estrategia) y el vértice territorial (encargado del mecano).
Celestial para Santiago Caputo, El Neo Giacomini. Con el manejo de cajas concretas y la sanata de la Batalla Cultural.
Territorial para Karina, con la erudición artesanal de Eduardo Menem, El Lule, acaso el conductor real de la estructura «karinista» que contiene a Sebastián Pareja, Evolución Precoz.
Pero la presentable placidez del Triángulo colisionó con la repartija de las candidaturas para las próximas elecciones que ya asoman y solo le interesa a los políticos.
Amparado por el paraguas de Karina, Lule seleccionó, con Pareja, el mecano original que prescindió de los celestiales ingeniosos.
Sin generosidad en la distribución de espacios para los pilares del Neo Giacomini, que persistieron en la trinchera, aunque desairados.
Sin embargo el Panelista los reconfortó con arrumacos morales entre las livianas emanaciones de la Derecha Fest, la kermesse de Córdoba. Los troleros de Santiaguito formaban parte del cotillón. Émulos epigonales del Ángel Exterminador.
Entre internas despiadadas que se multiplicaban el Triángulo se diluía. Entonces el Panelista prefirió fundar el Triángulo de Cuatro.
Consistía en crear otro vértice sin producir insólitamente ningún rectángulo. Delicias imaginarias de la geometría.
En la plenitud del aislamiento peligroso, Milei necesitaba otro vértice dialoguista para combatir el “nido de ratas” del Poder Legislativo.
Con la patota de gobernadores mangueros que de repente se unificaban para perforar la utopía fiscal del superávit.Período ideal para valorar los atributos menoscabados del Premier Guillermo Francos, Amanecer (el que siempre aclara).
Perfectamente Amanecer puede salir por «la prensa amiga» para relativizar el malevaje oral de la barbarie presidencial y apaciguarla con sus recursos diplomáticos para la persuasión.
Mojar la medialuna
Para Consultora Oximoron, del 50% de los ciudadanos que todavía asisten a votar, el 80% se los lleva la polarización entre el Mileísmo y el Peronismo del Año Impar.
Del 20% restante debe descontarse un 3 o un 4 para los esclarecidos divididos de izquierda.
Resta alrededor del 15 para los infinitos fragmentos del centro. Con aventureros heroicos que procuran mojar la penúltima medialuna.
O lanzarse a la travesura de restar votos del polo adversario.
Cuestión de precio. Depende de quién invierta en el mercado.
En plena incertidumbre se reproduce la productiva unificación de los peronistas racionales de Córdoba de Martín Llaryora y el Gringo Schiaretti con los radicales sensatos de Santa Fe que remiten al Tigre Maximiliano Pullaro o a los radicales costumbristas de Jujuy como Sadir y el legendario Morales, El Milagrito. Aunque incluyen también a Ignacio Torres, El Nacho, macrista emancipado, y a Claudio Vidal, El Sindicalista que talla en Santa Cruz. Es donde Vidal logró desplazar a la patología kirchnerista que mantiene a La Doctora con la tobillera infamante. En un encierro que emerge, en el fondo, como una severa advertencia en el horizonte de Milei.
Como si desde algún poder superior le pasaran un mensaje terrible.
“Cuídese, presidente, la cripto puede ser otra Vialidad”.
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