El desgaste como objetivo
Macri fracasó. Debe correrse. Permitir que fracase Alberto.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
Previa
Derecho al fracaso
“Darla vuelta”, a esta altura, con un 35% de pobreza, es (casi) imposible.
Duele admitir que Mauricio Macri, El Ángel Exterminador, fracasó.
“Córrase, Mauricio, permita que fracase otro».
Alberto Fernández, El Poeta Impopular, por ejemplo.
También Alberto tiene su derecho al fracaso.
Como cualquier argentino (aunque no sea pobre).
El fracaso nacional unifica. Se atenúa apenas con algún éxito individual, sólo para constar en actas.
Aunque no conforte a nadie.
Carolina Mantegari
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1.- 30 ciudades
Resultan admirables los convencidos categóricos de la Argentina Blanca.
Los que suelen emocionarse con la ciclotimia del Ángel. Cuando en los “coucheados” momentos de ascenso, invita a exclamar.
“¡Se puede, Se Puede!” (aunque sepa que no se puede un c…).
La compañía terapéutica de la bella mujer lo sostiene.
Junto a la señora Elisa Carrió, La Derrotada Exitosa (auto-calificada así en su opus “Vida”).
Debe celebrarse también el coraje febril que signa la epopeya del senador Miguel Pichetto, Lepenito.
Supo recrear el mito griego de Alcibíades. El estratega de Atenas que sorprendió al ponerse al frente del ejército de Esparta.
La escena encantó en las Barrancas de Belgrano.
Territorio heredado, y consolidado, por Horacio Rodríguez Larreta, Geniol.
Adaptación marxista, “el territorio es para quien lo trabaja”.
Rodríguez Larreta representa la excepción. En el esplendor de la debacle, se va a quedar con un poco de “vida” propia. El Maxi Quiosco del Artificio Autónomo.
Para compartir la jefatura de la oposición con el gobernador Alfredo Cornejo, Cobos y Vos.
Y con la señora María Eugenia, Sor Vidal. Aunque la adicta al sacrificio pierda con Axel Kicillof, El Gótico.
El peronista reciente (Axel) que poco y nada tiene en común con El Poeta Impopular. Sólo la valoración radial de La Doctora.
El Dream Team de los sobrevivientes lo completa Alcibíades. Con su audacia infinita.
Mientras tanto, El Ángel invierte el énfasis estudiado en las consignas de Barrancas que repite en Junín.
Y en 30 ciudades escogidas va a transmitir el mismo mensaje emotivo, tan directo como insustancial.
Memorizado ante la impotencia conmovedora de la multitud de fieles que colman las plazas de todas las ciudades. Aguardan la ilusión del milagro.
“Darla vuelta”. La elección tiene que ser como una tortilla o una media.
Para ganarle a Alberto y en todo caso volver a fracasar, como un glotón, él solo.
2.- Virus maligno, la derrota
El Ángel
-pobre- es portador sano del virus maligno de la derrota.
Le
transporta la imagen hacia el piso nocivo. Aunque conserve el
segmento de hierro.
La base
tradicional del fervoroso antiperonismo. Le alcanza para saberse
acompañado. Nunca para la utopía del milagro.
Después de
las festivas ceremonias de 2015 y 2017, le cuesta aceptar al Ángel,
en 2019, que los candidatos de su fuerza, para salvarse, prefieran
ignorarlo.
Apartarse con crueldad de su rostro hasta en los
carteles.
Cuando el macrismo, sin Macri, es menos que una
alucinación.
Del virus se cuida hasta Sor Vidal, aunque por su
tendencia hacia el sacrificio ya está contagiada.
Se cuidan los
mini-gobernadores de la provincia inviable que marca la
diferencia.
Pero el que mejor supo distanciarse fue Don
Cornejo.
En cambio Geniol, en el Maxi Quiosco, no necesita
alejarse.
Lástima que el país no se reduzca al Artificio
Autónomo. Que sea más complejo, incluso, que Boca Juniors.
Hoy
Rodríguez Larreta es desafiado con la simpatía glamorosa de una
cumbia.
Pero trasciende que el peronismo no tiene mayor interés
en arrebatarle el Maxi Quiosco.
Una suerte, porque si
Geniol se deja estar durante diez minutos, pueden pasarlo por encima.
Con el bailecito. “Si vos querés”.
Si sobrevive al
efecto de la cumbia, Rodríguez Larreta es número puesto para otra
utopía. 2023.
Cuando el índice de pobreza llegue al 45 y pueda
construir la base sólida de su propio fracaso. Lo merece.
¿Por
qué puede fracasar el Ángel y Geniol no?
En Barrancas, mientras
Rodríguez Larreta aplaude las consignas huecas de Macri, con
paulatina naturalidad, lo desplaza.
3.- Genialidad táctica, patología estratégica
Con
Mauricio perdieron, en las PASO, los dos grandes medios de
comunicación.
Fue un simulado fracaso profesional. Como
perdieron, en significación económica, con el Tercer Gobierno
Radical que promovieron e inventaron.
Las
empresas valen hoy el 40% de lo que valían en 2015.
También
fueron ignominiosamente derrotados determinados columnistas de
domingo. Y notables figurones televisivos que se entregaron a la
dulce manía de operar desde la comunicación.
Con coincidencias
ideológicas y pautas fortalecidas. Cultivaron, columnistas y
animadores, el cotidiano “periodismo de guerra”. Militancia
republicana que demostró su rigurosa ineficacia.
Se estrellaron,
además, los empresarios devaluados que se jugaron inicialmente por
quien creían que era un par. Lo ayudaron.
Concluyeron
encuadernados. Arrepentidos. Desprestigiados.
Es
inagotable la legión de los desencantados que culturalmente no
pueden aceptar que La Doctora los haya embocado.
Justamente
con El Poeta Impopular, de repente
transformado en Alberto El Estadista. Con su aspecto de personaje
literario de Mario Benedetti.
Pero que tuvo el acierto de sumar,
gracias a la agenda del consultor amigo más conectado, a los
gobernadores.
Y de recuperar a Sergio Massa, El
Desconcertante Conductor, que ya estaba en tratos con La Doctora
(merced al amigo común que nada tiene que ver con la política).
Con
el acuerdo de Máximo, En el Nombre del Hijo, y de El Wado, el
sensato cada vez más fundamental. Vaso comunicante, puente entre
Rodríguez Peña y la similar de México.
Los grandes medios,
humillados después de cuatro años de “periodismo de guerra”,
muestran ahora la trascendencia indispensable para la revancha.
En
ejecución se encuentra el Objetivo Desgaste. A través de la
explotación de las contradicciones del Frente de Todos. Demasiado
visibles en la vitrina.
Ideales para ser pulverizadas (las
contradicciones), con inteligencia y perversión.
Plantear
la imposibilidad práctica de funcionamiento. Instalar la pregunta
obvia que funciona como consigna.
¿Va a gobernar Alberto o La
Doctora? Con los duros de La (Agencia de Colocaciones)
Cámpora. Cuarentones verticales, casi inofensivos.
Adelantar,
en definitiva, el conflicto (que existe). O en todo caso
generarlo.
Entre el albertismo (que no existe) y La Doctora
que, a esta altura, es de fácil cansancio moral.
Ni puede evitar
que fluyan los nombres de los ministros presuntos. Que se conjeture a
canilla libre.
Los desplazamientos hacia La Habana funcionan, en
cierto modo, como un sano pretexto para la postergación.
La
mesa del litigio está servida. El desgaste, desde los grandes
medios, con los comunicadores desairados. Y enfrente los obstinados
en evitarlo.
A través,
incluso, de la opción del silencio, aunque legitime. Pero el
silencio posibilita el desfile de las semanas. Mientras el
Ángel se aferra a la excitación de los convencidos.
El esquema
propuesto por La Doctora fue una genialidad táctica. Para una
patología estratégica.
Preferible mantenerse, por el momento,
con el acierto. La patología siempre puede esperar.
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